14 mayo, 2011

China se verá forzada a reducir su velocidad de crecimiento

China se verá forzada a reducir su velocidad de crecimiento

Por Kathleen Madigan

[China]

NUEVA YORK (Dow Jones)--En general se cree que la economía china opera sobre el principio de avanzar a máxima velocidad sin importar las circunstancias.

De hecho, la creciente importancia de China en la economía mundial quedó clara en la reunión bilateral de esta semana entre esa nación y Estados Unidos.

No obstante, la investigación de tres economistas genera dudas sobre el futuro de China. Los expertos concluyeron que las naciones de rápido crecimiento se desaceleran significativamente cuando se cumplen ciertos criterios. China enfrentará en algún momento un obstáculo que la obligará a reducir su velocidad, posiblemente tan pronto como a comienzos de 2015.

La investigación realizada por Barry Eichengreen de la Universidad de California, Berkeley; Kawnho Shin de la Universidad de Corea; y Donghyun Park del Banco de Desarrollo Asiático buscaba responder dos preguntas: "¿Podemos determinar con exactitud el momento en que las economías de rápido crecimiento se desacelerarán?, y, ¿podemos decir algo sobre las características y circunstancias de las que depende el momento en que se produce una desaceleración?".

Los investigadores analizaron períodos de desaceleración en cerca de 40 economías y luego identificaron criterios evidentes en casi todos los casos. (Se definió la desaceleración como una caída de al menos 2 puntos porcentuales en la tasa de crecimiento anual).

Lo que encontraron es que una desaceleración se produce cuando el producto interno bruto per cápita de una nación alcanza cerca de US$17.000, a precios constantes internacionales de 2005.

En ese punto, "las desaceleraciones coinciden con el punto en el proceso de crecimiento en el que ya no es posible aumentar la productividad mediante el traslado de más trabajadores desde la agricultura a la industria, y en el que disminuyen los beneficios que genera la importación de tecnología extranjera", señala el documento.

Los economistas calcularon, entonces, cuándo podría tener que pisar el freno China.

Si China crece a una tasa del 9,3% por año (su promedio de los últimos 10 años), la nación alcanzaría el nivel crítico de un PIB de US$17.000 per capita en 2015, desde la cifra actual en torno a los US$9.700.

Un crecimiento del 7% podría no parecer una desaceleración, pero el descenso marginal en el ritmo de crecimiento de China tendrá ramificaciones a nivel mundial.

"China es considerada cada vez más como un motor clave del crecimiento de la economía mundial", dicen los economistas. Si se elimina la demanda China, las exportaciones de bienes de capital desde países industrializados, así como las ventas de bienes básicos desde África, América Latina y Australia se verán afectadas. Los precios de los bienes básicos y los flujos de comercio se desequilibrarán si China reduce sus compras.

China enfrentaría además problemas internos. Al analizar todas las economías de rápido crecimiento, los economistas señalan: "También podría haber implicaciones para la estabilidad social, donde la legitimidad política descansa en el éxito que tengan los gobiernos para entregar un crecimiento rápido".

Dos factores extraordinarios podrían hacer avanzar una desaceleración de China.

En primer lugar, una población que está envejeciendo es asociada con desaceleraciones (ya que esto implica una base laboral más pequeña y tasas de ahorro más bajas). La política china de un solo hijo "acentúa mucho el factor demográfico", dice Eichengreen.

En segundo lugar, los investigadores encontraron que las desaceleraciones son más probables en países que mantienen tasas de cambio reales subvaluadas. Eso se debe -explica Eichengreen- a que una subvaluación real desalienta la transición hacia una economía basada en la innovación y establece el escenario para un crecimiento más débil del factor de productividad total.

China ya está experimentando algunos de los problemas que trae el crecimiento. La inflación se está transformando en un problema grave. En abril, los precios aumentaron un 5,3% frente al mismo mes del año pasado, mientras que los precios de los alimentos escalaron un 11,5%.

El banco central está tratando de combatir la inflación con tasas de interés más altas y con un aumento de los requisitos de reservas de los bancos.

Pero los líderes mundiales, encabezados por funcionarios de Estados Unidos, piensan que para Beijing sería mejor dejar que el yuan se aprecie más. Eso moderaría la inflación (lo que sería bueno para China) y al mismo tiempo reduciría la ventaja de los precios chinos en el comercio de mercancías (lo que sería bueno para otros exportadores mundiales).

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