01 julio, 2008

Fujimori no ordenó matanzas, aseguró Montesinos

Vladimiro Montesinos durante su declaración contra el ex presidente Alberto Fujimori.
AFP/Getty Images
Vladimiro Montesinos durante su declaración contra el ex presidente Alberto Fujimori.

El ex jefe de Inteligencia Vladimiro Montesinos no escatimó ayer elogios para el ex presidente Alberto Fujimori y lo limpió de responsabilidad en los delitos de violaciones a los derechos humanos por los que es juzgado, ocho años después que ambos fugaran del país por un escándalo de corrupción que provocó la caída del gobierno del ex mandatario.

Montesinos fue llamado a declarar como testigo en el juicio a Fujimori, y en una actitud que ya esperaba la fiscalía, deslindó su responsabilidad y la de su ex jefe en las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), perpetradas por un escuadrón de la muerte del ejército, conocido como Colina, que asesinó a 25 personas, incluso un niño de ocho años, acusándolos de ser terroristas.

''He venido para poder cumplir y esclarecer que el señor Fujimori no tiene ninguna responsabilidad en los hechos materia de este proceso'', dijo a la corte Montesinos, quien fuera el poderoso jefe de facto del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) y brazo derecho del ex mandatario durante la década de su gobierno (1990-2000).

Fujimori, de 69 años, es juzgado desde diciembre por cargos de homicidio, secuestro y lesiones graves por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta y enfrenta una condena de hasta 30 años de prisión de ser declarado culpable.

Sus declaraciones a favor de Fujimori en cierta forma ya eran esperadas por la fiscalía. Hace unos días el fiscal supremo adjunto, Avelino Guillén, expresó que se preveía que Montesinos limpiara de responsabilidad a Fujimori para no incriminarse a sí mismo en los delitos de violaciones a los derechos humanos.

Montesinos, de 63 años, se describió como un ''oficial de inteligencia inactivo'' y ``su-

bordinado'' de Fujimori, e insistió que ''ni el señor Fujimori tiene responsabilidad, ni quien habla en estos hechos'', aludiendo a las matanzas.

Sin embargo, ante una pregunta del fiscal supremo José Peláez sobre si por ''razones de estado'' se podían cometer delitos, Montesinos respondió sin titubear: ``Sí''.

Montesinos, no obstante, sólo aceptó declarar durante media jornada judicial, luego de la cual anunció que no testificaría más para poder atender los propios juicios que él enfrenta.

La corte aceptó y declaró culminado su testimonio. La ley peruana permite a Montesinos guardar silencio por tener en curso otros procesos penales en los que podría incriminarse.

Montesinos ingresó a la sala impecablemente vestido, con traje oscuro y corbata azul brillante, e hizo una venia a Fujimori, así como a los magistrados y a los abogados participantes del proceso. Fujimori observó impasible a su ex colaborador.

Montesinos lució desafiante y agresivo ante el interrogatorio de Peláez. Haciendo énfasis en sus ademanes, levantando por momentos la voz y hablando enérgicamente, se mostró en control de la situación, incluso respondiendo con sarcasmo al fiscal o ridiculizando sus preguntas.

El presidente de la sala César San Martín le exhortó a guardar ''la compostura'', mientras Fujimori no podía evitar sonreírse ante la actitud irreverente de su ex hombre de confianza.

Montesinos lanzó constantemente miradas a su ex jefe como buscando su aprobación al mismo tiempo que elogiaba sus decisiones ''acertadas'' y su ''coraje'' para combatir y derrotar el terrorismo, y su ''visión macropolítica'' de la situación del país.

El interrogatorio del fiscal estuvo orientado a conocer cómo se forjó y cuál era el tipo de relación con Fujimori, pero a algunas preguntas Montesinos se negó a contestar aduciendo la reserva que se debe guardar en temas de inteligencia y en otros casos alegó el derecho a guardar el secreto profesional.

''Yo no voy a hablar nada de inteligencia... No me van a sacar a mí ninguna letra'', dijo en la audiencia número 76 del proceso.

Su disposición a declarar llamó la atención pues en los juicios que enfrenta por violaciones a los derechos humanos se había negado a hacerlo.

''Indudablemente que ha venido a limpiar [a Fujimori], eso es innegable'', comentó luego de la audiencia el fiscal Peláez, cuya opinión compartieron también los abogados de la parte civil agraviada.

El encuentro de los ex socios, vistos popularmente como los ''siameses'' por la dependencia de uno en el otro durante el gobierno fujimorista, concitó enorme expectativa en la población y en los medios de comunicación.

Montesinos fue trasladado desde su prisión en la Base Naval de El Callao hasta la sede de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía, donde se desarrolla el juicio a Fujimori, con dos horas y media de anticipación y en medio de fuertes medidas de seguridad.

Montesinos purga una pena de 20 años de prisión por tráfico de armas para la guerrilla colombiana y por otros delitos de corrupción, y enfrenta decenas de procesos por narcotráfico, corrupción, y violaciones a los derechos humanos.

El ex jefe de inteligencia fue capturado en junio del 2001 en Caracas, mientras Fujimori se refugió en Japón, tierra de sus ancestros, donde vivió 5 años, amparado en su nacionalidad japonesa. En noviembre del 2005 abandonó Tokio con destino a Santiago de Chile. Allí fue detenido a pedido de las autoridades peruanas. En septiembre del 2007 retornó extraditado a Perú.

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