05 junio, 2008

Trichet avisa: puede haber una subida de tipos en julio

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Jean Claude Trichet, presidente del BCE. Foto: archivo

El Banco Central Europeo (BCE) ha dejado los tipos de interés en el 4%, en línea con las previsiones del mercado. El presidente de la entidad, Jean Claude Trichet, ha informado de que han elevado sus previsiones de inflación y ligeramente las de crecimiento para este año y que tras analizar la situación, "es posible, aunque no seguro, que se suban los tipos en una pequeña cantidad" en la reunión de julio. Las bolsas europeas han reaccionado con fuertes caídas. Siga la cotización del Ibex 35 en tiempo real.

El mercado esperaba que Trichet elevara su tono inflacionista tras anunciar la decisión de mantener estables los tipos de interés en el 4%. Lo que no se imaginaba es que hablara de forma tan abierta sobre la posibilidad de un incremento del precio del dinero en julio.

"Una parte del consejo piensa que es necesario subir los tipos de interés, mientras que otra parte piensa que es necesario subir los tipos, pero más tarde, y algunos consideran que no es necesario", dijo Trichet, quien anticipó que en la próxima reunión del Consejo del BCE, tras analizar la situación, "es posible, aunque no seguro, que se suban los tipos en una pequeña cantidad".

Estas palabras de Trichet llegan después de que en el comunicado para explicar la decisión de hoy indicara que los riesgos para la estabilidad de precios "se han incrementado más" y advirtiera de que la institución mantiene un grado de "elevada alerta" frente a la inflación.

Previsiones de inflación al alza

El BCE sustenta sus intenciones de subir los tipos de interés con la revisón hoy notablemente al alza sus previsiones de inflación para 2008 y 2009. El organismo emisor pronostica ahora un IPC de la zona euro para 2008 de entre el 3,2 y el 3,6%, frente al 2,6 y el 3,2% pronosticado en marzo, y de entre el 1,8 y el 3% para 2009, también por encima de las proyecciones realizadas hace tres meses, cuando preveía una inflación de entre el 1,5 y el 2,7% para el año que viene.

Según Trichet, la revisión al alza de la inflación "refleja unos precios del petróleo y de los alimentos más elevados y presiones inflacionistas en el sector de servicios". El IPC permanecerá por encima del 3% durante un periodo más persistente de lo anticipado previamente, apostilló el presidente de la entidad europea, cuyo objetivo de estabilidad de precios es una tasa de cercana pero siempre por debajo del 2%.

En cuanto a su visión de la evolución de la economía, prevé un crecimiento este año de entre el 1,5 y el 2,1%, en comparación con la horquilla de entre el 1,3 y el 2,1% que había augurado en marzo, lo que supone una revisión al alza del rango inferior del intervalo.

Para 2009, el banco europeo augura un incremento del Producto Interior Bruto (PIB) de la zona del euro de entre el 1 y el 2%, lo que significa que ha revisado a la baja las proyecciones de marzo (1,3 y 2,3%) debido al incremento del precio de las materias primas.

'Cruzada' antiinflacionista

Los principales bancos centrales del planeta se han sumado a la causa antiinflacionista del BCE. Incluso el presidente de la Fed, Ben Bernanke, ha mostrado una creciente inquietud por la marcha de los precios en las últimas semanas. En un contexto más sensibilizado con los precios, el presidente Trichet y el Consejo del BCE parecen haberse sentido más liberados para volver a la carga. Más aún con una inflación que, según el dato provisional, repuntó en mayo del 3,3 al 3,6% interanual.

El mercado ya había llegado a dar un 70% de probabilidades de una subida de tipos en septiembre. Algunos analistas de Goldman Sachs, Bank of America o Royal Bank of Scotland creen que el próximo movimiento de tasas en la región puede ser al alza pero no tan pronto como anuncia el mercado.

El principal argumento de los expertos que apuestan por una bajada o un mantenimiento de tipos es la ralentización que sufrirá la economía de la región los próximos meses.

Reino Unido

El Banco de Inglaterra también ha decidido hoy mantener los tipos de interés estables en el 5%, como esperaban los 35 economistas consultados por Thomson Financial. El temor a la inflación ha motivado esta decisión de la entidad británica, que ha pesado más que la marcada desaceleración por la que atraviesa la economía del Reino Unido.

El sector inmobiliario se debilita con una caída de los precios que parece estar acelerándose. A esto se ha unido el deterioro de la confianza del consumidor, que se encuentra en su peor nivel en casi dos décadas.

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