Richard Fuld quema sus cartuchos para preservar la independencia de Lehman
Por Susanne Craig
A medida que la acción de Lehman Brothers Holdings Inc. se desplomaba en las últimas semanas, su presidente ejecutivo Richard Fuld Jr. llamó a ejecutivos de otras firmas de Wall Street para cerciorarse de que aún estuvieran comerciando con su atribulada firma y ofreciéndole crédito. Los problemas seguían apareciendo, se quejó ante un ejecutivo, "me siento como si estuviera jugando a 'pegarle al topo' todos los días", dijo Fuld, según una fuente al tanto.
El miércoles, Fuld pasó al ataque. En una conferencia telefónica anunció que Lehman, agobiada por pérdidas que en los últimos dos trimestres han sumado US$6.700 millones, escindirá "la mayor parte" de sus activos de bienes raíces comerciales. En un intento por fortalecer las finanzas de la firma, Fuld también dijo que Lehman planea vender una parte significativa de su división de gestión de inversiones y recortará su dividendo en 93%.
Nuestra reportera Heidi Moore explica las medidas que tomó Lehman Brothers para apuntalar sus finanzas. (En inglés). |
Fuld insistió que Lehman sobrevivirá como una compañía independiente. Al apuntalar sus finanzas y concentrarse en los negocios relacionados directamente con sus clientes, dijo Fuld, Lehman "saldrá saneada". El miércoles, la acción de Lehman cayó 7% para llegar a US$7,25.
Fuld, un veterano ejecutivo de Wall Street con una reputación por preocuparse hasta del más mínimo detalle, ha visto cómo el destino de la firma se le ha ido de las manos en medio de un aumento en las pérdidas y la incertidumbre de los inversionistas.
Los persistentes problemas de Lehman tienen repercusiones más amplias para el mundo financiero. También arrojan una sombra de duda sobre los mercados bursátiles, que repuntaron temporalmente el lunes, luego de que el gobierno asumiera el control de los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac. Se trata del segundo rescate financiero estatal en seis meses.
Hasta ahora Fuld, un operador de bonos de 62 años, no ha logrado tomar las medidas necesarias para apuntalar al debilitado gigante de Wall Street, que ha estado en el negocio financiero desde antes de la Guerra Civil estadounidense. Sus detractores señalan que Fuld se ha rehusado a rebajar drásticamente el valor de su enorme portafolio de bienes raíces de la firma, mostrándose convencido de que el mercado se recuperará.
"El mercado ha cambiado y aunque no es culpa de Dick, como resultado se ha demorado en ejecutar las cosas que el mercado dice que tiene que hacer", comenta George Ball, ex presidente ejecutivo de Prudential Securities y actual presidente de la firma de inversión Sanders Morris Harris Group. Ball es amigo y ocasionalmente compañero de squash de Fuld.
Ahora, los inversionistas se preguntan si el gobierno, después de rescatar a Bear Stearn Cos. en marzo y a Fannie Mae y Freddie Mac el domingo, dejará caer a la firma de Fuld, a medida que se evapora la confianza de los inversionistas. Fuld declinó comentar para este artículo.
Todo esto representa una humillación para el jefe más duradero de una firma de Wall Street tras 14 años al mando de Lehman. Fuld deja muy pocos detalles al azar. Prefiere los trajes azul marino y las camisas blancas que le compra a un sastre cerca de su casa en Greenwich, Connecticut. Al ejecutivo le gusta contar la anécdota de cómo el sastre consiguió que Lehman gestionara la hipoteca de su taller.
Pero Lehman, al igual que muchos de sus rivales, había acumulado miles de millones de dólares en valores, préstamos e hipotecas ligadas al mercado de bienes raíces residencial y comercial.
A mediados de junio, cuando Lehman presentó sus resultados para el segundo trimestre, Fuld convino reuniones con los empleados en Nueva York y Londres. "Esto no es característico de nosotros", les dijo, según una persona que estuvo presente. La firma, aseguró, debía ser ágil y astuta, y estaba decepcionado de que hubiera acumulado activos de los que ahora le costaba deshacerse. En agosto, Fuld habló con el Banco de Desarrollo Coreano (KDB). Su meta era firmar un acuerdo que le diera a la entidad coreana una participación de 50% en Lehman.
El banco coreano propuso invertir US$6.000 millones, pero aclaró que no proporcionaría el dinero en seguida. Antes de hacerlo, KBD quería que Lehman vendiera o escindiera la mayor parte de sus activos de bienes raíces. El resultado: Lehman tendría que esperar meses antes de recibir el dinero, según fuentes cercanas. La propuesta de "compre ahora, pague después" no le sentó bien a Fuld, cuyo desagravio iba en aumento a medida que se prolongaba el impasse. Finalmente, tiró la toalla. "Esto sencillamente no va a funcionar", les dijo a los ejecutivos de KDB antes de marcharse de la mesa de negociación sin un acuerdo, según fuentes cercanas. "La firma tiene un historial de enfrentarse con la adversidad y salir bien parada. Hemos demostrado una y otra vez que podemos salir a flote cuando las cosas están difíciles y hemos sabido aprovechar las oportunidades globales", dijo Fuld en una conferencia telefónica con los inversionistas.
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