30 abril, 2008

Cortes en EE.UU. definirán futuro de Grupo México

Por Joel Millman

Dos juicios comenzarán hoy en Texas, Estados Unidos, cuyos resultados ayudarán a definir el futuro de Grupo México SA y de su ex subsidiaria estadounidense Asarco, una minera que el conglomerado mexicano compró hace una década en medio de una controversia y que después declaró en bancarrota.

En la ciudad de Corpus Christi, un tribunal de bancarrotas recibirá ofertas para comprar Asarco y sacarla del proceso de quiebra. Las ofertas deberán ser suficientemente generosas como para pagar más de US$1.000 millones en reclamos ambientales de los gobiernos federal y estatales de Estados Unidos que acusan a Asarco de daños ambientales producidos en un siglo de operaciones en el occidente del país. Entre los postores previstos están los dos principales acreedores de Asarco, el fondo de cobertura Harbinger Capital Partners y Citigroup Global. Grupo México también dice que presentará una oferta.

Hoy también iniciarán las mociones preparatorias para el juicio civil, que empezará en un tribunal federal en la ciudad de Brownsville, donde la actual gerencia de Asarco está demandando a Grupo México con el argumento de que la compañía matriz vació a la minera de sus mejores activos y la obligó a acogerse a la protección de bancarrota para evitar pagar sus obligaciones ambientales. Si es hallada culpable en el juicio civil, Grupo México podría tener que pagar más de US$9.000 millones, incluyendo daños punitivos.

Estos hechos simultáneos son el resultado de una arriesgada jugada empresarial orquestada por el presidente de Grupo México, Germán Larrea. Básicamente, Larrea espera ganar otra vez el control de Asarco en el juicio de bancarrota, de modo que si pierde la demanda civil y es obligado a devolver activos a Asarco, se los esté entregando a una empresa bajo su control, dicen abogados familiarizados con la causa.

El misterioso Larrea es la cabeza de un imperio multimillonario de minería y construcción que brilló durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, el presidente que privatizó a principios de los años 90 algunas de las mayores minas de cobre del mundo. Irónicamente, los activos estratégicos de Grupo México en el estado de Sonora habían pertenecido a la propia Asarco, antes de ser nacionalizados por gobiernos mexicanos previos.

En 1999, Grupo México le ganó en la subasta por Asarco a las grandes mineras estadounidenses Phelps Dodge Corp. y Cyprus Amax Minerals. En 2004, Grupo México transfirió la participación de control de Asarco en otra minera importante, Southern Peru Copper Company, a otra de sus subsidiarias. La decisión fue positiva para los accionistas de Grupo México, pero preocupó a los ambientalistas estadounidenses, quienes temían que una Asarco sin sus rentables activos peruanos no pudiera seguir pagando sus multas ambientales y eventualmente se viera obligada a declararse en quiebra. Esos miedos se hicieron realidad al año siguiente.

La medida de Asarco generó una disputa amarga y más amplia sobre la limpieza de las minas estadounidenses. Un cambio de las leyes federales en los 90 permitió a las empresas deshacerse de algunas de sus obligaciones ambientales a través de un proceso de bancarrota, donde los grupos ambientales en busca de fondos deben competir con tenedores de bonos, proveedores y otros acreedores de la empresa.

En febrero de 2007, el reparto del dinero fue complicado cuando los interventores de Asarco —designados por un juez— demandaron a Grupo México, acusándolo de maniobras fraudulentas en la fusión con Southern Peru Copper.

En la demanda, los querellantes dicen que Grupo México "obligó a Asarco a una transacción con la intención de demorar, estorbar y defraudar a los acreedores" de la compañía. Y agregan: "No fue contratado ningún banco de inversión y no se hizo ninguna averiguación sobre la posible venta (de la participación) a un tercero que habría pagado más" por las acciones, cuyo valor, dicen, subestimaron en al menos US$500 millones en el momento de la transacción.

Hoy, las acciones de Souther Copper podrían valer hasta US$5.000 millones según algunos estimados.

Grupo México ha negado la acusación de que manipuló la venta de la participación de Asarco. La empresa mexicana presentó una moción para pedir un juicio sumario en el caso —esencialmente, para que los cargos sean desestimados—, que la corte de Brownsville verá esta semana. Casi todos los observadores creen que la moción será rechazada y que habrá un juicio, cuyos alegatos iniciales están previstos para el 12 de mayo.

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