Mexicano pide perdón antes de ser ejecutado en Texas
HUNTSVILLE, Texas, EE.UU. --
Un mexicano hallado culpable por la violación y asesinato de dos adolescentes en Texas, frente a los padres de sus víctimas a apenas unos metros de distancia, pidió perdón por los actos que cometió hace 15 años, antes de ser ejecutado por inyección letal."Lamento que mis actos les causaran dolor", le dijo José Medellín a los padres la noche del martes. "Espero que esto les dé el final que ustedes buscaban", agregó Medellín en sus últimas palabras ante las personas reunidas para observar su ejecución en la cárcel de Huntsville.
Nueve minutos más tarde, a las 21:57 (0257 GMT del miércoles), Medellín fue declarado muerto.
La ejecución, la quinta en aplicarse en Texas este año, fue retrasada durante unas cuatro horas mientras la Corte Suprema estadounidense hizo una última evaluación de su apelación, que fue rechazada.
El caso de Medellín atrajo la atención mundial luego de que el Tribunal Internacional de Justicia afirmó que Medellín y otros 50 mexicanos sentenciados a la pena capital en Estados Unidos debían recibir nuevas audiencias en cortes estadounidenses para determinar si el tratado de asistencia consular de Viena, de 1963, fue violado durante sus detenciones.
Las autoridades de Texas sostuvieron que Medellín, quien llegó a Estados Unidos cuando tenía tres años y creció en Houston, nunca buscó la protección consular mexicana sino hasta cuatro años después de que fue arrestado. Para entonces, él ya había sido declarado culpable y condenado a la pena capital.
Medellín fue el primero en morir entre los casos citados por la corte internacional, también conocida como Corte Mundial.
"Es importante recordar que este no es sólo un caso de un ciudadano mexicano en la fila de los condenados a muerte en Texas", dijo Sandra Babcock, una de los abogados de Medellín después de verlo morir.
"También tiene que ver con estadounidenses ordinarios que cuentan con la protección consular cuando ellos viajan al extranjero, a otras tierras. Se trata de la reputación de Estados Unidos como una nación que se adhiere al imperio de la ley", agregó.
El presidente George W. Bush pidió hace tiempo a los gobiernos estatales que revisaran los casos cuestionados por la corte internacional, pero la Corte Suprema dijo este año que ni el mandatario ni la corte internacional pueden detener las acciones legales de Texas.
La apelación entregada por los abogados de Medellín al supremo de Estados Unidos se enfocó en si las autoridades estadounidenses le negaron al mexicano la ayuda consular de México, a la que tenía derecho cuando fue arrestado.
La corte de apelaciones rechazó su demanda de indulto. La opinión de la mayoría de los magistrados subrayó que el Departamento de Justicia no buscó la intervención de la corte.
"Su silencio no sorprende", afirmó la corte en un comunicado, agregando que los fiscales nunca vacilaron de su posición de que Medellín "no estuvo prejuiciado por su falta de acceso a un consulado". Cuatro magistrados disintieron.
El gobierno de México denunció la ejecución y envió una nota de protesta al Departamento de Estado.
En un comunicado, afirmó que la ejecución viola el derecho internacional y puede sentar precedente para los derechos de los mexicanos que sean detenidos en ese país.
Medellín, de 33 años, fue hallado culpable por las violaciones y asesinatos de Elizabeth Peña, de 16 años, y Jennifer Ertman, de 14, en junio de 1993, en Houston. Junto con otros pandilleros atacó a las adolescentes cuando ellas caminaban a su casa por la noche.
Sus restos fueron encontrados cuatro días después. El hermano de uno de los miembros de la pandilla, furioso tras enterarse de la participación de su hermano en el ataque, le avisó a la policía, lo que condujo a los arrestos.
Medellín, quien tenía 18 años en ese momento, fue era uno de cinco sentenciados a la pena capital por las muertes de las jóvenes.
Varias decenas de manifestantes, casi igualmente divididos en número entre opositores y partidarios de la pena capital, permanecieron afuera - en sitios opuestos - del sitio donde se realizan las ejecuciones: la Unidad de Huntsville del Departamento de Justicia Penal de Texas. Los manifestantes fueron empapados por la lluvia que acompaña a la tormenta tropical Edouard.
Tras la ejecución, el padre de Elizabeth Peña, que estaba entre los testigos de la ejecución, dio leves golpes en el vidrio que lo separaba del cuerpo de Medellín, al tiempo que daba la vuelta para salir de la cámara.
"Nos sentimos aliviados", dijo Adolfo Peña. "Quince años es mucho tiempo, que ahora llega".
En la ciudad mexicana fronteriza de Nuevo Laredo, donde Medellín pasó parte de su vida, un grupo reducido de parientes condenaron la ejecución.
"Solamente Dios tiene el derecho de quitar la vida", dijo Reyna Armendáriz, prima de Medellín.
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