12 junio, 2013

EE.UU.: La Seguridad Social cada vez se hunde más

EE.UU.: La Seguridad Social cada vez se hunde más

Printer-friendly versionSend to friendpor Jagadeesh Gokhale

Jagadeesh Gokhale es Académico Titular del Cato Institute..
El reporte de los Fideicomisarios de la Seguridad Social de EE.UU., publicado la semana pasada, es una prueba de que uno en realidad puede hacer que los números digan lo que sea que usted quiere que digan. Al resaltar una serie de “reservas de activos” que mostraban algo de crecimiento, el reporte le da argumentos a aquellos que preferirían no lidiar con el hecho de que el programas está encaminado hacia el desastre.

El reporte de los Fideicomisarios empieza indicando que: “Las reservas de activos en emisión especial de títulos del Tesoro de EE.UU. crecieron de $2.678.000 millones a principios del año a $2.732.000 millones a fines de este”. Traducción: el programa “no está en una crisis”.
Pero un año de crecimiento en títulos del Tesoro no constituyen un programa sólido. Esos títulos representan activos para el Fondo de Fideicomiso para la Seguridad Social, pero no necesariamente para la economía y para nuestra capacidad de honrar las obligaciones. Nuestra habilidad para obtener un ingreso, riqueza, generar empleos no es fortalecida simplemente porque el Fondo de Fideicomiso tiene más activos de papel. Si eso fuera cierto, simplemente depositar todavía más papeles de deuda en los Fondos de Fideicomiso de la Seguridad Social nos haría más prósperos.
Para realmente comprender la crisis a la que se enfrenta el programa, los Fideicomisarios deberían estar comparando los $55.000 millones de crecimiento en activos con el crecimiento explosivo de sus obligaciones no financiadas, que aumentaron en un billón de dólares durante 2012. Esto también sucedió en 2011 cuando las obligaciones adicionales de $2,1 billones superaron con creces los $69.000 millones adicionales en títulos del Tesoro que tenía el programa.
Las obligaciones no financiadas totales del programa para los próximos 75 años ahora han crecido a $9,6 billones, más de la mitad de la deuda federal bruta de $17.000 billones.
Los dos principales partidos políticos se enfrentaron por el límite al endeudamiento en 2011 y puede que lo hagan nuevamente a fines de este año. Pero nada parecen decir acerca de la creciente deuda de la Seguridad Social. Los Fideicomisarios del programa parecen alentar tal “manejo fuera del radar” de la deuda de la Seguridad Social al enterrar las crecientes obligaciones no financiadas del programa con un torrente de jerga —costos actuariales y tasas de beneficios y relaciones actuariales del balance total— y frases mecánicas sin sentido frente a legisladores y un público que no son expertos en el tema.
Aquellos que sugieren que el programa “no está en crisis” frecuentemente indican que incluso después de que se quede sin reservas el Fondo de Fideicomiso para la Tercera Edad y Sobrevivientes, este podría continuar pagando 75 por ciento de los beneficios estipulados en la ley actual. Pero ese momento ya está por llegarle al Fondo de Fideicomiso para el Seguro por Discapacidad, que se proyecta que se acabe en 2016. Los partidarios de los beneficios por discapacidad, sin embargo, están asustados del prospecto de un recorte de 20 por ciento en los beneficios por discapacidad.
Los grupos que están oponiéndose rotundamente a las reformas a la Seguridad Social constituyen elementos esenciales e integrales del remolino socio-económico en el cual se está hundiendo el programa. Aparentemente no comprenden que si el sistema está en “crisis” debería ser juzgado en base a la trayectoria financiera del programa y sobre la base de una insolvencia inminente.
Su estrategia de ignorar el potencial déficit financiero del programa —altamente probable en virtud de las leyes vigentes— producirá un resultado que es precisamente lo opuesto de lo que prefieren: un recorte forzado de los beneficios de la Seguridad Social. Más sensible sería diseñar una reforma sustancial —y lo suficientemente temprano— para ayudar a ubicar al programa en una posición sostenible. Las reformas al programa también deberían mejorar la seguridad para la jubilación de los ciudadanos —una función que claramente se ha erosionado a lo largo de los años.
Así que aquí está cómo debería haber iniciado la introducción del reporte: “La Seguridad Social, un programa fundacional de seguridad económica para los estadounidenses —sobre el cual millones de generaciones actuales y futuras dependen para obtener su soporte económico durante su jubilación— está inexorablemente destinado a la insolvencia financiera. Mientras que la insolvencia se espera que ocurra en dentro de dos décadas o más, el fracaso continuo de reformar el programa está aumentando el costo de los ajustes económicos que deberán hacerse en el futuro —aumentos de costos que están en conflicto con el objetivo fundamental del programa de mejorar la seguridad en la jubilación para las generaciones actuales y futuras”.

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