Rusia ignora el efecto económico de su choque con Georgia
Por Mark Whitehouse en Londres y Jeanne Whalen en Moscú
Al llevar su conflicto con Georgia al borde de la guerra, Rusia está enviando un mensaje fuerte y claro a los mercados: los intereses de los inversionistas quedan relegados a un segundo plano respecto a las crecientes ambiciones geopolíticas del país.
Los inversionistas podrían pasar muchos sobresaltos a medida que el conflicto por Osetia del Sur deja sus secuelas en asuntos como las acciones de empresas rusas y el precio del petróleo. Sin embargo, con una Rusia llena de riquezas de exportación y actuando como un inversor neto en el resto del mundo, las empresas extranjeras no están en posición de tener una voz.
"Pienso que Rusia va a hacer lo que quiera sin importar lo que piensen los inversionistas extranjeros", dice Marino Valensise, director general de inversión en Baring Asset Management, con sede en Londres, la cual tiene invertido en Rusia aproximadamente el 8% de su cartera de US$50.000 millones. "La gente seguirá invirtiendo en Rusia pase lo que pase. El mercado es demasiado importante para descuidarlo".
La postura agresiva de Rusia muestra cuánto ha cambiado su posición económica en la última década. Hasta hace poco, incluso a fines de los años 90, cuando Rusia dependía mucho de los préstamos de Occidente para subsistir, el deseo de atraer inversionistas extranjeros a veces tenía un rol en las tomas de decisiones políticas. Ahora, la economía del país crece a más de 8% anual y las reservas de divisas extranjeras son de casi US$600.000 millones, lo que da a los líderes rusos menos razones para seducir a Occidente.
El conflicto puede afectar los mercados de todo el mundo, en parte por su proximidad con los oleoductos que llevan petróleo del Mar Caspio. Un aumento en los precios del crudo provocado por las preocupaciones sobre estos oleoductos podría, de hecho, fortalecer a Rusia, que depende del petróleo para gran parte de sus ingresos de exportación.
Los funcionarios georgianos dijeron el domingo que aviones de guerra rusos habían bombardeado áreas cercanas a un oleoducto que se extiende a través de Georgia desde el puerto de Bakú en Azerbaiyán hasta Ceyhan en Turquía. La británica BP PLC, que tiene una participación de 30% en el oleoducto, informó que estaba tomando medidas para proteger el flujo de petróleo.
El viernes, los precios del petróleo se desplomaron pese al conflicto. El crudo para entrega en septiembre bajó US$4,82, o 4%, a US$115,20, su nivel más bajo desde el 1º de mayo.
El temor a una guerra también llega en un momento particularmente difícil para los mercados rusos. En las últimas semanas, las acciones rusas cayeron bruscamente en medio de precios de commodities más bajos y muchas noticias negativas. Además de la batalla entre los socios británicos y rusos en la petrolera TNK-BP Ltd., el primer ministro ruso, Vladimir Putin, provocó el mes pasado nuevas preocupaciones sobre una intervención del gobierno en cuestiones empresariales cuando criticó al productor de acero y carbón OAO Mechel.
El conflicto en Georgia "fue la gota que derramó el vaso" para algunos inversionistas en el mercado de valores, señala Roland Nash, estratega jefe del banco de inversión Renaissance Capital en Moscú. "Si Rusia tenía algún tipo de estatus de refugio seguro hace un mes, ahora no lo tiene".
El índice de acciones RTS de Rusia, ya casi un 16% por debajo que hace un mes, cayó 6,5% el viernes y cerró en 1722,71 puntos, su nivel más bajo desde noviembre de 2006.
El rublo también cayó marcadamente en relación al dólar, cerrando la semana 0,9% a la baja frente a la moneda estadounidense.
En el largo plazo, sin embargo, los inversionistas extranjeros han mostrado una inmensa capacidad para tragarse sus preocupaciones sobre el comportamiento de Rusia y enfocarse en sus grandes reservas naturales y los mercados de rápido crecimiento. El año después de la brutal invasión de Putin a Chechenia, el índice RTS se disparó 141%.
Algunos inversionistas ya están aportando pruebas de que el conflicto ofrece una oportunidad para comprar. "Obviamente, es desafortunado que haya tenido que llegar a esto", dice Mattias Westman, presidente ejecutivo de Prosperity Capital Management, la cual administra aproximadamente US$5.000 millones, casi todo en Rusia. "Pero en realidad probablemente tendrá un mínimo impacto en la vida económica de Rusia".
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