28 julio, 2008

Las acciones financieras sugieren que lo peor aún no pasó

Por E.S. Browning

Desde que el año pasado empezara la crisis del crédito en Estados Unidos, cada pocos meses las acciones del sector bancario se han disparado debido a la esperanza de los inversionistas de que lo peor ya pasó. Hace unos días, lo hicieron de nuevo. Pero hay indicios que sugieren que puede ser demasiado pronto para determinar que no hay peligro a la vista.

Esta vez, la recuperación fue impresionante. Desde su mínimo alcanzado a mediados de julio hasta el miércoles, las acciones de los bancos estadounidenses subieron un 45%, según el índice bancario Dow Jones Wilshire. Incluso después de que retrocedieran un poco a fines de semana, las cotizaciones de algunas acciones financieras se han duplicado respecto a sus niveles más bajos este mes.

A pesar de eso, las más afectadas, como las de Washington Mutual, National City y Fannie Mae, siguen un 80% por debajo de sus máximos de 2007.

Estos incrementos repentinos suelen ocurrir cuando las acciones han caído de manera tan drástica que los inversionistas de corto plazo ven en ellas una oportunidad de obtener ganancias durante su repunte. Una medida gubernamental para impedir las ventas al descubierto, que hace más difícil a los inversionistas apostar a la baja, fue un importante catalizador de la recuperación actual.

[Bancos]

Si los inversionistas a largo plazo deciden que lo peor ya ha pasado y empiezan a comprar, esta recuperación repentina podría poner punto y final al mercado bajista. Si los inversionistas a largo plazo no compran, el alza bursátil sería nada más que un repunte del mercado bajista, y las acciones estarían deshaciendo el camino ya andado.

Hasta ahora, cada una de las recuperaciones se quedó sin batería y condujo a nuevos mínimos. Algunos expertos están preocupados de que el impulso del último alza se estaba agotando a fines de la semana pasada. Considerando el vigor del repunte, si algunas de las firmas que protagonizaron las recuperaciones más estelares, como Fannie Mae y Freddie Mac, cayeran a sus mínimos recientes, perderían la mitad o cerca de la mitad de su valor actual; un duro golpe para los compradores de la semana pasada.

Gordon Fowler, inversionista jefe de Glenmede Trust en Filadelfia, no está preparado para asumir ese riesgo. "Los parámetros fundamentales siguen deteriorándose" para los bancos, dice. "Las rebajas contables siguen incrementándose". Ya que las acciones financieras son esenciales para la economía, Fowler considera que la debilidad del grupo es parte de una continuada desaceleración del crecimiento económico, algo que teme que empujará el mercado bursátil aún más a la baja.

Un problema central de los bancos es que los precios de la vivienda siguen cayendo a medida que siguen aumentando las ejecuciones hipotecarias, así que nadie sabe cuántas rebajas contables más tendrán que asumir los bancos.

Peligro de contagio

Los banqueros han advertido que "el problema que empezó con las hipotecas de alto riesgo está contagiando al sector más tradicional del negocio", dice Robert Pavlik, gestor de portafolio de Oaktree Asset Management en Nueva York. Eso es motivo de preocupación porque el mercado principal de las hipotecas es muchísimo más grande que el de las hipotecas de alto riesgo.

Otra señal preocupante es que los bancos siguen mostrando poca confianza los unos en los otros.

En los últimos trimestres, los bancos han empezado a mostrarse reticentes a prestarse los unos a los otros al final del trimestre, provocando un problema de liquidez. Temen verse perjudicados por camaradas en problemas mientras tratan de cerrar sus cuentas trimestrales.

El estrés se percibe en dos áreas: el incremento de las tasas de interés para préstamos interbancarios de un día para otro, y el incremento en el costo de los préstamos interbancarios a tres meses comparado con el de los préstamos interbancarios de un día para otro.

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