Datos históricos del Banco Central de Nicaragua: Más mentiras, más verdades ocultas
por Salvador López-Madriz
Salvador López Madriz es profesor de economía de la West Georgia University.
El 14 de Noviembre del 2007, el Instituto Cato publicó un artículo que escribí sobre los datos que publica el Banco Central de Nicaragua (BCN). El título del artículo era “Datos Históricos del BCN: ¿Mentiras o Verdades Ocultas?”. Este analizaba las estadísticas publicadas por el BCN para el período 1960-1999, y en él me referí al resultado interesante que todas las tasas de crecimiento del PIB real de Nicaragua son predecibles utilizando el IPC (Indice the Precios del Consumidor) para calcular el PIB real. Sin embargo, el período de los años ochenta, específicamente 1981-1987, fue el único de 7 períodos que presenta una gran diferencia en tasas de crecimiento. Por un lado, el gobierno sandinista reportó que la tasa promedio de crecimiento anual fue de 0,25%, mientras la tasa de crecimiento de la economía usando el IPC fue realmente del -19%, indicando una diferencia abismal de 19,25%.
Decidí entonces continuar mi investigación y analizar los componentes del PIB más importantes: el consumo privado y la inversión privada. Estos, supuestamente, se encuentran en una publicación del BCN llamada “Cuentas del Gasto Real a Precios Constantes” (Tabla I-4), la cual incluye Consumo Privado y Público, Inversión Privada y Pública, Exportaciones e Importaciones.
De acuerdo a esas cifras “oficiales”, el Consumo Privado, principal componente del PIB de cualquier economía, experimentó una tasa de crecimiento de -8,19% promedio anual. Históricamente, el consumo privado constituye aproximadamente el 70% del PIB total nicaragüense. Debido a esto, mas la existencia del efecto multiplicador de gastos, es de esperarse que el PIB caiga por un porcentaje aún más alto, como decir, el -19% que estimé en mi primer artículo. Miremos un ejemplo: durante la Gran Depresión de los años treinta, el PIB real de Estados Unidos se redujo hasta por un 13% anual. El consumo privado durante la misma época se redujo en un 7,02%. En otras palabras, el PIB real se redujo casi a una tasa el doble que la del consumo privado. En Nicaragua, de acuerdo a la entonces “Secretaría de Planificación y Presupuesto”, el consumo privado se pudo contraer hasta por un 8,19% pero la economía (el PIB) no. Como ya algunos han dicho, en este pais, el corcho se hunde y el hierro flota.
El segundo componente más importante, la inversión privada, curiosamente es “nd“ (no disponible), aunque sí lo está para todos los demás años. Sin embargo, el BCN publica que la inversión total real (privada mas pública) creció a una tasa anual del 4,22%. Lo que hace esta cifra “interesante” es que la Tabla VII-6 llamada “Gastos del Gobierno Central” muestra que los gastos reales de capital del gobierno central se redujeron a una tasa de -7,3%. ¿Cómo es posible que el BCN haya reportado que la inversión total crecía al 4,22% cuando el componente público de esa inversión se reducía a una tasa anual del -7,3%? Solamente existe una explicación: que el componente privado (la inversión privada) haya crecido a una tasa promedio anual increíblement alta, lo cual es imposible de creer. Durante el período 1980-1987, la empresa privada fue hostigada, perseguida, y confiscada incesamente. En Estados Unidos, país donde los inversionistas no fueron confiscados u hostigados por el gobierno, la inversión privada se redujo en 1931 y 1932 a tasas de -4,32% y -5,34% respectivamente. Nuevamente, pienso que las estadísticas publicadas por el gobierno sandinista fueron ridículamente falsas.
En conclusión, las estadísticas publicadas por el gobierno nicaragüense de los años ochenta muestran mentiras directas y verdades ocultas que solamente pudieron haber sido publicadas por un gobierno ignorante o irresponsable. No se puede publicar que el PIB real creció al 0,25% mientras el consumo privado lo hizo al -8,19%. Tampoco se puede publicar que la inversión total creció al 4,22% y al mismo tiempo que la inversión pública se redujo en un 7,3%, dando a entender que la inversión privada (sospechosamente no publicada) creció fuertemente durante una época de hostigamiento, persecución, y confiscación de la empresa privada. No es sorprendente entonces saber que hoy en día el Presidente Daniel Ortega, candidato sandinista elegido con el 38% de los votos, no quiera presentar al congreso o al pueblo nicaragüense las cuentas del dinero que recibe por la venta del petróleo que recibe de su amigo venezolano Hugo Chávez. Me imagino que en algún reporte esas cifras se reportan como “nd”.
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