25 marzo, 2008

Caracas en evidencia por informe sobre banco iraní

El Nuevo Herald

La imagen internacional del gobierno de Venezuela podría sufrir un nuevo revés luego de que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos incluyó la sucursal en Caracas de un banco estatal iraní en una lista de instituciones financieras de este país islámico sospechosas de financiar actividades terroristas y de proliferación nuclear.

De acuerdo con un reporte de la Red de Vigilancia de Crímenes Financieros (FinCEN) que el departamento norteamericano dio a conocer el jueves pasado, el Banco Internacional de Desarrollo, S.A., propiedad de Irán y activo en Venezuela desde septiembre del 2007, podría formar parte del ‘‘continuado esfuerzo'' del gobierno iraní de usar instituciones bancarias estatales para promover la "proliferación nuclear'' y "el financiamiento de actividades terroristas''.

El banco iraní recibió la aprobación del gobierno venezolano en la segunda semana de septiembre del 2007, como parte de los convenios de cooperación entre Venezuela e Irán ratificados en enero de este año. El capital inicial fue de unos $18.6 millones.

Venezuela ha negado que apoya actividades financieras ilícitas para promover la producción de armas nucleares en Irán, principalmente desde febrero del 2006, cuando el país suramericano y el asiático firmaron un convenio por $200 millones para proyectos conjuntos.

El informe resaltó el "creciente riesgo'' que representa el sector financiero iraní para el sistema financiero internacional, y exigió la aplicación de la resolución 1803 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, del pasado 3 de marzo, la cual solicita a los estados miembros del organismo "vigilar las actividades de instituciones financieras en sus territorios con todos los bancos domiciliados en Irán'', y "sus sucursales y subsidiarias en el extranjero''.

"A través de bancos de propiedad estatal, el gobierno de Irán esconde su vinculación con la proliferación [nuclear] y actividades terroristas mediante una amplia gama de prácticas engañosas especialmente diseñadas para evadir su detección'', precisó el informe, titulado Guía para instituciones financieras sobre la continua amenaza del lavado de dinero vinculada a actividades iraníes ilícitas.

Entre las prácticas ilegales denunciadas por el FinCEN se encuentra la carencia de fuertes medidas "antilavado'' por parte de las autoridades bancarias iraníes, y los esfuerzos del Banco Central de Irán de excluir la identidad de las instituciones bancarias del país islámico en transacciones financieras globales, en parte "para dificultar que las instituciones financieras intermediarias determinen quiénes son los verdaderos participantes en las transacciones''.

Además del banco iraní, el FinCEN incluyó a otras 50 instituciones financieras controladas por Teherán, y siete de carácter privado, que funcionan en más de una docena de países, incluyendo Venezuela.

En la actualidad, a petición de la congresista sudfloridana Ileana Ros-Lehtinen, los departamentos de Estado y del Tesoro están investigando los vínculos entre Venezuela e Irán, y si los acuerdos de cooperación entre ambos países violan la ley del embargo al país islámico.

"Las acciones del Departamento del Tesoro deberían dar ímpetu a una perspectiva más amplia sobre el rango de actividades entre Venezuela e Irán, y si esos lazos violan las leyes norteamericanas'', declaró Ros-Lehtinen, quien ha denunciado la cooperación del gobierno chavista con gobiernos y grupos que promueven el terrorismo internacional.

El informe se produce en momentos en que Washington considera la posibilidad de incluir a Venezuela entre los países que patrocinan y respaldan el terrorismo internacional, tras supuestas evidencias de que Caracas mantiene un pacto secreto de cooperación y financiamiento con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

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