16 septiembre, 2008

"Ya basta de mentiras al pueblo"

Lo aseguró el prefecto de Pando, acusado por el Gobierno de Bolivia de haber provocado una "masacre" de campesinos. Denunció que Morales quiere convertir al país en una nueva Cuba.

Leopoldo Fernández, prefecto de Pando.

Por Marco Aquino

El gobernador del distrito boliviano de Pando, acusado por La Paz de una matanza de campesinos en medio de la ola de violencia en el país, dijo que seguirá con su rebelión contra el presidente socialista Evo Morales para evitar que la nación andina sea una nueva Cuba.

En una entrevista con la agencia Reuters, Leopoldo Fernández desafió el lunes el estado de sitio que el Gobierno dictó en el departamento amazónico, escenario de los enfrentamientos más cruentos entre oficialistas y opositores desde la escalada de la violencia que se inició hace tres semanas.

"Aquí vamos a estar para resistir este estado de sitio," aseguró el prefecto de Pando, que, enclavado en el norte de Bolivia en la frontera con Brasil, apenas cuenta con unos 60.000 habitantes.

El prefecto de Pando, de 56 años, también deslindó responsabilidades sobre la muerte de al menos 25 campesinos seguidores de Morales el jueves pasado en las cercanías de la capital del departamento, Cobija, de la que el Gobierno culpó a supuestos sicarios contratados por el político opositor.

"Aquí estoy, nunca he abandonado en ningún momento Cobija. Yo le quiero decir a Morales que ya basta de mentiras al pueblo, que investiguen realmente lo que pasó y que no nos echen la culpa de una masacre," resaltó el dirigente, del partido conservador Podemos.

El Gobierno prometió detener a Fernández, aunque los militares a cargo de hacer respetar el estado de sitio dictado el viernes por la noche no lo han apresado a pesar de que el funcionario sigue con sus actividades cotidianas.

El Ejército realizó varias redadas en la madrugada del lunes en Cobija, donde detuvieron a 10 personas y confiscaron armamento que, según la fuerza, podría estar relacionado con la muerte de los campesinos.

De acuerdo a testimonios de sobrevivientes a medios locales, la matanza de campesinos se produjo cuando se dirigían en caravana a una asamblea regional para debatir medidas en el marco del conflicto político nacional.

De acuerdo al Gobierno fueron interceptados a balazos por un grupo de funcionarios de la prefectura, supuestamente acompañados por sicarios, en un enfrentamiento que causó también la muerte de al menos uno de los agresores.

Pando, que vive mayormente del cultivo de castañas y almendras, es uno de los cuatro departamentos en manos de la oposición que se rebelaron violentamente contra los planes de Morales de consultar a la población sobre una nueva Constitución socialista.

La nueva carta magna, que el Gobierno quiere poner a consideración en enero, consolida la nacionalización de la economía, da más poder a la mayoría indígena y avala una reforma agraria que enfurece a los terratenientes de los distritos en pie de guerra.

"El Gobierno de Morales quiere instaurar un modelo como hay en Cuba y en Venezuela con un discurso de siglo pasado," aseguró Fernández, en relación a los fuertes vínculos entre Morales y el líder venezolano Hugo Chávez.

La violenta ola de protestas incluyó bloqueos de carreteras, saqueos a comercios, toma de edificios públicos y furiosos enfrentamientos entre seguidores y detractores de Morales, especialmente en ciudades del norte y este del país.

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