07 junio, 2013

Tango, salsa y terrorismo de Estado

Irán 

La razón se nos escapa, pero agentes de la República Islámica de Irán creyeron que el islam radical podía expandirse allí donde se baila salsa, o tango, que también se las trae. Un informe de 500 páginas del fiscal Alberto Nisman que investiga el atentado que en 1994 mató a 85 personas en la sede porteña de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) describe el uso de instituciones diplomáticas, culturales y religiosas iraníes para expandir la revolución islámica a través del terrorismo en Hispanoamérica.

Ante el avance de la investigación del fiscal, el Gobierno de Cristina Kirchner decidió promover un acuerdo entre Argentina e Irán –Argentina lo ratificó en el mes de febrero, mientras que Irán se demoró hasta el 20 de mayo– para amortiguar el testimonio de algunos encausados. Concretamente, el ministro iraní de Defensa Ahmad Vahidi, el exministro de Información Alí Falahijan, el exasesor gubernamental Mohsen Rezai, el exagregado de la embajada de Irán en Buenos Aires Moshen Rabani y el exfuncionario diplomático Ahmad Reza Ashgari. Acaso esta circunstancia determinó la difusión de las pesquisas.
Nisman demuestra lo que es un secreto a voces: que el terrorismo de Estado existe y que Irán es su máximo ejemplo. De la expansión islamista en tierras hispánicas se conocía la vertiente propagandística, mediante el canal Hispan TV, cuya emisión ha sido interrumpida por Hispasat, que inicialmente lo acogió. De lo que se trata ahora es de una red de colocación de convencidos de la tarea revolucionaria en estructuras estatales legítimas, como embajadas, centros culturales, mezquitas o colegios religiosos, como tapaderas oficiales para el espionaje, la radicalización y la recaudación de fondos.
Nisman apunta a una estrategia planeada en un seminario de 1982 al que acudió casi un centenar de clérigos islamistas. Allí el régimen concluyó que usaría terrorismo y violencia para sus objetivos expansionistas.
Así, el citado Rabani era el agregado cultural en Buenos Aires de la República Islámica de Irán en 1994 y, según el fiscal Nisman, el principal responsable de la conexión local en el atentado de la AMIA. Rabani era uno sólo de la infinidad de agentes usados por Irán. También desarrollaba su actividad en Uruguay, Chile y Colombia, añadiendo una zona de influencia a la frontera entre Brasil, Paraguay y Argentina conocida por ser un escondite de Hezbolá. Mohamad Tabatabaei Einaki fue a Brasil y Abdul Kadir, luego condenado a cadena perpetua en Estados Unidos por intentar poner una bomba en el aeropuerto JFK, a la exótica Guyana vía Venezuela.
Entre tanto, Francia, Inglaterra y la ONU confirman el uso de armas químicas en Siria, peón de Irán en la zona, la UE sigue sin identificar a Hezbolá como terrorista y Asad recupera, gracias a Hezbolá, la ciudad de Qusair. Cualquiera diría que los únicos estados que trabajan son los que persiguen fines perversos ¿Servirán los Estados occidentales para algo más que para sepultar a las generaciones futuras bajo la deuda? ¿Seguirán tolerando que sepulten a sus ciudadanos bajo los escombros de algún atentado?

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