Edomex: acierta PRI y toma iniciativa
Alán Arias Marín
La designación de Eruviel Ávila tiene miga política y cultural. Es el de mayor rango de independencia respecto de Peña Nieto, con trayectoria de movilidad social, arraigo y experiencia electoral; su designación y el sacrificio de Del Mazo tienen sentido de renovación política y preocupación social.
Edomex-2011, la proto-madre de las batallas político electorales ha comenzado. El PRI lleva la mano; ya decidió candidato, probablemente el mejor, Eruviel Ávila. Lo hicieron justo un día antes de la consulta PAN-PRD que pierde relevancia y, con ello, también la iniciativa. La consulta en términos reales, político electorales, nunca tuvo mayor significación; sí para la pugna interna del PRD y para la confrontación AMLO-Ebrard. Sin candidatos propios PAN-PRD aceptables para ambos bandos, lo decisivo era-es el candidato ad hoc; si cooptaban a Ávila, alcalde de Ecatepec, estaban hechos, alianza de facto, la consulta salía sobrando, no digamos los formalismos aliancistas. No habían opciones posibles. Queda la posibilidad de un candidato no militante partidista, aunque ya resulta cuesta arriba que alguno con empaque competitivo se arriesgue al juego; los dejaron con un palmo de narices. Eso sin hablar de la tajante posición de AMLO y la de estilete de Encinas —sólo con PRD y sin PAN. A la alianza, si sobrevive, le espera una copiosa sangría electoral.
PRI. Habilidad y oficio. Peña Nieto, paciente y eficaz, bien arropado; resultados no sólo imagen. El Edomex se convirtió, por las altas apuestas de todos, en tiempo y espacio coincidentes de la política, punto focal del proceso político nacional, momento estratégico por excelencia. Densidad política de consecuencias de mediano y largo plazo. Lo crucial hoy en el Edomex es la decisión de que el candidato del PRI a la gubernatura sea Eruviel Ávila.
Clase de realismo político: la fuerza dominante impone el sentido resultante a los otros vectores. En oportunidad de tiempo y condensación de fuerza, Peña Nieto, el grupo Atlacomulco (profesionalismo de Del Mazo III), el PRI, la inercia electoral (el mayor padrón electoral del país), financiera del Edomex (alta concentración empresarial y laboral) y la potencia del poder mediático han sentado —si bien no de modo definitivo— sus reales.
La designación de Eruviel Ávila tiene miga política y cultural. De los aspirantes era el de mayor rango de independencia respecto de Peña Nieto, el que prefigura una trayectoria de movilidad social notable, arraigo popular y experiencia en competencia electoral; en rigor, era el único político que ofrecía condiciones para la repetición de la experiencia de alianza electoral anti-PRI (modelo Sinaloa y/o Guerrero). Fue calado lo más posible en torno a sus lealtades políticas personales e ideológicas, aguantó vara, sobre todo en los días finales de carrera parejera con Alfredo del Mazo, delfín dinástico de Atlacomulco. La cuna y la formación política del edil de Huixquilucan ofrecían garantías indubitables de disciplina; impensable del Mazo encabezando una alianza PAN-PRD. La decisión por Ávila y el sacrificio de Del Mazo tienen un sentido de renovación política y sesgo social apreciables.
Por ahora todos los demás bailarán al son del PRI. Condiciona y dificulta las iniciativas de los adversarios, habrá que ponderar las respuestas. AMLO juega más para el frente interno de la “izquierda”, doblegar a Ebrard, mantener espacios en el PRD como pivote de articulación con su movimiento (Morena); una competencia decorosa de Encinas (PRD-Morena-PT-Convergencia) le resultaría oro molido, una victoria alteraría dramáticamente la correlación de fuerzas de cara al 2012. Se conforma realistamente con mucho menos.
La consulta de las directivas del PAN y el PRD incentivando la alianza ha perdido peso. En tanto que método democrático de participación de masas en la toma de decisiones de la élites burocráticas, resulta erosionado en virtud de su utilización demagógica (predicar de interés general lo que es de intereses particulares). La consulta es redundante pues moviliza sustancialmente a militantes interesados. Se reduce a un empeño de legitimación reducida de la política de alianzas anti-PRI. Presentan problemas insolubles de regulación del proceso, el que PAN y PRD no cuenten con un padrón de participantes es determinante. Tienen baja representatividad, participa un porcentaje muy bajo del electorado y acudirán los explícitamente interesados; contiene una contradicción irresoluble en su convocatoria a los ciudadanos, pero no a todos los ciudadanos… (por temores fundados o inventados de intervención del PRI). En suma, adolece de significación política, distorsiona y vulnera la representatividad democrática participativa, si bien ha tenido una relativa utilidad mediática y propagandística.
El PRI no se ha equivocado este domingo. La apuesta por Ávila presenta rasgos de renovación política e insinúa preocupación social. Hoy tiene la iniciativa. Peña Nieto parece librar la encrucijada. Habrá muchas. Difíciles las respuestas de un PAN atribulado. El PRD de nuevo al juego interno; de nuevo AMLO con relativaventaja.
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