25 mayo, 2008

Chávez propone a Castro para gobernar el mundo

EL PRESIDENTE Hugo Chávez desmiente las alegaciones de sus lazos con la guerrilla colombiana. Poco después se reunió con editores de periódicos estadounidenses.
FERNANDO LLANO / AP
EL PRESIDENTE Hugo Chávez desmiente las alegaciones de sus lazos con la guerrilla colombiana. Poco después se reunió con editores de periódicos estadounidenses.

El presidente Hugo Chávez de Venezuela acababa de concluir una rueda de prensa, con un teatro extravagante, en la que denunció un informe de Interpol por el cual se autentifican documentos que vinculan a su gobierno con los rebeldes de la vecina Colombia. Eso duró cuatro horas, y después extendió una invitación sorpresa a una delegación de editores de periódicos estadounidenses en una ''misión para encontrar los hechos'' en Venezuela: ¿quizá podamos pasar juntos unos 10 o 15 minutos mientras tomamos un café?

Diez a 15 minutos se convirtieron en dos horas extraordinarias el jueves antepasado, ya entrada la noche, mientras ayudantes esperaban para que Chávez abordara un avión que lo transportaría a una cumbre de líderes europeos, latinoamericanos y caribeños que se realizaría al día siguiente en Lima, Perú.

La Sociedad Estadounidense de Editores de Periódicos (ASNE, por sus siglas en inglés), al planear su viaje, había solicitado meses atrás una reunión con Chávez, solicitud que no se respondió. Ahora, los editores vieron un Presidente que era tanto jocoso como competidor, que habló a sus anchas de su pasión por el béisbol (le va a los Yankees, le dijo a un editor), sobre su historia de retórica directa, antiestadounidense (por favor, no se ofendan), del destino de la democracia y la libre expresión en Venezuela (insiste en que no hay problemas), su relación personal con la Cuba de Fidel Castro, y de lo que haría si deja el cargo en el 2013, según lo actualmente establecido en la ley.

Chávez, presidente desde 1999 y sobreviviente de un fallido golpe de Estado en el 2002, ahora enfrenta una oposición alentada por la derrota en diciembre pasado en un referendo por el cual se le podría haber permitido que se reeligiera indefinidamente, al tiempo que también se habrían impuesto cambios drásticos en la Constitución con los que se habría consolidado su poder.

Sin embargo, la oposición sigue fracturada, sin ningún consenso sobre una agenda nacional diferente. En Chávez, ella enfrenta a un hombre que se ha ganado el respaldo usando la compañía petrolera nacional para ayudar a los más pobres de los pobres, extendiendo la atención de la salud y la educación por medio de una serie de ''misiones'', y sometiendo a las viejas elites de Venezuela.

Aún así, Chávez tiene sus problemas: un alarmante índice de homicidios se presenta como una fuente de vergüenza y ansiedad nacionales; la pobreza sigue arraigada y los críticos sostienen que el petróleo, con un precio de más de $120 el barril, en comparación con los $8 cuando Chávez llegó al poder, debería haber generado mucho más progreso social; la corrupción es rampante; la inflación es alta; el crecimiento se ha desacelerado, y los inversionistas extranjeros han estado intranquilos debido, entre otras cosas, al curso agresivo de nacionalizaciones de industrias clave.

Mientras que Chávez llama a su visión ''socialismo del siglo XXI'', a la oposición le parece que se asemeja cada vez más al comunismo viejo, al estilo Castro. Cuando Chávez se reunió con editores estadounidenses en su estudio del palacio presidencial de Miraflores, con fotografías de la familia detrás de él y hablando por medio de un intérprete, pareció satisfecho al mostrar un ''comandante'' más diplomático, gentil y amable.

Sobre sus ataques contra Estados Unidos.

Les pido que me disculpen. Les pido que me perdonen si en mis discursos he ofendido a alguien en Estados Unidos. Pido que me perdonen. Cuando hablo sobre Estados Unidos, no me refiero al pueblo, a los ciudadanos. Me refiero a la elite que está gobernando Estados Unidos, y ni siquiera me refiero a toda la elite gobernante de Estados Unidos. Porque tenemos amistades entre la élite gobernante. En la élite económica, tenemos amigos. Tenemos amigos entre la élite cultural de Estados Unidos [. . .]. Danny Glover. Kevin Spacey estuvo aquí. Sean Penn. Ellos son mis amigos, amigos cercanos [. . .]. Y cuando vienen para acá, dicen lo que les gusta y lo que no les gusta. Y seguimos siendo amigos. Y eso es lo que queremos. Queremos ser amigos. Y espero que con el gobierno nuevo podamos entonces abrir un espacio nuevo para el intercambio y la discusión.

Sobre su candidato favorito en las elecciones presidenciales estadounidenses.

Sería una mentira si dijera que no tengo preferencias. No obstante, no quiero tomar esto como algo personal, y tomar este candidato o ese candidato [. . .]. No debería decir nada que pudiera usarse contra alguien. Preferiría ser cuidadoso y ver las cosas desde cierta distancia. Nuestra preferencia sería que quienquiera que resulte elegido pudiéramos empezar de inmediato con cierto intercambio. Es hablando como podemos acercarnos y compartir nuestros puntos de vista, y entonces llegar a algún acuerdo.

Sobre el presidente George W. Bush. Recuerdo cuando conocí a George Bush. Fue en Canadá, durante la Cumbre de América. Nos saludamos de mano. Y le dije, con gran espontaneidad y sinceridad -- y sé muy poco inglés --, pero le dije esto: ''I want to be your friend (quiero ser su amigo)''. Tuve esperanza por unos 20 minutos.

Sobre las relaciones futuras con Estados Unidos.

Me encantaría, por ejemplo, poder trabajar con Estados Unidos, juntos, y con otros países también, sin importar la ideología, trabajar en el campo de la salud, por ejemplo, de la mortalidad infantil, la producción de alimentos. En América Latina, tenemos 19 millones de personas desnutridas [. . .]. Haití, es un desastre. Niños que mueren de hambre. La educación. Hay tantas cosas que podemos hacer juntos. Olvídense de la complejidad de la ideología. No importa cómo pensemos, hay un mundo que está esperando que ataquemos las injusticias. Así es que me gustaría que pudiéramos hacer eso juntos. Bueno, si no podemos hacer todo eso, al menos nos podemos sentar a platicar.

Sobre el suministro de petróleo a Estados Unidos.

En el caso del petróleo, que es una preocupación seria en Estados Unidos, bueno, tengan la plena seguridad de que continuaremos proveyendo de petróleo a Estados Unidos. 1.5 millones de barriles diarios de petróleo para Estados Unidos: eso es la mitad de nuestra producción, y seguimos aumentando nuestra producción, para ayudar en el suministro y para satisfacer las necesidades energéticas. Estamos lejos de ser una amenaza. Somos amigos. Pero este gobierno nos ha tratado mal. Pero esto tiene que cambiar.

Sobre si le preocupa una invasión estadounidense.

Sí, es una inquietud genuina. Tenemos evidencia de que existen planes en este sentido. Bueno, ustedes han visto lo que pasó en Irak y muchos otros países en estos años [. . .]. Ahora tengo esperanzas de que no lleguemos tan lejos. Antes que nada, porque no hay una razón para eso. Lo entendería si hubiera una gran guerra, la guerra mundial. Cuando Saddam Hussein invadió Kuwait, por supuesto, aunque podríamos cuestionar las razones detrás de eso, se produjo un acto de agresión en contra de Kuwait. ¿Hemos invadido a alguien? No somos una potencia. No tenemos bombas atómicas. No tenemos misiles para destruir pueblos, para atacar otros pueblos. Así es que no existe ninguna razón en absoluto.

Hay otro elemento, claro está, lo primordial, desde luego, pero no es una razón para invadir: es el petróleo. Sí creo que la razón principal para invadir Irak fue el petróleo. Y la causa principal de las amenazas en nuestra contra es de nuevo el petróleo, y hoy más que nunca antes, Venezuela se ha convertido en el país con las reservas petroleras más grandes de la Tierra [. . .]. Y estamos produciendo 3.3 millones de barriles de petróleo al día, y estamos invirtiendo para poder incrementar la producción y llegar a los cinco millones de barriles en tres años más, cuatro años como máximo [. . .]. Así es que, en caso de que nos invadan, la situación cambiará drásticamente. Si hubiera una guerra, se detendría esta inversión. No habría ningún incremento en la producción de petróleo. Sólo se reduciría, como sucedió en Irak [. . .]. Así es que espero que no lleguemos tan lejos.

Sobre la libertad de expresión y cómo se retrata a Venezuela en la prensa.

Soy incapaz de pedirle a la gente que hable bien de mí [. . .]. Sólo quiero que digan la verdad, de eso se trata. Hemos cometido errores. Tenemos muchos problemas en este país. Pero decir, por ejemplo, que hay una dictadura en este país; no hay absolutamente ninguna evidencia de que se tenga una dictadura en este país. Se respeta ampliamente la libertad de expresión, es muy abierta. Miren, me encanta el debate. Me entristecería mucho si sólo pudieran oír la voz oficial. Sería aburrido. Aquí, la gente es libre de decir cualquier cosa que piense. Claro está, hay reglas qué seguir, y necesitamos discutir lo que está pasando en el país. Y podemos intercambiar y comparar puntos de vista.

Sobre su relación con Fidel Castro.

Lo que les voy a decir podría parecerles una exageración. Pero si el mundo tuviera que elegir un presidente, un presidente que pudiera resolver los problemas del mundo, un presidente que dirigiera al mundo, un presidente con el poder para hacer eso, ese hombre sería Fidel.

Quizá no sea el único [. . .]. Es una máquina, una máquina humana de solucionar problemas, [con] una enorme capacidad analítica para analizar cosas y buscar soluciones a los problemas. Realmente lo quiero como a un padre, y no me molesta decirlo. ¿Un hermano mayor? No, es un padre. Y creo que él me ve como a un hijo. Pero, por respeto, me llama hermano. Pero creo que es una relación de padre e hijo.

Solíamos hablar mucho; ahora, es por escrito. No hablamos con tanta frecuencia como en el pasado porque no se ha recuperado del todo de esos problemas que ha tenido. Solíamos hablar 12 horas seguidas. Ahora son cuatro horas. Y, claro está, no es tan frecuente como antes.

Sobre si realmente dejará el cargo en el 2013 como está establecido actualmente y lo que podría hacer en ese caso.

[Jacques] Chirac, antes de abandonar la presidencia de Francia, dijo que existe la vida después de la política. No obstante, tengo este temor. Creo que estoy condenado. ¿Por qué? Porque la gente me acusa de concentrar demasiado poder [. . .]. Y, no obstante, no se es otra cosa que un prisionero. Porque salgo de este cuarto. Me meto en un coche. Me llevan al aeropuerto para abordar un avión. Me llevan a un coche. Tengo toda la gente de seguridad a mi alrededor. Voy al hotel. Vuelvo a

subirme al coche. Y, entonces, empieza la cumbre. Y de vuelta a este cuarto. ¿Qué clase de vida personal es esta? [. . .]. Hago esto, lo hago con gusto porque entiendo mi papel en este momento [. . .]. Mi temor aquí es que, aún si dejo este palacio, nunca abandonaré la política, al menos por un tiempo. No sé cuántos años. No creo que el pueblo venezolano, al menos parte del pueblo, me permitiría alejarme demasiado de la política. Una vez que termine, estoy dispuesto a hacer cualquier cosa que requiera de mí la revolución. Saben lo que me encanta muchísimo, o al menos bastante: enseñar. Me encanta enseñar. Explicar Matemáticas: no Inglés. Literatura, Física, o entrenar jóvenes en béisbol, por ejemplo.

(Chávez nunca respondió si con seguridad abandonará el cargo en el 2013).

Martin Baron, editor del Boston Globe formó parte de la delegación de la Sociedad Estadounidense de Editores de Periódicos que se reunió con Chávez.

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