Qué pena que ya no
gobierna Felipe Calderón. Hasta el 30 de noviembre de 2012, todo lo que
pasaba, y lo que no pasaba también, en nuestro país tenía una sencilla
explicación: la causa del mal era
la presidencia de Felipe Calderón Hinojosa. Nadie más, nada más.
Durante años nos
acostumbramos a explicar el descarrilamiento cotidiano de un país achacando
la culpa de todo lo que se averiaba en México a la mala suerte y/o a la mala gestión del michoacano.
Mejor dicho, nos
acostumbramos a NO explicar lo que ocurría, nos metimos la idea de que la
incapacidad política del entonces primer mandatario estaba detrás de
cualquier cosa que iba mal.
Por eso se hizo
popular en las redes sociales el hashtag #RenunciaCalderón, conjuro ante todo
mal en un país que siempre busca santos para que aboguen por las causas
difíciles.
La mínima falla era
suficiente para voltear a ver el calendario y calcular cuánto faltaba para
que, dado que no iba a renunciar, saliera Calderón de Los Pinos.
El plazo llegó y
dimos —unos más otros menos— el beneficio de la duda al nuevo presidente. Al
fin y al cabo, lo principal ya había ocurrido: la supuesta causa de todos los
males se alejaba de nosotros. Y mejor aún, se fue del país.
Seis meses después,
sin embargo, ya va siendo hora de que inventemos algo parecido al
#RenunciaCalderón, pues los problemas están más o menos donde estaban el sexenio pasado —lo cual en sí mismo
significa que están peor— y ya ni modo de apelar al mal fario de quien perdió
la oportunidad de su vida política al negarse en 2006 al voto por voto.
Por eso pensemos
juntos qué haremos para ya no decir cosas como las siguientes:
#RenunciaCalderón
porque en vez de crecer 3.5% como estaba programado, el ritmo real de la
economía hace pensar que apenas llegaremos al 3.1% en 2013.
#RenunciaCalderón
porque la calidad del aire se fue al caño en la ciudad de México.
#RenunciaCalderón
porque seguro tú sí sabes qué misterio encierra la desaparición de 12 jóvenes
de Tepito.
#RenunciaCalderón
porque Andrés Granier no sólo tiene pésima copa, sino que es farolero:
gastaba miles de pesos en vinos que su paladar seguro habría confundido con
un Padre Kino.
#RenunciaCalderón
porque las violaciones a los derechos de los migrantes que pasan por México
están peor que nunca.
#RenunciaCalderón
porque Hacienda condona deudas de estados y regresa dinero a Televisa.
#RenunciaCalderón
ante las matazones en el sur de Chihuahua.
#RenunciaCalderón
por el descaro de priistas y panistas en el Congreso de NL que aprobaron una
ley para perseguir a tuiteros.
#RenunciaCalderón
porque el Distrito Federal, con su avanzada agenda de derechos, cobija al
mismo tiempo a Góngora Pimentel y tanto más como él en contra de las mujeres.
#RenunciaCalderón
porque el SNTE es, ya sin la maestra, la misma gata nomás que revolcada
(bendecida) por el nuevo gobierno.
#RenunciaCalderón
porque la vida pública de Romero Deschamps goza de cabal salud con el nuevo
PRI.
En fin.
#RenunciaCalderón no era un juego.
Letanía que delataba
pereza mental, servía de estéril protesta ante los problemas. Hoy que hay por
doquier señales de alarma de que las cosas van mal ya ni eso, la protesta,
activamos ante el nuevo gobierno.
Seguro eso también,
el agotamiento y la escasa crítica al nuevo gobierno, es culpa de Felipe
Calderón. Qué pena ya no vivir amparados por el #RenunciaCalderón.
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