03 junio, 2013

#RenunciaCalderón


#RenunciaCalderón

Salvador Camarena

Qué pena que ya no gobierna Felipe Calderón. Hasta el 30 de noviembre de 2012, todo lo que pasaba, y lo que no pasaba también, en nuestro país tenía una sencilla explicación: la causa del mal era la presidencia de Felipe Calderón Hinojosa. Nadie más, nada más.


Durante años nos acostumbramos a explicar el descarrilamiento cotidiano de un país achacando la culpa de todo lo que se averiaba en México a la mala suerte y/o a la mala gestión del michoacano.


Mejor dicho, nos acostumbramos a NO explicar lo que ocurría, nos metimos la idea de que la incapacidad política del entonces primer mandatario estaba detrás de cualquier cosa que iba mal.


Por eso se hizo popular en las redes sociales el hashtag #RenunciaCalderón, conjuro ante todo mal en un país que siempre busca santos para que aboguen por las causas difíciles.


La mínima falla era suficiente para voltear a ver el calendario y calcular cuánto faltaba para que, dado que no iba a renunciar, saliera Calderón de Los Pinos.


El plazo llegó y dimos —unos más otros menos— el beneficio de la duda al nuevo presidente. Al fin y al cabo, lo principal ya había ocurrido: la supuesta causa de todos los males se alejaba de nosotros. Y mejor aún, se fue del país.


Seis meses después, sin embargo, ya va siendo hora de que inventemos algo parecido al #RenunciaCalderón, pues los problemas están más o menos donde estaban el sexenio pasado —lo cual en sí mismo significa que están peor— y ya ni modo de apelar al mal fario de quien perdió la oportunidad de su vida política al negarse en 2006 al voto por voto.


Por eso pensemos juntos qué haremos para ya no decir cosas como las siguientes:


#RenunciaCalderón porque en vez de crecer 3.5% como estaba programado, el ritmo real de la economía hace pensar que apenas llegaremos al 3.1% en 2013.


#RenunciaCalderón porque la calidad del aire se fue al caño en la ciudad de México.


#RenunciaCalderón porque seguro tú sí sabes qué misterio encierra la desaparición de 12 jóvenes de Tepito.


#RenunciaCalderón porque Andrés Granier no sólo tiene pésima copa, sino que es farolero: gastaba miles de pesos en vinos que su paladar seguro habría confundido con un Padre Kino.


#RenunciaCalderón porque las violaciones a los derechos de los migrantes que pasan por México están peor que nunca.


#RenunciaCalderón porque Hacienda condona deudas de estados y regresa dinero a Televisa.


#RenunciaCalderón ante las matazones en el sur de Chihuahua.


#RenunciaCalderón por el descaro de priistas y panistas en el Congreso de NL que aprobaron una ley para perseguir a tuiteros.


#RenunciaCalderón porque el Distrito Federal, con su avanzada agenda de derechos, cobija al mismo tiempo a Góngora Pimentel y tanto más como él en contra de las mujeres.


#RenunciaCalderón porque el SNTE es, ya sin la maestra, la misma gata nomás que revolcada (bendecida) por el nuevo gobierno.


#RenunciaCalderón porque la vida pública de Romero Deschamps goza de cabal salud con el nuevo PRI.


En fin. #RenunciaCalderón no era un juego.


Letanía que delataba pereza mental, servía de estéril protesta ante los problemas. Hoy que hay por doquier señales de alarma de que las cosas van mal ya ni eso, la protesta, activamos ante el nuevo gobierno.


Seguro eso también, el agotamiento y la escasa crítica al nuevo gobierno, es culpa de Felipe Calderón. Qué pena ya no vivir amparados por el #RenunciaCalderón.

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