La reelección de Alvaro Uribe
Andrés Oppenheimer
En una extensa entrevista al presidente Alvaro Uribe, le pregunté cinco veces si buscará reformar la Constitución y reelegirse una vez más para un tercer mandato. Las cinco veces, se fue por la tangente.
Antes de darles mi opinión sobre lo que podría estar planeando hacer -o no hacer- el presidente colombiano, veamos rápidamente el diálogo que se dio, que por cierto no fue nada aburrido.
Todo comenzó cuando en el transcurso de la entrevista de 50 minutos, Uribe afirmó que Colombia necesita una reforma constitucional para hacer algunos ''ajustes'' en el sistema legal bajo el cual son juzgados los legisladores vinculados con grupos paramilitares de derecha o con la guerrilla de izquierda.
¿No aprovechará usted esa reforma para introducir una cláusula que le permita aspirar a un tercer mandato?, le pregunté en mi primer intento por obtener una respuesta.
''Es que yo no me reelegí. A mí me reeligieron 7,400,000 colombianos'', respondió Uribe.
Pero señor presidente, repliqué en mi segundo intento, ¿qué diferencia habría entre usted y los presidentes autoritarios como Hugo Chávez si cambia permanentemente la Constitución para perpetuarse en el poder? ¿Si se reelige, qué autoridad moral tendría usted para considerarse mejor que Chávez?
''A ver, Andrés, no vengas aquí a hacerme cuestionamientos vía preguntas'', dijo Uribe con voz firme, pero sin perder el tono de cordialidad. ``Esa es la pregunta que me formulan todos los días en Colombia...Yo te digo a qué reelección aspiro yo: aspiro a que Colombia reelija la (política del gobierno de Uribe de) seguridad democrática, yo aspiro a que Colombia reelija la confianza inversionista''.
¿Pero eso implicaría su reelección?, le pregunté en mi tercer intento.
''No te voy a contestar,'' dijo Uribe, agregando que está muy ocupado haciendo el trabajo que le ha permitido a Colombia reducir su tasa de homicidios de 35,000 por año de hace cinco años a unos 16,000 proyectados para el 2008, darle los golpes más serios que se recuerden al grupo terrorista FARC, y lograr que la economía crezca a un 7.5 por ciento, la mejor tasa en muchos años.
Señor presidente, insistí por cuarta vez, usted tiene un índice de popularidad del 84 por ciento, el más alto de cualquier presidente latinoamericano, y en casi todos los aspectos su país está mucho mejor que antes. ¿No se va a marear?
Le agregué que han habido muchos presidentes en Latinoamérica que fueron populares en su momento, como el argentino Carlos Menem o el peruano Alberto Fujimori, que se marearon con el poder. Todos pretendieron reelegirse para un tercer mandato, y todos terminaron mal.
No se preocupe, que a uno lo marearon unas circunstancias, y al otro otras,``respondió Uribe. Sugiriendo que eso no le sucederá a él, señaló que ``un campesino labriego trabajador acostumbrado a los malos caminos y a las dificultades... resiste un camino largo y abrupto sin sentir mareos''.
¿Ni siquiera cuando tiene un índice de popularidad del 84 por ciento?, le pregunté en mi quinto intento. ''No, y además nunca he trabajado en función de las encuestas'', respondió Uribe, para desviar nuevamente la conversación hacia un listado de logros de su gobierno.
Al final de la entrevista, fuera de cámaras, cuando nos despediamos, Uribe me dijo ``No te preocupes, Andrés. No me voy a marear``.
Todavía no sé si se refería a que no buscará un tercer mandato o a que no dejará que el poder se le suba a la cabeza si se lanza a un tercer período presidencial.
Mi opinión: Uribe podría estar rehusándose a contestar sobre su reelección porque está considerando seriamente presentarse para un tercer mandato, o porque piensa que si anuncia que no se presentará, perderá todo poder en su país, y no podrá gobernar eficientemente en lo que resta de su actual mandato.
La mayoría de los analistas políticos colombianos creen lo primero, entre otras cosas porque el partido político de Uribe ya ha comenzado el proceso legal para reunir las 2 millones de firmas requeridas para realizar un referéndum que permita su reelección. Según piensan muchos, el partido de Uribe jamás habría tomado una decisión como esa sin la luz verde del Presidente.
Espero que estén equivocados. Colombia está mejor que antes, y mejor que la mayoría de sus vecinos, en gran medida porque ha sabido mantener instituciones democráticas y un sólido sistema de pesos y contrapesos a pesar del colosal desafío del narcotráfico y los grupos terroristas.
Si Uribe cambia la Constitución para volver a presentarse a elecciones, estará debilitando las instituciones colombianas y perderá toda autoridad moral para criticar a presidentes autoritarios, como Chávez. América Latina no necesita más países con ``hombres fuertes``, sino países con instituciones fuertes.
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