18 diciembre, 2007

La bonanza de las materias primas inaugura la era de las megamineras


MELBOURNE, Australia — Primero fue la creación de los grandes conglomerados privados de petróleo. Ahora están por llegar los grandes conglomerados privados mineros.

Las mineras se han enriquecido en los últimos años al proveer las materias primas que han alimentado el auge del consumo desde China a India y Brasil. Con los precios de los commodities por las nubes, estas compañías han conseguido abultar sus reservas en efectivo y adquirir a sus rivales. Ahora, se están embarcando en una nueva ronda de consolidación que promete crear una nueva clase de monstruo industrial.

Las nuevas megamineras podrán ejercer una gran influencia sobre el costo de materias primas como el mineral de hierro, el cobre y el uranio y, por extensión, sobre el precio de los electrónicos de consumo, los autos y las viviendas.

En noviembre, la anglo-australiana BHP Billiton propuso una fusión con la también anglo-australiana Rio Tinto por US$135.000 millones. De concretarse, sería la combinación entre la primera y segunda minera del mundo, que daría vida a una compañía con un valor de mercado de más de US$335.000 millones. Eso es más que cualquier otra petrolera privada a excepción de Exxon-Mobil Corp. La fusión crearía el mayor productor mundial de cobre y aluminio, el segundo proveedor de mineral de hierro y, posiblemente, la mayor fuente de uranio.

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La propuesta de BHP desató rumores de nuevos acuerdos. La semana pasada, la minera suiza Xstrata Plc, la quinta mayor del mundo, sugirió que estaba dispuesta a ser adquirida. Entre los posibles interesados figuran otras dos de las cinco mayores mineras del mundo: la británica Anglo American Plc y la brasileña Companhia Vale do Rio Doce, más conocida como Vale.

Estos movimientos se producen tras dos años en los cuales los acuerdos mineros sumaron más de US$100.000 millones. La estadounidense Freeport-McMoRan Copper & Gold Inc. adquirió a su compatriota Phelps Dodge Corp.; Vale compró a la canadiense Inco Ltd.; Xstrata se hizo con el gigante canadiense del níquel Falconbridge Ltd. al paso que Rio Tinto se quedó con el gigante canadiense de aluminio Alcan Inc.

La historia se repite

A inicios de esta década, el sector minero estaba en manos de compañías relativamente pequeñas que tenían escaso peso sobre la economía mundial. Pero las adquisiciones de los últimos años evocan la consolidación de la industria petrolera que comenzó en los años 90 y que creó a los gigantes de hoy. Exxon se unió con Mobil, Chevron con Texaco y British Petroleum con Amoco y Atlantic Richfield. "Si uno observa la industria (minera) y la historia del petróleo, en verdad es el mismo juego", dice Alex Gorbansky, director gerente de la firma de asesoría de mercados emergentes Frontier Strategy Group.

No todas las fuerzas que motivaron las fusiones petroleras, en todo caso, están presentes en la consolidación minera. A fines de los 90, los precios del crudo estaban deprimidos y las petroleras pensaban que las fusiones las ayudarían a reducir costos y sobrevivir la época de las vacas flacas. Las mineras de hoy enfrentan la situación contraria: los precios de las materias primas son tan altos y las compañías tienen tanto dinero que no saben qué hacer con él.

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Las similitudes, sin embargo, son asombrosas, aseguran los banqueros y analistas del sector. Gracias al explosivo crecimiento económico de China y otros países en desarrollo, los commodities mineros han adquirido una relevancia estratégica que comienza a rivalizar con la del petróleo. Al igual que en el caso del crudo, ya se ha explotado la mayor parte de los depósitos de minerales de alto grado fáciles de encontrar. Lo que queda son recursos de menor grado a los cuales cuesta acceder y que están ubicados en regiones donde hay mayores turbulencias políticas. Al fusionarse, las mineras esperan enfrentar mejor estos desafíos.

Tamaño, tamaño, tamaño

Muchas mineras occidentales esperan que su tamaño y poderío tecnológico les sirvan para ser los socios escogidos por países como Mongolia, que necesitan de la pericia extranjera para desarrollar sus recursos naturales.

Las grandes mineras, asimismo, tratan de fortalecer sus operaciones para competir con los rivales que han surgido en países como Rusia y China.

El tamaño también será importante en una época de mayor nacionalismo. India, Indonesia y Bolivia protegen cada vez más sus recursos minerales, siguiendo el ejemplo de Rusia y Venezuela, que han tomado drásticas medidas para restringir el acceso de las petroleras extranjeras a sus recursos naturales. Compañías gigantescas, con una amplia presencia internacional, podrían tener más influencia para convencer a estos países a abrir su desarrollo minero. Por otro lado, si los gobiernos no quieren cooperar, estas megamineras tendrían un vasto portafolio de reservas como protección.

La era de la gran minería podría aumentar las ganancias de las compañías líderes, así como la consolidación del crudo impulsó los resultados de las grandes petroleras.

Sin embargo, la tendencia podría complicarles la vida a los consumidores. Un puñado de compañías tendría el poder de adoptar una postura de espera durante períodos de debilidad en los mercados y mantener los precios altos al cancelar proyectos o tomarse su tiempo antes de comenzar proyectos nuevos. "A mayor concentración, mayor poder de monopolio", afirma Amy Jaffe, experta de estudios de energía del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad de Rice de EE.UU. En un estudio publicado en noviembre, Jaffe halló que la consolidación del sector petrolero resultó en menos crudo, no en más. Jaffe sugiere que ello se debe a que las grandes petroleras han invertido en dividendos y recompras de acciones en detrimento de nuevas exploraciones. "La gente que tiene poder monopólico no lo usa para bajar los precios y desarrollar más suministro", observa.

Concentración minera

Aunque un acuerdo entre BHP y Rio Tinto dista mucho de estar a la vuelta de la esquina, la oferta de BHP ilustra las fuerzas que, en opinión de los analistas, están detrás de la consolidación de la industria.

Una mirada a la potencial fusión entre BHP Billiton y Rio Tinto ofrece un vistazo de cómo se vería el mundo tras la creación de las megamineras.

De realizarse una fusión, sólo dos empresas, BHP-Rio y Vale, controlarían más de 70% del comercio mundial de mineral de hierro. En contraste, la Organización de Países Exportadores de petróleo apenas controla un 40% del petróleo mundial. A su vez, cerca de un 70% del uranio proviene de unas 12 minas, incluyendo tres controladas por BHP y Rio.

BHP y Rio tienen su origen en el siglo XIX, cuando sus antecesores desarrollaron minas en Australia, España y otros países. A lo largo de los años, las empresas crecieron mediante fusiones y minas nuevas hasta convertirse en los mayores protagonistas de la minería.

BHP era conocida como la empresa más agresiva que tenía geólogos que favorecían los proyectos grandes y complejos. Rio tenía la reputación de ser una empresa más estirada pero financieramente inteligente, con una tendencia a hacer estimaciones bajas del valor de sus activos con el fin de manejar las expectativas de los inversionistas.

Hasta 2001, sin embargo, la industria todavía estaba fragmentada. Había más de 10 compañías de tamaño medio con capitalizaciones de mercado de entre US$3.000 millones y US$5.000 millones. Ninguna dominaba el sector. Pero el negocio comenzó a cambiar con el auge en el precio de las materias primas que se inició en 2002.

El dinero proveniente de las economías de rápido crecimiento, en especial China, se acumulaba en las arcas de las mineras. Las compañías aumentaron los dividendos y recompraron acciones para complacer a sus accionistas. Ello, sin embargo, no mejoraba los pronósticos para su crecimiento futuro. Así que, BHP y sus pares comenzaron a comprarse unos a otros.

Hacia 2007, el paisaje minero había cambiado y estaba dominado por un puñado de grandes protagonistas, entre ellos BHP, Rio, Vale, Xstrata y Anglo American. Hoy, el valor de mercado de BHP supera al de Cisco Systems o Chevron Corp. La brasileña Vale tiene una capitalización de mercado superior a ConocoPhillips. Las mineras de tamaño medio prácticamente han desaparecido.

La próxima meta

"Estamos en el juego de las sillas musicales", dice Wayne Atwell, un ex analista minero de Morgan Stanley que está lanzando Pontis Global, un fondo de inversión dedicado a los recursos naturales. "Hay cada vez menos sillas y si uno quiere hacer otra adquisición, mejor que sea ahora o ya se habrá ido".

Las perspectivas de la industria minera podrían cambiar radicalmente si el crecimiento económico de China se frenara en forma abrupta. En ese caso, los precios de los commodities podrían desplomarse, dejando a las mineras con activos que fueron adquiridos durante la época más cara del mercado de recursos naturales.

Sin embargo, la mayoría de los observadores predice que la demanda china seguirá siendo sólida y que la ola de consolidación se está moviendo con tal rapidez que será difícil que otras compañías no formen parte de ella.

Una vez que la consolidación haya avanzado, la minería tendrá que inventar nuevas formas de crecer. Una de las ideas que circula es que las grandes mineras comiencen a adquirir a las grandes petroleras.

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