09 junio, 2008


Los gobiernos del mundo aún no tienen una respuesta al alza en los precios del petróleo

Por Stephen Power en Washington, Guy Chazan en Londres y Shai Oster en Beijing

El aumento en los precios del petróleo vapulea a empresas y consumidores de todo el mundo, pero los líderes políticos desde Washington hasta Beijing parecen poco dispuestos o son incapaces de responder con nuevas estrategias energéticas en un futuro cercano.

Los líderes occidentales tienen escasa capacidad para aumentar el suministro global de crudo o atenuar la demanda.

Buena parte del alza en la demanda mundial no proviene de los países ricos, donde el consumo de combustible está cayendo, sino de las economías emergentes como India y China, donde los gobiernos son reacios a elevar los precios relativamente bajos por temor a causar trastornos sociales y económicos.

En una señal de la preocupación por la inestabilidad política en el mundo en desarrollo, el servicio de noticias estatal de Pakistán informó durante el fin de semana que Arabia Saudita consideraría aplazar la deuda del país por compras de petróleo.

Pakistán importa cerca de 250.000 barriles al día de Arabia Saudita, dijo el servicio. El alza en los precios ha inflado la cuenta de Pakistán un 40% en 10 meses, según el servicio de noticias. El país enfrenta racionamientos eléctricos y una creciente inflación entre otros problemas.

El récord alcanzado el viernes en los precios del crudo intensificará los esfuerzos de los políticos de los países consumidores por encontrar un chivo expiatorio.

En Estados Unidos, los políticos de los partidos demócrata y republicano sienten la presión de los frustrados electores que han visto como los precios de la gasolina casi se han duplicado en un año, aunque a niveles que siguen siendo bajos frente a los estándares de Europa Occidental.

Los senadores demócratas planean presentar el martes un proyecto de ley que permitiría que el Departamento de Justicia demande a los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), eleve los requisitos de colateral de los corredores de crudo con el fin de desalentar la especulación e imponga un impuesto a las ganancias de las petroleras que no inviertan en combustibles renovables. La medida enfrentará una gran resistencia por parte de los republicanos y es poco probable que llegue a manos del presidente George Bush.

Los economistas y ejecutivos de la industria no concuerdan sobre el efecto que tendrían tales medidas sobre los precios. La mayoría de los expertos dice que el problema fundamental tiene que ver con la escasez de suministro para satisfacer la creciente demanda global por petróleo.

En Europa, los gobiernos están indecisos sobre cómo responder a una creciente ola de protestas por los altos precios de la gasolina. En un momento en que el crecimiento económico pierde vigor y los estados se ajustan el cinturón, la mayoría de los líderes de la Unión Europea podría enfrentar la ruina fiscal si recortan los impuestos al combustible. El primer ministro británico Gordon Brown ha rechazado la solicitud de legisladores de su propio partido para postergar un incremento a los impuestos a la gasolina y archivar un plan para subir el gravamen a los autos más viejos.

Entre tanto, el presidente francés Nicolas Sarkozy ha exigido que un impuesto al valor agregado sobre los derivados del petróleo no vaya más allá de cierto nivel. La idea, sin embargo, ha sido prácticamente desechada por los ministros de Finanzas de la zona euro, los cuales, en una reunión realizada la semana pasada en Francfort dijeron que los cambios tributarios sólo distorsionarán la libre competencia.

No obstante, los ministros de Finanzas no parecen ofrecer muchas soluciones alternativas, hablando vagamente de "desincentivar la especulación" en los mercados de crudo e incrementar la transparencia al seguir el ejemplo de EE.UU. y Japón y publicar los datos semanales sobre reservas de petróleo.

El problema de China

En China, cuya creciente sed de petróleo a menudo se cita como uno de los motores detrás del aumento en los precios, hay pocas posibilidades de un cambio radical. A los líderes del país les preocupa una inflación que ya bordea el 8% y temen que un alza en los precios para controlar la demanda podría deteriorar la inflación en un momento sensible para la economía.

El país no sólo debe terminar las preparaciones para los Juegos Olímpicos, sino reconstruir las casas de cinco millones de personas afectadas por el terremoto del 12 de mayo.

Ayer, Zhang Guobao, el vicepresidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China, el principal organismo de política económica del país, dijo que los "perjudiciales" precios del crudo son causados por los fondos de cobertura y otros especuladores que invierten en petróleo.

Las petroleras, por su parte, aseguran que no controlan los precios, un argumento con el que la mayoría de los expertos concuerda, y están usando sus ganancias para encontrar y producir más petróleo.

David O'Reilly, presidente de la junta de Chevron Corp., aseveró que un acceso limitado a los nuevos yacimientos constituye "la mayor amenaza a la expansión de la producción".

Rex Tillerson, el máximo ejecutivo de ExxonMobil, señaló que las preocupaciones sobre el acceso a nuevo suministro están detrás de la reciente alza en los precios del crudo. "La mera señal de que se otorgará ese acceso tendría un efecto inmediato en el mercado", indicó.

Ya ha surgido evidencia de que los argumentos de la industria empiezan a tener un impacto en la opinión pública. Una reciente encuesta elaborada por Gallup mostró que un 20% de los estadounidenses atribuye a las empresas la culpa por el incremento en los precios, una caída frente al 34% de la encuesta del año previo.

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