01 septiembre, 2008

El postpartidismo de Arnold

Si John McCain se convierte en Presidente, se enfrentará a un Congreso con mayorías Demócratas significativamente mayores a las de hoy. De manera que McCain tendrá que tratar con una legislatura hostil durante cuatro años, igual que ha hecho durante casi cinco años Arnold Schwarzenegger.

La experiencia de los últimos años de Arnold Schwarzenegger podría ser muy útil para McCain si gana las elecciones
La experiencia de los últimos años de Arnold Schwarzenegger podría ser muy útil para McCain si gana las elecciones

Si John McCain se convierte en Presidente, se enfrentará a un Congreso con mayorías Demócratas significativamente mayores a las de hoy -- mayorías enfadadas por las elevadas esperanzas defraudadas por la octava victoria Republicana en 11 elecciones presidenciales. Y si se mantiene el patrón normal de elecciones a las cámaras en 2010, esas mayorías se ampliarán. De manera que McCain tendrá que tratar con una legislatura hostil durante cuatro años, igual que ha hecho durante casi cinco años Arnold Schwarzenegger. Por ese motivo, y porque los dos rebeldes post-partidistas de estilo personal y talante para el diálogo se admiran entre sí -- McCain ha concedido a Schwarzenegger un papel estelar el lunes en la Convención Republicana -- es útil revisar la gobernación de Schwarzenegger sobre la octava parte de la población norteamericana.

Al ser elegido gobernador en 2003, cuando el gobernador Gray Davis fue destituido, Schwarzenegger prometía frugalidad. Pero incluso después de ajustar a la inflación y el crecimiento de la población, el gasto se ha incrementado un 20% bajo Schwarzenegger. El presupuesto general de 102 mil millones de dólares tiene un déficit de 15 mil millones de dólares. Este año Sacramento engullirá el 9,58% de la renta personal, por encima del 8,78% bajo Davis, que fue destituido porque... ¿alguien se acuerda?

En enero, Schwarzenegger proclamaba: "No voy a subir los impuestos a los habitantes de California." A continuación proponía subir el impuesto sobre las ventas del estado -- el más elevado de la nación (el 7,25% a nivel estatal con extras locales) -- todo un centavo por cada dólar, a menos que los californianos (de rentas bajas en su mayoría) incrementen enormemente la cantidad de dinero que desperdician en la vilipendiada lotería del estado, permitiendo así al estado pedir préstamos avalados por futuras recaudaciones proyectadas fruto de la lotería. Ahora Schwarzenegger está a favor de un incremento fiscal sobre la venta "temporal."

Schwarzenegger empezó gobernando como Republicano, pero los sindicatos de los empleados públicos derrotaron con facilidad sus propuestas de cuatro principios -- reforma de las pensiones de los funcionarios, salarios para profesores en función de méritos, recortes automáticos del gasto cuando el presupuesto no sea equilibrado, y alteración de las fronteras políticas realizada por jueces jubilados. De manera que hizo jefe de su oficina a un Demócrata y viene gobernando en consecuencia.

Dijo que apoyaría la relajación de los límites de mandato de los legisladores estatales sólo si ellos prometían apoyar la transferencia de sus poderes sobre las fronteras políticas a jueces jubilados independientes. Los legisladores rompieron su promesa, pero él sigue defendiendo la relajación.

Cuando se presentó a gobernador, los desesperados conservadores se sintieron valorados y tranquilizados por las informaciones acerca de que él leía a Milton Friedman. Pero su gobierno ha sido, como suele ser el populismo, a la vez incoherente y predecible, un producto de sus contorsiones por adaptarse a la voluntad de la opinión pública.

Cuando financiar la investigación con células madre fue la prueba de fuego del pensamiento avanzado -- nada envejece más rápido que las modas intelectuales -- ayudó a cargar al estado 6 mil millones de dólares más en costes respaldados con valores públicos (incluyendo 200 millones de dólares al año en intereses durante 30 años) con el fin de financiarla. En el 2003, el gobernador Gray Davis introducía en vigor una ley que exige a los patronos con plantillas de 20 trabajadores o más proporcionarles cobertura médica o pagar a un fondo público que la proporcione. El Schwarzenegger ciudadano lo llamaba "un impuesto sanitario encaminado a destruir puestos de trabajo" y apoyó el referéndum que tumbó la medida. Pero el Schwarzenegger gobernador, subiéndose a última hora al carro de "la sanidad universal," proponía un mandato sobre los patronos de plantillas de 10 empleados o más según el cual pagarían la atención ellos o pagarían al estado: Pagar la cobertura médica o abonar una retención en las nóminas del 4%. Puesto que la imposición de impuestos nuevos exige una mayoría legislativa de dos tercios, Schwarzenegger llamaba a sus 12 mil millones de dólares en impuestos nuevos (incluyendo impuestos sobre ingresos netos de médicos y hospitales) "cuotas" u "honorarios."

"No es un impuesto" porque "se destina a la atención médica," no a las arcas generales. Aquellos a los que (BEG ITAL)se restaba(END ITAL) no apreciaron la diferencia. Los Republicanos de verdad ayudaron a tumbar el plan.

Hoy, los políticos intentan demostrar su seriedad y virtudes intentando ajustar el termostato del planeta, de manera que Schwarzenegger defiende cargar de impuestos, tarifas y regulaciones a la flaqueante economía del estado (su índice de paro del 7,3% está un 28% por encima de la media nacional). Nevada y Arizona le deben las empresas que él les envía.

Los Republicanos de California han perdido siete carreras consecutivas al Senado, conservando apenas 19 de 53 escaños del Congreso, no han controlado el Senado del estado desde 1970, apenas han controlado la asamblea durante un año (1996) desde 1970 y tienen perspectivas más pesimistas hoy que cuando prometían fidelidad al héroe de acción que afirma: "Mire, yo no pierdo el tiempo. Sé cómo son los Demócratas, y sé cómo son los Republicanos. De manera que nos encontramos en algún punto intermedio." Pero el Gobernador Veleta, como le llama el Orange County Register, normalmente encuentra el término medio en mitad del caucus legislativo de los Demócratas.

Las siete octavas partes restantes de la población norteamericana debería entender que lo que soportan los californianos tiene un nombre: "pospartidismo." En alguna parte, Gray Davis sonríe.

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