18 marzo, 2008

Argentina: campo desafía a Cristina
Max Seitz
Max Seitz
BBC Mundo, Argentina

Cristina Fernández, presidenta de Argentina.
Se trata del primer paro del sector del gobierno de Fernández.
El sector agrario argentino está en pie de guerra con el gobierno luego de que la presidenta Cristina Fernández decidiera aumentar considerablemente los impuestos a las exportaciones de algunos granos.

Una huelga con cortes de rutas y marchas con tractores en todo el país ha sido el método elegido por miles de productores para protestar contra el incremento de los gravámenes a la soja y el girasol, que alcanzaron el 45%.

Se trata del primer paro del sector desde que Fernández asumió la presidencia en diciembre.

Con la exportación de granos, el campo ha sido el principal motor del crecimiento económico de Argentina tras la profunda crisis de 2001.

De hecho, este país es actualmente el tercer productor mundial de soja, una oleaginosa que ocupa más del 50% de su superficie cultivada.

Por eso, muchos agricultores dicen no entender por qué el gobierno aumenta los impuestos a las exportaciones de granos y "ahoga" así al sector que le da al Estado argentino ingresos por cerca de US$12.000 millones anuales.

"El campo dice basta a una nueva confiscación de la producción agropecuaria", advirtieron cuatro organizaciones rurales unidas en la protesta.

Pequeños productores

Tractor.
El campo dice basta a una nueva confiscación de la producción agropecuaria
Organizaciones rurales
Los analistas afirman que los más afectados por el incremento de los gravámenes a las exportaciones son los pequeños productores del interior de Argentina.

Estos agricultores se quejan de que, entre tributos, insumos, renta de terrenos y transporte, ven muy reducido su margen de ganancias.

Ahora, con el aumento de los impuestos, entregarán unos US$2.400 millones anuales más al Estado argentino, según dijo Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), que agrupa a los pequeños productores.

Por su parte, el gobierno calificó el paro de "desmedido" y dijo que el incremento de los tributos se mantendrá, ya que implica una puesta al día con respecto a los precios que las materias primas han alcanzado en los mercados internacionales.

El ministro de Economía, Martín Lousteau, aclaró que, si bien los impuestos a la soja y el girasol aumentaron, los gravámenes al trigo y al maíz bajaron.

Según los observadores, el interés del gobierno en elevar las llamadas "retenciones" parece radicar en el hecho de que las exportaciones agroindustriales son actualmente la principal fuente de divisas de Argentina, con más de 50% del total.

El propio jefe de Gabinete, Alberto Fernández, lo reconoció indirectamente al declarar: "La gente de campo tiene que entender que si los mercados internacionales son favorables, de algún modo tienen que co-participar (las ganancias) con el resto de los argentinos".

Escasez en los mercados

Sembradío de maiz.
La gente de campo tiene que entender que si los mercados internacionales son favorables, de algún modo tienen que co-participar (las ganancias) con el resto de los argentinos
Alberto Fernández, jefe de Gabinete
Por lo pronto, la huelga ya ha tenido impacto en los grandes mercados mayoristas del país, porque los productores están comercializando menos granos y carnes.

Pero hasta el momento pocos se atreven a vaticinar una crisis de desabastecimiento.

El sector agrario ha dicho que quiere dialogar con el gobierno, pero éste aún no ha respondido a su llamado.

En principio está previsto que la huelga se prolongue hasta el miércoles.

Pero los representantes del campo no descartan realizarla por tiempo indeterminado si no obtienen alguna concesión de la administración de Fernández.

"No vamos a levantar el paro si no hay respuestas concretas", amenazó Néstor Roulet, vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), que reúne a agricultores medianos.

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