10 julio, 2008

Ex rehén cercano a Ingrid huye por amenazas a su vida

El Nuevo Herald

El ex congresista Luis Eladio Pérez en el apartamento donde vivirá en Miami.
Gastón de Cárdenas / El Nuevo Herald
El ex congresista Luis Eladio Pérez en el apartamento donde vivirá en Miami.

El ex congresista Luis Eladio Pérez, el más cercano compañero de cautiverio de Ingrid Betancourt, llegó el miércoles a Miami huyendo de amenazas contra su vida, según lo explicó a El Nuevo Herald.

Pérez dijo que el lunes, antes de ingresar a la fiscalía en Bogotá a rendir una declaración en contra de dos guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que lo mantuvieron secuestrado, recibió una de las llamadas amenazantes.

"Estaba llegando a la fiscalía cuando recibí una llamada en la que me decía ‘ojo con lo que va a decir, gran hp, si no lo matamos' '', relató Pérez.

El ex congresista dijo que cumplió con la diligencia judicial y posteriormente recibió en su casa otra llamada de un hombre que le advertía que se iba a "arrepentir de todo''.

Explicó que le causó además mucha preocupación haberse enterado de varias fuentes que las FARC lo acusan de haber participado en el operativo que culminó con la liberación de 15 secuestrados entre quienes se encontraban Betancourt, tres contratistas estadounidenses y varios militares.

"Me siento triste y desconcertado porque yo he venido trabajando de buena fe para aportarle algo a la paz de Colombia'', afirmó a su llegada a Miami en compañía de su esposa.

Pérez negó enfáticamente haber participado en el operativo.

"No habría ayudado a un rescate militar'', dijo, "por el inmenso riesgo que tienen ellos de morir. No habría ayudado así me hubieran dado el 99 por ciento de probabilidades de que saldrían con vida''.

Pérez, quien fue liberado por las FARC en febrero pasado a través de una gestión internacional que lideró el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, es el autor de un libro de memorias sobre su cautiverio que denuncia el tratamiento a los secuestrados por parte de los guerrilleros.

"Es un libro que no hubiese deseado jamás publicar, pero todos los demás [secuestrados liberados] dicen cositas tibias, tenues, seguramente por temor, seguramente porque se sienten intimidados'', explicó Pérez. "Yo asumí con valentía decirle la verdad al mundo sobre el horror del secuestro, de las cadenas, de la quitada de las botas, de todo, en el ánimo de que se concientice la sociedad colombiana''.

El libro Siete años secuestrado por las FARC ha causado disgusto en algunos círculos de las fuerzas armadas de Colombia por cuanto el ex congresista plantea críticas al manejo de la información sobre la realidad del poder de las FARC.

Entre ellas afirma que las FARC operan tranquilamente un campo de extracción de petróleo en la frontera con Ecuador.

En varios pasajes Pérez asegura que la llamada zona de despeje que el gobierno del presidente Andrés Pastrana clausuró en el 2002 después de casi tres años de infructuosas conversaciones de paz con los cabecillas de la organización, continúa siendo un bastión de las FARC.

A estas desavenencias con los militares, Pérez atribuyó el tratamiento del que fue objeto la semana pasada cuando intentó pasar un cordón de seguridad en la plataforma del aeropuerto de Bogotá para saludar a Betancourt tras su liberación.

Algunas imágenes de televisión mostraron cuando un grupo de militares se opuso al paso del ex congresista. Pérez sostuvo que escuchó que un oficial de la Fuerza Aérea de Colombia ordenó expresamente, con improperios, que no lo dejaran pasar.

Pérez sostiene que Ingrid Betancourt, con quien compartió cuatro de sus siete años de secuestro, tiene la autoridad moral para lanzarse a la presidencia de Colombia y desarrollar los programas políticos que junto a él concibieron durante las largas horas de cautiverio.

Lamentó que Betancourt haya vuelto a la libertad "demasiado uribista''.

"Yo creo que Ingrid tiene que pensar y repensar lo que manifestó'', en respaldo de una segunda reelección del presidente Uribe para gobernar en un tercer período de cuatro años, a partir de agosto del 2010.

"Pudieron ser expresiones al calor de la emotividad de su liberación por efecto de lo que los sicólogos modernos llaman el shock postraumático. Yo espero que estos días de ella en Europa le hagan decantar sus pensamientos y su visión sobre Colombia'', agregó Pérez.

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