11 junio, 2013

La decadencia argentina

La decadencia argentina

Decadeencia argentinaPor Juan Salinas Bohil
1.200 policías para cubrir la inseguridad en el partido de fútbol River Plate-Independiente muestran a las claras el despropósito argentino en el arte de gobernar y ser gobernado, a la par que una seudo oposición de izquierda se une en vistas no de la próxima elección sino del vencimiento de sus mandatos en diciembre. La otra, línea interna del peronismo opositor al gobierno integrada por sindicalistas, economistas y gobernadores, pese a las suaves críticas al setentismo que ejercita el kirchnerismo en algunas áreas, olvida que también forma parte de él: sus componentes tienen o sobrepasan las siete décadas. Por ahí, el voto pañal, sin netbooks, dinero por embarazo adolescente y para visitar colegios (no para estudiar), no pasa.

La corrupción al por mayor que se demuestra con lujos de detalles no interesa más que a la clase media semiadormecida en sus cómodos sofás hogareños a la espera de un nuevo llamado a golpear cacerolas; la inseguridad golpea a todos los sectores por igual, y los controles de precios son una nueva fantochada que no pueden ocultar el desbarajuste de la economía, ésa que los economistas llaman inflación.
La decadencia argentina podría resumirse en la aparición por momentos de un grupo de empleados estatales defensores a ultranza de cualquier disparate oficial reunidos bajo la sigla “Carta Abierta”, a quienes les han adjudicado -y ellos aceptado gustosos- el mote de “intelectuales”. Que los argentinos acepten sin chistar el encumbramiento a nivel de superstars de semejante caterva de nadies demuestra el grado de declinación, sumisión y falta de reservas intelectuales y líderes a que se ha llegado. Gustavo Cerati, rockero brillante y guía de la banda Soda Stéreo, se encuentra hace tres años en coma y bajo respiración mecánica luego de sufrir un accidente cerebrovascular isquémico. Algunos de sus fans opinan que Cerati despertará cuando el rock argentino vuelva a ser lo que era en los 80. Es de desear que su deseo se cumpla aunque se ignora cuándo despertarán muchos argentinos.
Estamos en tiempos en que los productores del campo afilan sus arados en una nueva escaramuza que librarán contra el gobierno. Sus agrodiputados no dieron el resultado esperado. Fueron pocos y muchas las expectativas. Demasiadas.
Dentro de poco habrá que votar y como si lo hecho hasta ahora fuera poco, el kirchnerismo pretende que los electores elijan también a los integrantes del Consejo de la Magistratura que la población no sabe para qué diablos están ahí, pero que están, están. Y también cobran.
Mientras, el gobierno, fiel a su promesa está quedándose con todo. La última joya ha sido un parque de diversiones en el feudo de Tigre que al momento de la estatización funcionaba con un solo autito chocador mientras que Mauricio Macri le construía siete túneles bajo nivel a la montaña rusa.

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