25 agosto, 2008

Los desafíos económicos nublan el futuro de China

Por Andrew Batson y Jason Dean

BEIJING—China acaba de ser el anfitrión de los Juegos Olímpicos más fastuosos de la historia, el toque final a una gran lista de logros. Desde que comenzó a abrir su economía hace 30 años, ha sacado de la pobreza a más personas que cualquier otro país en la era moderna y se encamina a convertirse en la tercera economía del mundo.

Ahora viene la parte difícil.

Para un país que ha logrado tanto, China tiene un futuro sorprendentemente turbio. Su período inicial de crecimiento acelerado provino de políticas y tendencias que en su mayoría han cumplido su ciclo.

Buena parte del auge económico fluía de una combinación relativamente simple, aunque difícil de ejecutar, de estabilidad política y liberalización económica que permitió que un país principalmente agrícola y tecnológicamente atrasado alcanzara al resto del mundo. A medida que la población envejece y se hace más urbana y su industria queda menos aislada del resto del mundo, se reducirán las ganancias de ese proceso.

"Las estrategias que han ayudado a que China crezca de la pobreza a sus niveles actuales no rendirán los mismos dividendos en el futuro", dice Homi Kharas, ex economista jefe para Asia del Banco Mundial y actual académico del centro de estudios Brookings Institution. "China necesita adaptarse a esta realidad".

Eso no significa que China no podrá mantener el impulso que lleva desde que comenzó sus reformas en 1978, pero el país tendrá que hallar nuevas fuentes de crecimiento y enfrentar desafíos con los que no está familiarizado.

El sólido desempeño de China en los Juegos de Beijing probablemente le dará al país una inyección de confianza. En respuesta a las preocupaciones sobre la sostenibilidad de su crecimiento, las autoridades se han embarcado en lo que llaman una "transformación del modelo económico de crecimiento".

La inversión en investigación y desarrollo ha aumentado más de 20% al año, lo cual debería entregar dividendos en innovación y una mayor eficiencia.

El gobierno ha expandido el acceso a la educación superior y las empresas privadas representan una creciente parte de la economía. La forma en que China supere estos desafíos tiene enormes repercusiones para el resto del mundo.

China enfrenta muchos retos, pero tres son clave:

Población

Los precedentes no son muy alentadores. Muchos países en desarrollo en América Latina y Medio Oriente se estancaron después de períodos de rápido crecimiento. Los economistas a veces llaman a esto "la trampa de los ingresos medios" debido a que muchos países han fallado a la hora de lograr el crecimiento consistente que les daría una mayor prosperidad.

China está en un umbral crucial, ya que no es pobre, pero dista mucho de ser rica. Ocupa el lugar 100 en términos de ingresos por habitante, por encima de Namibia, pero detrás de Colombia. El presidente Hu Jintao frecuentemente llama a esto un "período crucial" para las reformas.

En los próximos años, China pasará a ser una sociedad mayoritariamente urbana. La migración de más de 10 millones de agricultores a las ciudades ha impulsado la economía, pero el balance entre lo urbano y lo rural eventualmente se estabilizará y la gente tendrá que encontrar otras formas de incrementar sus ingresos.

Además, la población en edad laboral comenzará a reducirse después de 2015, lo que implica que un número menor de trabajadores tendrá que sostener a un creciente número de jubilados.

[China]

Recursos

La presión para cambiar también proviene de cómo el crecimiento chino ha reducido el suministro global de energía y materias primas, así como sus propios recursos de aire limpio, tierra y agua potable. Si no mejora su eficiencia, su expansión será frenada por la falta de tales materiales.

Hasta el momento, el gobierno está retrasado en su intento por recortar la cantidad de energía que se requiere para producir cada yuan resultante de la producción económica. Logró un descenso de apenas 2,9% en el primer semestre de 2008, menos que el 3,7% del año pasado. Los economistas dicen que los bajos precios de la energía impuestos por el gobierno deben ajustarse a precios de mercado para que se cree los incentivos para conservar.

Inequidad

Tan sólo 30 años después que comenzó a alejarse del socialismo, China se ha vuelto una de las sociedades menos equitativas del mundo, según la brecha entre los ricos y pobres. Es incluso más desigual que Estados Unidos.

Resolver esto requerirá la reforma de una dilapidada red de servicios sociales, algo en lo que el gobierno está trabajando, pero también requerirá cambios más profundos.

El partido Comunista también tendrá que encontrar formas de hacer que el gobierno apoye más a los que no se han beneficiado del auge económico, una tarea difícil ya que exigirá que quienes están en el poder cambien un sistema que los ha beneficiado.

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