06 octubre, 2008

Otras noticias internacionales

Las automotrices europeas solicitaron un paquete de ayuda de US$55.200 millones a la Unión Europea para acelerar la transición a la fabricación de autos más económicos, dijo un vocero de la automotriz italiana Fiat. Los fabricantes estadounidenses consiguieron US$25.000 millones en asistencia del gobierno.

General Motors anunció que su única planta de producción del modelo Chevrolet Cobalt en EE.UU. trabajará hasta diciembre en tres turnos de lunes a viernes y dos turnos los fines de semana, para satisfacer la demanda de autos económicos. La empresa anticipa un alza de 6% en las ventas del modelo este año.

Honeywell, conglomerado estadounidense, prevé que la demanda de aviones ejecutivos seguirá fuerte en 2009. La firma espera que la entrega de estas aeronaves en EE.UU. suba a 1.300 en 2009.

Renault quiere fabricar automóviles en EE.UU. después de 20 años de ausencia, dijo su vicepresidente de planificación estratégica, Jacques Verdonck. Una de las opciones sería la compra de Chrysler, que resulta más atractiva debido a su concentración en el mercado estadounidense.

Los acreedores de Lehman Brothers solicitaron a la justicia de EE.UU. que investigue cómo la firma de valores, que se declaró en quiebra, se quedó sin dinero. Sostienen que J.P. Morgan, intermediario financiero entre Lehman y otros bancos, ayudó a desatar la crisis al retener US$17.000 millones en garantías para los acreedores.

British Airways advirtió que la venta de pasajes de primera clase cayó 8,6% en septiembre frente al mismo mes del año previo. La aerolínea británica dijo que el tráfico bajó 4,8% en el mismo período.

Centroamérica y República Dominicana acordaron reforzar el comercio regional para hacer frente a la crisis financiera de EE.UU., su principal socio comercial. Los mandatarios de los países de la región pidieron al Banco Centroamericano de Integración Económica créditos por US$400 millones por país a los bancos centrales, públicos y privados.

La Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó una propuesta para renovar por un año las preferencias comerciales a Colombia y Perú y por seis meses las preferencias comerciales a Ecuador y Bolivia. El Senado aprobó la propuesta un día antes. Ahora se espera que el presidente Bush la firme.

Pluna, aerolínea uruguaya, anunció que compartirá vuelos con la brasileña TAM, lo que le permitirá llegar a más destinos en Brasil, EE.UU. y Europa.

LLX Logística, firma brasileña de logística ligada al empresario Eike Batista, suspendió inversiones en una terminal portuaria en Peruibe debido a la crisis crediticia, dijo la compañía. La demanda total de préstamos para inversiones de LLX se reduce así de US$3.900 millones a US$2.000 millones.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, amenazó a las petroleras con nacionalizarlas y expulsarlas del país si no aumentan su producción. El mandatario también amenazó a la brasileña Petrobras con nacionalizar sus yacimientos por la demora del traspaso al Estado de un bloque.

El presidente de Brasil, Lula da Silva, dijo que llevará al Congreso medidas para enfrentar el impacto de la crisis global, pero que no se reducirá la inversión en el fomento del crecimiento.

El caso de Chile

Por Mary Anastasia O'Grady

Los titulares alarmistas de la prensa a veces nos hacen olvidar que los actuales problemas de Wall Street no son la primera crisis financiera. Latinoamérica ha sufrido más de unas cuantas, algunas de ellas de mayor escala en relación con el tamaño de las economías afectadas.

Una de ellas fue el colapso económico de Chile en 1982. Para un país pequeño fue mucho más grave que lo que sucede hoy en Estados Unidos. El equipo económico de Bush podría aprender de la forma en la que fue manejado.

El plan chileno recapitalizó el sistema bancario y protegió a los depositantes. También minimizó el riesgo moral e impidió una mayor expansión del rol del Estado. El plan preservó el respaldo intelectual para la libertad económica y esto protegió al sistema de libre mercado, el cual a lo largo de los últimos 25 años no solo ha sobrevivido, sino prosperado.

Los testimonios de Hank Paulson y Ben Bernanke ante el Congreso la semana pasada advirtieron sobre una crisis de proporciones bíblicas en el horizonte. El presidente George W. Bush se dirigió al país en cadena nacional el miércoles por la noche para avivar aún más el temor del público.

Esto produjo un resultado predecible. Ahuyentó a los poseedores de dólares en todo el mundo y para el jueves los diferenciales o spreads de crédito se habían ampliado a niveles inusitados.

El plan propone gastar dinero de los contribuyentes para comprar la deuda mala de los especuladores. Al borrar los activos problemáticos de sus balances, la idea es que los nuevos inversionistas estén dispuestos a entrar y recapitalizar los bancos.

Puede ser demasiado tarde para revertir los efectos de la histeria que el gobierno Bush causó la semana pasada. La solución que dejaría que el mercado se encargara de lidiar con el problema, una vez que reciba señales claras de Washington de que no va a aportar más dinero, podría no ser viable. Sin embargo, incluso si se necesita ayuda federal, hay alternativas al plan de Paulson.

El principal problema con comprar activos problemáticos y difíciles de valorar a un banco es que, si el banco desea atraer capital fresco, es necesario que el gobierno pague de más. Aunque el valor de esos activos a la postre podría subir, el contribuyente está expuesto a grandes riesgos, riesgos que realmente corresponden al banco y sus accionistas. El gasto federal también eleva el riesgo de inflación.

Otro problema es que el propio Tesoro se está involucrando en especulación al estilo de los fondos de cobertura. Esto expande el rol del Estado en la economía en un momento en el que reducir tal papel es más importante que nunca.

Una alternativa al plan de Paulson sería proveer préstamos garantizados a las instituciones en problemas como una forma de recapitalizarlas. El colateral en contra de los préstamos serían los activos del banco (presumiblemente activos problemáticos) pero la transacción sería similar a un "acuerdo de recompra". En esta transacción, también conocida como "repo" el acreedor tiene la obligación de recomprar los valores en el futuro para amortizar la deuda.

Chile utilizó este instrumento para recuperarse de su crisis bancaria de 1982. Es cierto que el gobierno intervino directamente en dos bancos, dejando sin capital a los accionistas, reemplazando al equipo de gestión y nacionalizando las firmas. Estos bancos luego fueron reprivatizados en una venta que ofreció incentivos tributarios para alentar a los chilenos a participar en la subasta.

El resto de los numerosos bancos que estaban en problemas fueron tratados de manera diferente. El gobierno suministró préstamos que fueron garantizados por los activos bancarios, en un acuerdo que estipulaba que los bancos recompararían posteriormente esos activos.

Estas recompras tenían ciertas condiciones, incluyendo una cláusula que estipulaba que los accionistas no podían sacar ganancias de la compañía hasta que se pagara el préstamo. Esto significa que a los accionistas se les pidió que entregaran algo a cambio de ser rescatados por los contribuyentes y le dio al banco un fuerte incentivo para recuperarse y devolver el dinero.

Otra ventaja de este modelo sobre el plan de Paulson es que aunque el gobierno chileno tomó los activos de los bancos como colateral contra el préstamo, no asumió la responsabilidad de gestionarlos. Esa tarea quedó en manos del banco.

Claro, fue importante que el gobierno fuera un acreedor subordinado. De otra forma habría sido muy difícil aportar nuevo capital al banco. Sin embargo, si EE.UU. fuera a garantizar préstamos, tal vez no sería necesario que estos tuvieran tasas subsidiadas como en el caso de Chile. Este país estaba en una depresión, en el caso de EE.UU. una tasa de penalización podría ser preferible para asegurar que los bancos usen esta opción como último recurso.

Chile demoró varios años en recuperarse de su crisis bancaria y EE.UU. también necesitará tiempo para librarse de su manía de crédito. La intervención del gobierno puede ser la única opción, pero eso no significa que los contribuyentes deban extenderle un cheque en blanco al gobierno que le permita expandir sus poderes una vez más.

Citigroup exige US$60.000 millones en su demanda contra Wells Fargo y Wachovia

Por Kevin Kingsbury y Dan Fitzpatrick

La demanda de Citigroup Inc. en contra de Wachovia, Wells Fargo & Co y sus directores busca una compensación de al menos US$60.000 millones.

Citi alcanzó un acuerdo el pasado lunes para comprar las operaciones bancarias de Wachovia por US$2.160 millones, pero Wells Fargo entró y anunció el viernes por la mañana un acuerdo por US$15.100 millones para comprar todo Wachovia. Citi inmediatamente reaccionó con la demanda.

La compañía está buscando más de US$20.000 millones en daños compensatorios y más de US$40.000 millones en daños punitivos contra Wells Fargo por interferencia en su acuerdo. Citigroup también exige un "alivio" no revelado de parte de Wachovia por romper su acuerdo.

El forcejeo legal durante el fin de semana motivó a la Reserva Federal a presionar para que Citigroup y Wells Fargo lleguen a un acuerdo, uno que podría tener como resultado el que ambos se dividan a Wachovia, según fuentes al tanto.

El conflicto legal se centra en la validez de un "acuerdo de exclusividad" que Wachovia firmó cuando alcanzó su acuerdo con Citigroup. Un juez extendió la expiración de este del viernes al lunes, pero una corte de apelaciones anuló esa decisión.

Sin algún nivel de compromiso, el destino de Wachovia podría complicarse por semanas o meses en una batalla legal que dejaría al atribulado banco en el limbo, distraído por la controversia y cada vez más debilitado por la montaña de préstamos impagos que llevó al acuerdo firmado con Citi y el gobierno la semana pasada.

El Dow cierra por debajo de los 10.000 puntos por la crisis global

NUEVA YORK (Dow Jones)--Los principales índices bursátiles de Estados Unidos concluyeron el lunes con pérdidas, si bien finalizaron por encima de los mínimos de la sesión a medida que los inversionistas comenzaron a incursionar de nuevo en el mercado una hora antes del fin de las negociaciones.

El Promedio Industrial Dow Jones cayó 370 puntos, o el 3,6% a 9.955,50, por encima del mínimo del día de 9.525. Con todo y ello, es la primera vez que este índice cierra por debajo de 10.000 en cuatro años.

El índice Standard & Poor's 500 bajó 42 puntos, o el 3,8% a 1.057 y el Índice Compuesto Nasdaq cedió 84 puntos a 1.862.

Las acciones se vieron golpeadas durante toda la sesión por la agudización de la crisis crediticia y luego que la aprobación del paquete de rescate al sector financiero de US$700.000 millones por parte del Congreso estadounidense no lograra calmar a los mercados ni evitar un efecto dominó.

Otra razón de la volatilidad reciente del mercado: la percepción de que la crisis crediticia ha empujado a las economías más allá del punto de inflexión y que una recesión en Estados Unidos está rompiendo el paso de rápido crecimiento de las economías de Asia y Europa.

Los contratos a futuro sobre el petróleo, un barómetro de las expectativas de crecimiento global, también finalizaron con bajas.

El contrato sobre el crudo dulce ligero para entrega en noviembre cerró con un descenso de US$6,07, o el 6,5%, en US$87,81 por barril en la New York Mercantile Exchange.

"Las emociones están rigiendo el mercado", afirmó Ryan Detrick, estratega técnico de Schaeffer's Investment Research. "Los indicadores fundamentales y la racionalidad pueden ser lanzadas por la ventana. La gente está vendiendo todo en lo que puedan poner las manos".

Citigroup presentó uno de los mayores descenso en el Dow al caer 94 centavos, o el 5,1%, a US$17,41 en tanto la Reserva Federal presionaba para una tregua en la lucha del banco neoyorquino con Wells Fargo sobre Wachovia. Por la tarde las partes acordaron suspender las "acciones legales".

Bank of America cayó US$2,62, o el 6,6%, a US$32,22 y tras las negociaciones el banco caía a US$30,31 luego de informar sus planes de vender US$10.000 en acciones y reducir su dividendo. El banco advirtió "sobre un rápido deterioro de la calidad del crédito y los riesgos de una recesión prolongada".

Entre otros componentes del Dow, Alcoa perdió el 6%, General Motors cedió el 5,8% y Hewlett Packard cayó el 4,8%. Merck bajó el 5,5% y Microsoft retrocedió el 5,4%.

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