04 agosto, 2008

El plan de Chávez para estatizar la filial de Santander es más arriesgado de lo que parece

Por John Lyons

La decisión del presidente venezolano Hugo Chávez de nacionalizar la unidad local del coloso español Banco Santander SA se cuenta entre las acciones más arriesgadas de sus 10 años de presidencia, y podría afectar la confianza local en el sistema bancario.

La banca afecta a los venezolanos más directa e inmediatamente que otros sectores estratégicos intervenidos por Chávez, como el crudo y las telecomunicaciones. La medida podría ser contraproducente si los depositantes pierden confianza en la capacidad del gobierno de proteger sus ahorros y retiran su dinero.

En Venezuela, como en otros países latinoamericanos, los retiros masivos de un banco suelen producir corridas bancarias sistémicas que ponen en juego la economía y el sistema político. Chávez tiene experiencia de primera mano de este fenómeno: llegó al poder de la mano de una insatisfacción generalizada en el electorado tras el caos económico que siguió al colapso de un banco en 1996.

Hasta ahora, existía poca evidencia de que la historia estuviera a punto de repetirse. Pero Chávez pareció reconocer los riesgos la semana pasada, cuando despachó a su ministro de Comunicación e Información, Andrés Izarra, a calmar a los depositores. En un comunicado, Izarra dijo que la intervención del banco local, Banco de Venezuela, sería legal y no pondría en peligro ni al banco ni a la economía. "Nuestro gobierno garantiza la plena fortaleza financiera del sistema", dijo.

Una cuestión clave será ver si Chávez usará las inmensas riquezas petroleras del país para comprar más bancos. Grandes bancos internacionales como el estadounidense Citigroup Inc. y el español Banco Bilbao Vizcaya Argentaria SA también tienen filiales en Venezuela. Según los observadores, más adquisiciones por parte del gobierno no serían bien recibidas.

Mientras en Estados Unidos el gobierno es visto como el garante de la estabilidad bancaria, las nacionalizaciones son vistas con profundo escepticismo en América Latina, donde son habituales la corrupción y la incompetencia. Muchos venezolanos ya culpan al mal manejo gubernamental por una serie de problemas que van desde la escasez de alimentos a la disminución de la productividad en la industria petrolera. "Chávez dijo que los depósitos bancarios estarán ahora en manos del gobierno, pero el problema es que puede haber gente que crea que eso no es buena idea", dijo Alejandro Grisanti, un economista especializado en América Latina de Barclays Capital Inc.

Chávez anunció la semana pasada que el gobierno le compraría a Santander el Banco de Venezuela —el tercer mayor banco del país por depósitos— a un precio "justo". El banco fue privatizado en los años 90. Santander había estado negociando su venta a un grupo bancario local. Tras enterarse de las negociaciones, Chávez decidió que el gobierno lo compraría, dijo. Santander confirmó que había estado conversando con un grupo privado pero que ahora está negociando la venta con el gobierno. El gobierno español dijo el viernes que no se involucraría en el asunto.

El espectro de la nacionalización ha estado rondando el sistema bancario —y Banco de Venezuela en particular— por mucho tiempo. Banco de Venezuela tiene una gran red de sucursales que podría usarse para distribuir de modo más eficiente las ayudas sociales y subsidios. Comprarlo encaja en la estrategia de Chávez de asumir un mayor control sobre las cuentas bancarias del gobierno.

Mientras Chávez se esfuerza en presentar la nacionalización como una compra legal de un banco que ya estaba en venta, la tradición de crisis bancarias de Venezuela dificultará la tarea de mantener la confianza a largo plazo. La reciente experiencia de los venezolanos con los colapsos bancarios los ha condicionado a retirar sus depósitos más rápido ante una percepción de peligro.

Tomarle el pulso a la reacción del público tampoco será sencillo. Los datos oficiales sobre los depósitos en los bancos después del anuncio de la nacionalización no estarán disponibles hasta dentro de dos meses, según los analistas. Otros indicadores de la confianza no han sido alentadores. Por ejemplo, los bonos de más largo plazo de Venezuela cayeron tras el anuncio.

Santander está vendiendo en un momento clave para la industria bancaria. El gobierno está a punto de publicar una muy esperada revisión de las regulaciones bancarias que probablemente aumentará los controles gubernamentales.

Los bancos venezolanos han sido muy rentables durante el gobierno de Chávez, pero el clima ha cambiado en el último año. La industria ha resultado afectada, por ejemplo, por la medida del gobierno de transferir depósitos de bancos privados a bancos gubernamentales. Ahora el 65% de los depósitos gubernamentales están en bancos privados, comparado con el 80% hace un año.

Entretanto, los ejecutivos de los bancos han cuestionado en privado la calidad de algunos de los préstamos en poder de los bancos. Los bancos están obligados a dedicar casi 47% de sus préstamos a áreas políticamente sensibles como la agricultura. Más aún, los préstamos comerciales y de tarjetas de crédito podrían haberse recalentado ya que muchos venezolanos adquirieron deuda para protegerse de tasas de inflación del 30%.

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