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Un tribunal de apelaciones de Texas anuló una sentencia multimillonaria contra Merck sobre su sedante Vioxx, diciendo que no hay pruebas suficientes que lo vinculen con el ataque al corazón sufrido por el esposo de la demandante. La farmacéutica estadounidense retiró a Vioxx del mercado en 2004 después de que estudios lo relacionaran con un aumento del riesgo de ataques al corazón y apoplejía.
Prisa, grupo español de medios, prepara la venta del único operador de televisión satelital del país, Digital+, según personas al tanto. El valor de Digital+ podría alcanzar los US$5.400 millones, según analistas. La estrategia le permitirá a Prisa, editora del diario El País, centrarse en sus negocios de medios, editoriales y de televisión abierta.
EADS dijo que registró ganancias por US$441,2 millones en el primer trimestre, gracias a las mayores ventas de aviones de su filial Airbus y la ausencia de grandes cargos por reestructuración.
Samsung Electronics nombró al ex director de su filial de chips, Lee Yoon-woo, como presidente ejecutivo, en reemplazado de Yun Jong-yong.
Tesco dijo que afianzó su posición en Corea del Sur con la compra de 36 tiendas Homever a la coreana minorista de moda E-Land Group por US$1.860 millones. La compra dará al gigante minorista británico un 50% más de espacio en Corea del Sur y duplicará sus tiendas en Seúl.
Carl Icahn, inversionista activista que recientemente compró cerca de 50 millones de acciones de Yahoo , planea iniciar una batalla para sustituir a los diez miembros de la junta directiva de la empresa estadounidense de Internet, según fuentes al tanto.
Telefónica anunció que sus utilidades aumentaron 22% a US$2.380 millones en el primer trimestre ayudadas por sus operaciones en América Latina. La empresa española de telecomunicaciones va en camino a cumplir sus previsiones para este año.
La junta directiva de AIG está satisfecha con el desempeño de su presidente, Martin J. Sullivan, según dijo uno de sus miembros ayer, después de la reunión anual de la compañía de seguros. Reportes periodísticos recientes habían indicado cierto malestar de los directores hacia Sullivan.
Fiscales estadounidenses podrían enviar una citación a UBS para obtener los nombres de sus acaudalados clientes estadounidenses que podrían haber usado sus servicios para evadir impuestos sobre la renta, según abogados y personas cercanas. El banco suizo y el Departamento de Justicia no hicieron comentarios.
Saudi Aramco, petrolera estatal saudita, y la francesa Total anunciaron que han decidido continuar sus planes para construir una enorme refinería de petróleo en Arabia Saudita. El proyecto tiene un valor superior a los US$10.000 millones.
Felipe Calderón, presidente de México, envió al Congreso una propuesta para que la petrolera estatal Pemex pague menos impuestos por crudo extraído de campos en aguas profundas. La meta de la propuesta es elevar la decreciente producción petrolera del país.
Banco Panamericano, de Brasil, planea recaudar US$120 millones con la emisión de bonos en el extranjero con vencimiento a dos años y un retorno anual de 7,25%, informó una fuente cercana.
Ecuador registró un alza de 102% en las exportaciones de crudo durante el primer trimestre, a US$2.710 millones, según el banco central.
Tractebel Energia, filial brasileña de la empresa de servicios públicos franco-belga Suez, reportó utilidades de US$236 millones en el primer trimestre, 61,7% más que un año antes.
América Latina y el Caribe crecerán 4,5% en 2008, por debajo del 5% previsto anteriormente, según el Banco Mundial. La crisis de EE.UU. repercutirá más en México, América Central y el Caribe mientras que Sudamérica capeará mejor la situación.
Vale confirmó que dos instituciones japonesas acordaron financiar hasta US$5.000 millones de su programa de inversión durante los próximos cinco años. La minera brasileña utilizará los recursos de JBIC y NEXI en proyectos de producción, logística y generación eléctrica.
Alan García, presidente de Perú, decretó la creación del Ministerio del Ambiente y propuso un nuevo impuesto a los combustibles fósiles para financiar un fondo internacional para la protección ambiental.
General Electric prepara la venta de su tradicional división de electrodomésticos
Por Dana Cimilluca, Carol Hymowitz, Matthew Karnitschnig y Rick Carew
General Electric Co. se prepara para vender su división de electrodomésticos, dicen fuentes cercanas. La medida constituye un nuevo paso en la campaña emprendida por el presidente ejecutivo Jeffrey Immelt para cambiar el rostro del conglomerado industrial, financiero y de medios de comunicación.
Immelt se ve presionado para reducir significativamente la amplia gama de negocios de GE, luego de que en abril anunciara ganancias decepcionantes para el primer trimestre y redujera sus perspectivas sobre las utilidades anuales del grupo. Tales anuncios provocaron la mayor caída diaria de la acción de GE en más de 20 años.
La venta pondría punto final a los más de 100 años de GE en el mercado de los electrodomésticos. Aunque la empresa ha evolucionado desde su nacimiento en 1907 y se ha transformado en un conglomerado con presencia en áreas tan diversas como las finanzas y la energía nuclear, GE sigue siendo identificada por los consumidores por sus lavadoras y refrigeradores. Durante años, la filial de electrodomésticos también ha servido de campo de entrenamiento para altos ejecutivos, como el propio Immelt.
GE contrató a Goldman Sachs Group Inc. para que conduzca una subasta por la división de electrodomésticos, o línea blanca, que podría generar entre US$5.000 millones y US$8.000 millones, dicen fuentes cercanas. Según una de ellas, en las próximas semanas GE y Goldman empezarían a distribuir los materiales de venta a posibles compradores en Europa, Asia y tal vez el resto del mundo.
GE también ha puesto en venta su negocio de tarjetas de crédito y se anticipa que se desprenda de otras piezas de su división financiera en los meses venideros, al igual que partes de sus filiales industriales, posiblemente la unidad de iluminación.
Immelt también ha estado evaluando cambios en la cúpula de la filial de salud, GE Healthcare, y ha empezado a involucrarse de forma más directa en sus decisiones, dicen fuentes cercanas.
El ejecutivo de 52 años, no obstante, ha defendido el modelo de negocios del conglomerado. Además, la división de electrodomésticos, cuyas ventas ascienden a los US$7.000 millones al año, representa apenas una fracción de la facturación de GE, estimada en US$173.000 millones. Por ende, el impacto de cualquier venta será limitado.
Immelt tiene programado asistir a un encuentro en Florida la próxima semana donde los analistas de Wall Street seguro le pedirán que venda más unidades de GE.
Bajo la dirección de Immelt, GE ya ha vendido partes de su negocio industrial, como GE Supply, una operación de suministro eléctrico, y la filial de fabricación de materiales de silicio y cuarzo. El año pasado, Immelt acordó vender el negocio de plásticos a la saudita Saudi Basic Industries Co. por unos US$11.600 millones.
"GE siempre ha estado dispuesta al cambio", dijo Immelt durante la asamblea anual de la empresa el 23 de abril. La venta de negocios en los últimos años ha generado US$50.000 millones, acotó.
Sin embargo, las ganancias netas del primer trimestre cayeron a US$4.300 millones, frente a los US$4.570 millones de igual lapso del año previo. La noticia propició un descenso de casi 13% en la acción en una jornada, algo de lo que el conglomerado aún no se recupera. La acción, que ayer cerró en US$32,51 en la Bolsa de Nueva York, ha regresado a su nivel de principios de 1999.
La división de electrodomésticos podría venderse por menos de lo que GE habría recibido antes de la caída del mercado hipotecario. Ahora, el alza en los precios de las materias primas y los problemas económicos han opacado el desempeño del negocio de electrodomésticos de GE. Los pedidos bajaron 6% en el primer trimestre y la contracción del crédito ha reducido el apetito de las firmas de capital privado, que a principios de año habrían sido consideradas como compradoras naturales.
Es posible que GE mantenga una participación en el negocio. Asimismo, es probable que cualquier comprador siga usando la marca de GE, como ocurre con las transacciones que involucran marcas fácilmente reconocidas por los consumidores.
"Había un mejor entorno para vender hace tres o cuatro años, antes de la crisis financiera e inmobiliaria", apunta Scott Davis, analista de Morgan Stanley. "Los electrodomésticos de GE son una gran marca, pero es difícil protegerla una vez que la vendes, lo cual es el motivo por el que GE no lo ha hecho".
La subasta de la subsidiaria de electrodomésticos de GE puede ser una oportunidad para que los compradores no estadounidenses aprovechen la debilidad del dólar y se queden con el último gran activo estadounidense en el mercado de electrodomésticos grandes. GE ocupa el segundo lugar en el mercado detrás de Whirpool Corp., la cual compró Maytag Corp. en 2006 por US$1.700 millones.
Entre los posibles postores figuran la alemana BSH Bosch und Siemens Hausgeräte GmbH y la china Haier Group Co., un fabricante de electrodomésticos que perdió la puja por Maytag, dijeron fuentes de los bancos. Igualmente, firmas de capital privado y el socio mexicano de GE, Controladora Mabe SA, podrían mostrar interés, añadieron.
Un reto incluso mayor para Immelt que vender divisiones débiles puede ser sanear las divisiones enfermas que quiere mantener. La lista la encabeza GE Healthcare, cuyas ventas se han estancado y sus ganancias van en declive.
La subsidiaria prosperó bajo la batuta de Immelt, una de sus paradas antes de asumir la presidencia ejecutiva del grupo hace siete años, pero últimamente se ha visto perjudicada por una serie de vicisitudes.
Problemas de calidad, por ejemplo, desembocaron en el cierre por 20 meses de una planta en Salt Lake City que fabrica equipos de rayos X. Un vocero de GE confirmó que Immelt se ha involucrado más estrechamente en las decisiones de la filial.
GE atribuyó su tropiezo del primer trimestre mayormente a la crisis crediticia, la cual impidió que su negocio financiero completara ventas de bienes raíces y la forzó a reducir el valor de los préstamos. Sin embargo, los magros resultados de unidades como GE Healthcare también tuvieron un impacto.
El auge del acero frena la construcción en el mundo
Por Robert Guy Matthews
Los aumentos implacables de los precios del acero están desacelerando o deteniendo grandes proyectos de construcción en todo el mundo, sentando las bases para una posible reacción en contra de las siderúrgicas.
Venezuela, en medio de su campaña de control de precios, renacionalizó a su mayor acerera y está limitando sus exportaciones de esta aleación. Mientras tanto, Irán ha recortado su impuesto a la importación para mantener bajos los precios. En Brasil, los fabricantes de electrónicos dicen que los precios del acero han subido 25%, forzando un alza de entre 4% y 6% en los precios al consumidor. Los ejecutivos petroleros estadounidenses dicen que los encarecidos precios del acero amenazan sus proyectos de exploración.
En Turquía, una asociación de constructores anunció que empezaría hoy una huelga de 15 días en ocho ciudades para forzar a las siderúrgicas a rebajar los precios, que se han más que duplicado. En Nueva Delhi, India, un ambicioso proyecto de un puente está parado porque los costos relacionados con el acero superaron el presupuesto, mientras que las constructoras han decidido aplazar o frenar la construcción de viviendas para personas de escasos recursos. Esto ha forzado al gobierno a congelar los precios del acero durante los próximos tres meses.
Los precios del acero han subido, globalmente, entre 40% y 50% desde diciembre. Los ejecutivos del sector dicen que todavía no han llegado a su punto más alto.
Ayer, ArcelorMittal, la mayor acerera del mundo por volumen, elevó los precios en US$186, un 20%, por tonelada en Europa, diciendo que sus propios costos (como el mineral de hierro, la energía y el transporte) habían aumentado. En los últimos meses, el precio del carbón de coque se ha duplicado debido a la escasez, mientras que el del mineral de hierro ha ganado 71%.
"Aún no hemos visto que los precios lleguen a su punto más alto. Lo que hemos visto es que los costos siguen subiendo cada mes", dice el presidente ejecutivo de ArcelorMittal Lakshmi Mittal.
La compañía anunció ayer que sus ganancias netas crecieron 5,4% a US$2.370 millones en el primer trimestre de 2008, frente a los US$2.225 millones del mismo período del año anterior. Tanto los despachos como las ventas subieron gracias a que la compañía vendió más acero en los mercados emergentes.
Este pronunciado aumento en los precios es impulsado fundamentalmente por dos factores. Por una parte están los costos cada vez mayores de los ingredientes para la producción del acero, como el mineral de hierro, el carbón de coque y la chatarra. Por otra, el aumento de la demanda proveniente de China e India.
Pese a que actualmente se encuentran en una posición que les da el poder para establecer los precios, los productores de acero temen que con el tiempo, los precios afecten las ventas.
"Habrá un impacto sobre la demanda y eso no será nada bueno para la industria del acero", dice Aditya Mittal, director financiero de Mittal.
Las siderúrgicas están tomando medidas para reducir sus propios costos. Cada vez más productores están comprando mineral de hierro y reservas de carbón para protegerse de los precios más altos de las materias primas. También están adquiriendo plantas energéticas para mantener bajos los costos de la electricidad y tratan de colaborar con sus clientes para idear procesos y productos de acero más baratos. Nippon Steel y otras acereras japonesas anunciaron este mes que acelerarían sus planes para recortar costos, incluyendo despidos y el uso de sustitutos del acero más baratos.
La industria acerera, que sigue siendo algo fragmentada frente a la automotriz o minera, también se está consolidando. Esto podría permitirles a los productores ser más eficientes y ganar economías de escala que en última instancia podrían conducir a una mayor estabilidad de precios y menos, pero mayores, competidores. En los últimos meses, las indias Tata Steel y Essar Steel han hecho grandes adquisiciones, al igual que la rusa Evraz Group y la sueca SSAB Svenskt Stal AB. Luego de todos estos acuerdos, las cinco mayores siderúrgicas del mundo apenas dominan 18% de las reservas mundiales de acero en comparación con el 35% de las de mineral de hierro.
Hasta que algunos de estos cambios estructurales empiecen a rendir frutos, los precios seguirán subiendo.
"Creo que los precios del acero seguirán al alza y luego se estabilizarán a fines del año", pronostica Jim Forbes, del equipo global de metales de PriceWaterhouseCoopers.
La rápida industrialización de economías emergentes como India, Medio Oriente, Europa del Este y China, donde el acero es el componente primordial de acueductos, desagües, puentes, hogares y edificios de oficinas, ha provocado una escasez mundial de este metal.
En este momento, los productores de acero del mundo generan casi 1.000 millones de toneladas al año, cantidad que se quedaría corta en un 5% con la demanda de este año. Los analistas calculan que sólo en Estados Unidos, Japón y los países de la Unión Europea se necesitarán más de 200 millones de toneladas adicionales de acero para 2013. Sin embargo, las cifras indican que sólo habrá disponibles unos 175 millones de toneladas.
Biocombustibles: Un asalto a los más pobres del mundo
por Deepak Lal
Deepak Lal es profesor de desarrollo internacional en la Universidad de California en Los Angeles y es un académico asociado del Cato Institute.
Disturbios por la crisis alimenticia en Indonesia, México, Egipto, las Filipinas y Vietnam. Controles de precios y racionamientos en Pakistán y China. ¿Estaremos regresando a la trampa maltusiana, donde los precios de los bienes agrícolas y comestibles como la harina y el maíz, e incluso de los productos lácteos y las carnes han incrementado en los últimos años hasta un nivel sin precedente histórico? ¿O será este otro mal producto de la reciente obsesión de Occidente con las emisiones de CO2 que supuestamente están destruyendo nuestro planeta con el calentamiento global?
Digamos que existe un caso maltusiano. La demanda por cereales ha incrementado en un 8% entre el 2000 y el 2006 debido a un incremento poblacional y de ingresos en el Tercer Mundo, con la normal inelasticidad en la oferta agrícola (la oferta se incrementa en un 1-2% mientras los precios suben en un 10%), empeorándose por la larga sequía en Australia que ya casi cumple una década. Ésta es achacada al calentamiento global producto de las emisiones de dióxido de carbono, que por su parte justifica la cruzada de los “guerreros del CO2”. Estos factores de oferta y demanda han llevado a que los precios de los cereales se dupliquen entre el año 2000 y 2008. Como los alimentos de primera necesidad forman una parte importante del consumo de los más pobres del planeta, los compradores netos en el Tercer Mundo han recibido un fuerte golpe. La tesis maltusiana que fue declarada difunta con la Revolución Verde ha resucitado.
¿Pero lo ha hecho realmente? Examinando los componentes del crecimiento en el consumo de los cereales en años recientes, el Insitito Internacional de Investigación de Políticas Alimentarias (IFPRI por sus siglas en ingles) encuentra que: “mientras el cereal utilizado como comida y para alimento de animales ha incrementado en un 4 y 7%, respectivamente, desde el año 2000, el uso de cereales con propósitos industriales (como la producción de biocombustibles), ha aumentado mas del 25%. Solamente tomando en cuenta a Estados Unidos, el uso de maíz para producir etanol ha incrementado 2.5 veces entre el año 2000 y 2006”. Así que el incremento poblacional y del salario promedio en el Tercer Mundo nada tiene que ver con este aumento en los precios alimenticios, sino que más bien es producto de la obsesión de los países ricos con reducir los gases CO2 utilizando menos combustibles fósiles.
La UE ha ordenado que los biocombustibles representen el 10% del combustible de transporte para el año 2020 y los EEUU están buscando duplicar la producción de etanol a base de maíz para el 2008 y quintuplicarla para el 2022. Esta situación ha producido ahora una pugna mundial por el uso apropiado de la tierra entre los alimentos y los biocombustibles. Occidente superó la pobreza a base del crecimiento intensivo que generó la Revolución Industrial, al permitir que una fuente enorme de productos energéticos en la forma de combustibles fósiles reemplazara las fuentes anteriores de energía basadas en la tierra—siendo ésta indudablemente un recurso limitado. Así que habiendo aumentado las emisiones de dióxido de carbono en el mundo durante su propia industrialización, Occidente está ahora pidiéndole al Tercer Mundo “tiempo fuera” cuando pretende hacer lo mismo, todo en nombre de salvar el planeta.
Mientras tanto, los habitantes en los países ricos conservan sus carros SUV en las carreteras, y además quieren una mayor proporción de la limitada cantidad de tierra en el planeta para producir etanol en vez de producir comida para las masas hambrientas en el mundo.
Durante los años ochenta, un estudiante brasileño en minería realizó un detallado estudio de costo-beneficio del programa pionero de etanol en Brasil, y encontró que no era rentable socialmente, incluso tomando en cuenta los altos precios del petróleo de esa época. No es de sorprender que los intentos actuales de EEUU y la UE por introducir el etanol como combustible de transporte requieran de inmensos subsidios públicos. Se estima que los subsidios estadounidenses para los biocombustibles serán de entre 42 y 55% del costo total de producir etanol.
Estos subsidios masivos son justificados con argumentos ambientales y geopolíticos. Como la producción de etanol en sí misma requiere de más combustibles fósiles, existe un interminable debate sobre el efecto neto del uso de biocombustibles en las emisiones del efecto invernadero. Pero éstos constituyen un mecanismo muy oneroso de reducir las emisiones de carbono. La Agencia Internacional de Energía estima que costaría al menos $250 eliminar una tonelada de carbón en la atmosfera. Más aún, si la teoría alternativa del cambio climático basada en el sol llega a desmentir a la actual teoría del carbono, el compromiso de las economías occidentales a estos costos desaparecerá por completo. Ciertamente, India y China no tendrán nada que ver en este tren del etanol.
El argumento geopolítico—que dice que el etanol es necesario para que EEUU y la UE obtengan independencia energética regímenes políticos detestables, que son en la actualidad los mayores oferentes de energía), también es cuestionable. Primero, la única manera en que estos regímenes podrían afectar la seguridad energética de Occidente es aumentando el precio del petróleo restringiendo la oferta. Ya que el petróleo es ahora un bien globalmente comercializado como la harina, una amenaza de Hugo Chávez de parar la oferta del petróleo venezolano a los EEUU, no tiene sentido alguno. Así como en el caso de la harina, son los consumidores, no los vendedores del petróleo en el NYMEX, los que determinan su destino final. Segundo, como lo ha estimado el Departamento de Energía de EEUU, la cantidad máxima de etanol que los EEUU podría producir para el año 2030 solo alcanzaría para cubrir el 6% de la demanda para combustible de transportes, a lo mucho un efecto tan solo marginal en la demanda mundial y en el precio del petróleo. Tercero, el miedo de que el petróleo esté proveyendo dinero para los terroristas islámicos es cuestionable. Como correctamente lo enfatizan Jerry Taylor y Peter van Doren del Cato Institute, “El terrorismo es una inversión de bajo costo relativo, mientras que las ganancias por petróleo parecen innecesarias para pagar por el mismo”. Si mucho, es la mal concebida “guerra contra las drogas”, no contra el petróleo, la que ha proveído los medios para fundar la secta Talibán y los narcoterroristas en los Andes.
La IFPRI ha estimado que, ceteris paribus (manteniendo el status quo), la expansión planificada de biocombustibles en los países ricos va a conllevar a un largo incremento en los precios mundiales de los granos comestibles y a un consumo decreciente de calorías en el Tercer Mundo. África sub-Sahariana será golpeada con mayor fuerza, con una caída pronosticada en un 8% de consumo calórico para el 2020. Dado este asalto a los más pobres del mundo, India ha escogido el camino correcto: primero, al reducir los aranceles a las importaciones de los granos alimenticios y por lo tanto el precio neto para los consumidores en comida; segundo, expandiendo el área destinada a sembrar granos modificados genéticamente, lo cual incrementará la producción doméstica. Pero para las mentes iluminadas de Occidente, sus acólitos académicos, y las estrellas de pop tratando de salvar África y acabar con la pobreza, este último asalto de Occidente a los más pobres del mundo solo puede merecer desprecio.
por Gabriela Calderón
Gabriela Calderón es editora de ElCato.org y columnista de El Universo (Ecuador).
Guayaquil, Ecuador— Ahora las leyes que los asambleístas expiden (ilegalmente) también castigarán a individuos por algo que hicieron en el pasado cuando era legal. Hoy se castiga a los empresarios retroactivamente con el mandato laboral, mañana podría tocarle a usted. ¿Vamos a permitir este peligroso precedente legal?
Es necesario recordarles a nuestros asambleístas el artículo 11, inciso 2, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:
“Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional”.1
En las últimas semanas muchos empresarios calcularon los nuevos costos que ese mandato les implicaría. Entre otras cosas, calcularon cuánto costaría convertir a todos los trabajadores anteriormente tercerizados en trabajadores de tiempo completo (con todos los beneficios laborales, dictados por la ley, que ese estatus implica). Si el costo de esta conversión superara a la utilidad generada por la producción de esos trabajadores, o al costo de una mayor automatización de la producción en su empresa, o al de entrenar a nuevos trabajadores que sean contratados por jornadas parciales, pues optarían por despedir a algunos de sus empleados.
Al parecer muchos lo hicieron durante el mes de marzo y abril. Pero algunos asambleístas interpretan estos despidos de otra manera. Y aquí volvemos a las teorías de conspiración. En esto el gobierno y sus asambleístas se parecen mucho a esas autoridades estadounidenses durante la guerra fría que veían a un comunista detrás de todo lo que no les gustaba en Latinoamérica. Pues ahora los socialistas del siglo XXI ven a un golpista derechista detrás de cada cosa que no les agrada.
Uno de los “radares de conspiraciones” es el Señor Diego Borja (ID), un extraño empresario que aún después de haber representado una de las industrias más dinámicas de exportaciones no tradicionales del país parece no entender la realidad del mercado laboral.
Por un lado el Sr. Borja dice que “hay empresarios cuyo patrón es solo el dinero”. No obstante, en esa misma entrevista dijo que los despidos de marzo y abril han sido una movida política para “hacer ver a la gente que el mandato atenta contra el empleo”.2 Es decir, no han sido motivados por el dinero, sino por una conspiración en contra del mandato de la asamblea. ¿Cuál es pues?
Lo cómico es que cuando el mandato—que todavía ni siquiera es ley—resulta en despidos, la reacción de los asambleístas es tratar de suprimir, por ley, las reacciones naturales a su mala medicina. Así no hacen más que darnos la razón a aquellos que venimos diciendo que la eliminación de la tercerización y de la contratación por horas solo resultará en una disminución del empleo formal y una precarización de la fuerza laboral.3 Obligar a los empresarios que han reaccionado recortando su fuerza laboral—como lo haría cualquier empresario “cuyo único patrón es el dinero”—a que incorporen a todos sus trabajadores anteriormente tercerizados a su nomina de pagos equivale a darle un somnífero al paciente y luego prohibirle dormir.
Era de esperarse que en un país sin Estado de Derecho, el grupo que monopoliza el poder comience a legislar retroactivamente. En esta nueva democracia tan participativa—los asambleístas nos participan lo que ya han decidido imponernos—corren peligro nuestras libertades individuales.
Le harían un bien al país si se limitaran a escribir la nueva constitución y se aseguraran de que en ella se prohíba la legislación retroactiva. Tenemos derecho a saber las consecuencias de nuestros actos en el momento en que los cometemos.
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