PAN: “Se recibe cascajo”
Los puritanos panistas de los años 90 se mofaban del PRD que se convirtió en receptor de todo lo que desechó el PRI...
Ricardo AlemánEl cascajo, como todos saben, es esa mezcla peculiar de toda clase de desperdicios que produce la industria de la construcción. A su vez, el cascajo es utilizado como material de relleno para otras tareas de la industria constructora.
El secreto del reciclaje del cascajo está precisamente en localizar una obra que requiera ese material de desecho —por el que incluso se paga para convertirlo en basura—, con el fin de ser reutilizado como relleno. En pocas palabras, que de ser un desperdicio en una etapa de la industria de la construcción, el cascajo se reutiliza y convierte en un relleno de otros procesos de la construcción.
Y viene a cuento el tema porque precisamente fue el ingenio de los panistas llamados “doctrinarios” —debido a que convirtieron la lucha por la democracia y la pureza de su doctrina partidista en un apostolado— el que llevó de la “jerga” de la construcción a la política el término “cascajo político”, para referirse al desperdicio de políticos que tiraba el PRI y que, regularmente, eran aprovechados como “relleno” por el PRD.
En realidad la metáfora completa retrataba al PRD como un edificio en construcción, desvencijado y en obra negra, con un gran letrero en la fachada inconclusa que rezaba: “Se recibe cascajo”. Así, los puritanos panistas de los años 90 se mofaban del PRD que se convirtió en receptor de todo el cascajo que desechó el PRI en una de sus mayores transformaciones, la que va de los años 86 a 90, cuando un gran desprendimiento del PRI dio origen, forma y cuerpo al FDN y luego al PRD.
Más aún, en un memorable ensayo sobre la alternancia en el poder en México, el Nobel de Literatura, Octavio Paz, dijo en 1997 que sin el PRI y los desprendimientos que se fueron del tricolor al PRD, el partido amarillo nunca habría pasado de ser un partido testimonial. Más, son memorables las discusiones humorosas de Carlos Castillo Peraza, cuando con ironía señalaba al PRD como el principal “receptor de cascajo priista”.
Lo curioso es que hace una década nadie hubiese imaginado que, entrado el nuevo siglo, y con el PAN convertido en poder presidencial, el partido azul terminaría con un gran letrero en su fachada que reza: “Se recibe cascajo”. Peor aún, nadie hubiese soñado que ese letrero lo hubiese colocado el más doctrinario de los panistas, casualmente hoy el primer panista del país, Felipe Calderón, de los pocos que llevan el color azul en las venas y en la genética.
Y es que el llamado que hizo Calderón al Consejo Nacional de su partido para abrir las puertas a los mejores políticos, hombres o mujeres, sean o no militantes, no es más que eso: colocar un gran letrero en la esquina de Coyoacán y José María Rico que reza: “Se recibe cascajo”. Claro, el mejor cascajo político de la región o el más reputado cascajo de la sociedad civil… aunque cascajo al fin y al cabo.
Pero una vez superada la parte anecdótica, ahora lo interesante será saber por qué el PAN se convirtió en el principal receptor de cascajo político electoral. Lo cierto es que no se requiere bola de cristal y menos dotes adivinatorios para responder la interrogante. Resulta que —por increíble que parezca—, hasta poco antes de los años 90, el PAN nunca se preparó para ser un verdadero partido con vocación de poder. Más que partido, era un apostolado por la democracia.
Por eso, algunos de sus más exitosos candidatos presidenciales, como Manuel J. Clouthier y Vicente Fox —además de la mayoría de gobernadores de entidades federativas ganadas por el PAN—, surgieron de distintos sectores de la sociedad civil, especialmente del empresariado, mientras que otros líderes reputados, como Santiago Creel, salieron del activismo civil. Pero, además, por si fuera poco, en los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón un sector destacado del priismo cambió de bando y hoy forma parte de las filas de Acción Nacional.
Sin embargo, el problema de fondo del PAN es una crisis de liderazgos. Y es que los cuadros panistas que hicieron posible la alternancia han envejecido, en tanto que los nuevos cuadros de recambio, los jóvenes, aún no llegan. Por eso, ante la carencia de líderes capaces de derrotar a Peña Nieto, Calderón colocó en la fachada del PAN un letrero que reza: “Se recibe cascajo”. Claro, cascajo político.
EN EL CAMINO.
Carlos Slim y sus genios ofenden la inteligencia ciudadana. Acusa a las televisoras de monopolios y se comportan como el burro que habla de orejas. En breve le entraremos al tema.
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