20 marzo, 2011

Pascual, se va rápido y furioso

Pascual, se va rápido y furioso

- En el PRD, gana Marcelo; Jesús Zambrano como presidente.

- El cínico René Bejarano, ya es del PRD; ¿no que desertarían?

Ricardo Alemán

Como todos saben, ayer sábado se oficializó “la renuncia” de Carlos Pascual, embajador de Estados Unidos en México. Pero lo cierto es que el diplomático ya había cesado sus actividades desde hace por lo menos 30 días, cuando el gobierno de Felipe Calderón le hizo saber a su homólogo su desacuerdo por la información que —de México—, trasmitía Pascual a su gobierno, y que reveló el portal WikiLeaks.

En realidad la separación de Pascual no debiera sorprender a nadie, pues como aquí lo dijimos el pasado 6 de marzo, en los hechos ya había terminado su encomienda, una vez que el propio Felipe Calderón le retiró su confianza —pasando por el Congreso, en cuya Cámara de Senadores lo vapulearon y declararon persona non grata apenas el pasado jueves, sin faltar el recelo claro de todo el gabinete de seguridad, en especial la Secretaría de la Defensa, y hasta el partido oficial, el PAN—, por lo que en los hechos se canceló toda la agenda diplomática de Pascual con el Estado mexicano.

Rápido y furioso

De acuerdo con fuentes diplomáticas, la salida de Pascual, en realidad debe ser vista como un triunfo del gobierno de Felipe Calderón —un inusual triunfo—, pero que se explica como una cortesía diplomática del gobierno de Barack Obama ante el agravio mayor que significó el operativo de trasiego de armas a México, conocido como Rápido y Furioso, y que sirvió para vender arsenal de alto poder a los cárteles de la droga en México, con el beneplácito del gobierno de Washington.

Pero más allá de que se habría entregado la cabeza de Pascual para tratar de enmendar esa operación, lo cierto es que en el día a día de la relación diplomática entre México y Estados Unidos, Carlos Pascual ya había sido ignorado por el gobierno de Felipe Calderón, al grado que la reciente visita del presidente mexicano a su homólogo Barack Obama, en buena medida obedeció a la fractura diplomática que el propio gobierno de México se encargó de hacer saber al gobierno de Washington.

¿Pero qué fue lo que pasó? ¿Por qué la ruptura?

Historia del quiebre

En realidad lo primero que se debe reconocer es que el embajador de Estados Unidos es otra víctima del portal de WikiLeaks, ya que la crisis de Pascual con el gobierno de Calderón se inició, precisamente, cuando la controvertida página publicó los informes enviados por el embajador estadunidense a su gobierno, sobre la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico.

En uno de esos cables, Pascual no sólo ponía en duda la eficacia y lealtad del las Fuerzas Armadas mexicanas —sobre todo cuestionaba la lealtad y capacidad de inteligencia de la Secretaría de la Defensa, al tiempo que halagaba a la de Marina Armada— en esa “guerra”, sino que también emitía severos juicios de valor en torno a instituciones de seguridad nacional.

Hoy se sabe que la Secretaría de la Defensa decidió, de manera unilateral, no compartir más información a través de la embajada de Estados Unidos en México —y cancelar la relación con el embajador Pascual—, luego de que se dieron a conocer en WikiLeaks los informes enviados por la oficina de Pascual a Washington.

Más aún, en una entrevista que el presidente Calderón ofreció al director editorial de El Universal, Roberto Rock —previa a la reunión con Obama en Washington—, el mandatario mexicano reveló con pelos y señales el rompimiento de su gobierno con el embajador Pascual.

Un vez concluido el encuentro entre los presidentes Calderón y Obama, el mandatario mexicano se reunió con directivos y periodistas del influyente periódico The Washington Post, a los que ratificó que su gobierno ha tenido serias dificultades para trabajar con el embajador Pascual.

Dejó ver que la queja se le hizo saber al presidente Obama, por lo que se desató una fuerte especulación en torno a que solo era cuestión de tiempo para que Carlos Pascual fuera retirado como embajador.

El agravio a los partidos

Sin embargo, cuando parecía que ya había pasado todo respecto a lo que pensaba el embajador de Estados Unidos en nuestro país, sobre la realidad mexicana, apareció otro informe en el que Pascual reportaba a Washington que los candidatos presidenciales del PAN para la contienda federal de 2012, eran aspirantes menores, chiquitos y de bajo perfil.

Más aún, por esas fechas apareció la información de que el mismo gobierno de Washington había promovido la operación Rápido y Furioso, para favorecer el trasiego de armas y, con ello, identificar a los cártesles de la droga. Entonces la relación entre Pascual y el Estado mexicano se hizo imposible.

Ya no sólo era el enojo del Presidente, de su gabinete, del gabinete de seguridad, de la Sedena, del Congreso, de los partidos, incluido el partido oficial, sino en general el enojo era de todo el Estado mexicano con el embajador Pascual.

Lo curioso, es que en términos generales, Carlos Pascual no incurrió en ninguna mentira. La mayoría de lo dicho en los reportes salidos de la embajada a Washington, podían haber sido reportes de lo que dice la prensa mexicana. El problema es que lo dijo el embajador, en cumplimiento precisamente de su trabajo.

Lo cierto es que el gobierno de Calderón se anotó un punto a su favor, echar a un embajador estadunidense, que no es poca cosa y menos lo logra cualquiera. Al tiempo.

EN EL CAMINO

Hasta las 22:00 horas de anoche, no había humo blanco en el PRD. Sin embargo, todo apuntaba a confirmar que el nuevo presidente sería Jesús Zambrano, y que el nuevo secretaría general sería Armando Ríos Piter.

Sin embargo, la señora Dolores Padierna seguía en lo suyo, en la lucha por buscar meterse a la nueva dirigencia del partido.

Lo curioso es que mientras todos hablaban de ruptura, de salidas del PRD, de divisiones y rompimientos, el cínico René Bejarano ya estaba de nuevo metido como perredista, a pesar de que fue echado por ladrón.

¿Quién le permitió el regreso al PRD al desvergonzado de René Bejarano? Sí, los mismos que hablan de fractura, de rompimiento, de que si Marcelo Ebrard se queda con el partido, se romperá el partido.

Queda claro, como aquí lo dijimos el pasado martes, que a los amarillos lo menos que les interesa es la ideología, la congruencia, la ética y hasta desprecian la estética. Sólo les importa no perder el hueso.

Por lo pronto, le podemos confirmar que Jesús Zambrano será el nuevo presidente, y muy probablemente el nuevo secretario general, será Armando Ríos Piter, el hombre de Marcelo.

En pocas palabras, que Marcelo se apodera del PRD, y deja sin fuerza y fuera, a AMLO. ¿Qué tal?

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