05 mayo, 2011

EE.UU. para dar con Osama bin Laden

La corazonada que permitió a EE.UU. dar con Osama bin Laden

Por Siobhan Gorman, Adam Entous y Zahid Hussain

Mientras los dos helicópteros repletos con los miembros de las fuerzas especiales de la marina estadounidense se abrían paso en medio del oscuro cielo hacia la guarida de Osama bin Laden, los cerebros que habían planificado la operación no estaban seguros de que su objetivo se encontrase ahí. Algunos de los hombres que habían diseñado la misión pensaban que la probabilidad de ello era de apenas 60%.

Habían, de todos modos, elegido una arriesgada estrategia de ataque: un asalto directo a la casa en lugar de sencillamente bombardear el lugar desde un avión que no pudiera ser detectado por los radares.

[Binladen] Associated Press

Soldados paquistaníes y un policía patrullan la que habría sido la residencia donde alojaba Osama bin Laden en Abottabad, Pakistán.

Pero después de pasar una década persiguiendo a bin Laden desde las cuevas del sur de Afganistán a las anárquicas provincias orientales de Pakistán, EE.UU. decidió que el riesgo bien valía la pena. Un examen de la decisión muestra que aunque se basó en meses de planificación detallada, en última instancia dependió de una corazonada.

El siguiente relato se basa en informes y entrevistas con casi una docena de funcionarios de la Casa Blanca, agencias de inteligencia, el Pentágono y el Congreso estadounidense.

En diciembre de 2010, el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Leon Panetta, decidió que la información que se había recopilado era lo suficientemente sólida para poner manos a la obra. Convocó a una reunión secreta con legisladores para buscar las decenas de millones de dólares necesarios para financiar el intensivo programa que desembocó en la muerte de bin Laden.

"Lo que convenció a la gente era que no había otra explicación probable" sobre qué otra persona podía estar ocultándose en el complejo residencial, dijo un funcionario de EE.UU., con la excepción del número dos de al Qaeda, Ayman al-Zawahiri.

La decisión dio inicio a una operación de cinco meses con pocos paralelos en la historia de EE.UU: una misión secreta ocultada a los aliados más estrechos que culminó más de una década de trabajo de inteligencia a menudo infructuoso.

El centro de atención de la inteligencia estadounidense era un complejo amurallado en Abottabad, Pakistán, construido para alojar a alguien que no quería ser visto. Para fines del año pasado, EE.UU. sabía que la mayoría de sus 22 residentes estaban emparentados con uno de los mensajeros más confiables de bin Laden. Pero una tercera familia seguía siendo un misterio. Los agentes de inteligencia sabían que vivía un hombre adulto, pero no podían verlo.

EE.UU. había buscado a bin Laden durante más de una década y fallado media docena de veces.

En 2002, apenas un año después de que bin Laden se escapara en las montañas de Tora Bora, en Afganistán, los interrogatorios de detenidos de la CIA revelaron el alias de uno de sus mensajeros, cuyo trabajo era llevar información y mensajes de bin Laden a agentes de al Quaeda en todo el mundo. El hombre —quien no ha sido nombrado por funcionarios de EE.UU.— era un protegido del artífice de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Khalid Sheikh Mohammed, y ayudante fidedigno de Abu Faraj al Libbi, un ex número tres de al Qaeda capturado en 2005.

Tras años de arduo trabajo, los analistas de la CIA finalmente descubrieron en 2007 el nombre verdadero del mensajero y comenzaron a buscarlo.

El primer éxito se produjo a fines de agosto de 2010, cuando la CIA logró seguirlo a su residencia de Abbottabad.

Construido en 2005, el complejo estaba en la periferia de la ciudad, al final de un estrecho camino de tierra. Era un edificio de tres pisos con pocas ventanas al exterior. Vieron una terraza en el tercer piso con una pared de más de dos metros que impedía ver hacia adentro. Los residentes del complejo residencial quemaban la basura. El lugar tenía murallas inusualmente altas y carecía de conexión a Internet y teléfono. La propiedad era ocho veces el tamaño de otros complejos cercanos. "Cuando lo vieron, supieron que tenían que hacer algo", dijo un funcionario de EE.UU.

En septiembre, Obama fue informado sobre el complejo residencial y se le dijo que EE.UU. creía que allí se alojaba un blanco importante. Entre sus residentes estaban el mensajero, su esposa e hijos, y la familia de su hermano.

Además, "había una misteriosa tercera familia allí", dijo una fuente cercana. "Había un hombre adulto que no podían ver pero que sabían estaba allí. Había una mujer, potencialmente esposa e hijos, cuya familia coincidía con la potencial de Osama bin Laden". Los miembros de la tercera familia nunca salían de la residencia.

En febrero, Panetta creyó que era hora de planear la operación. Se reunió con el vicealmirante William McRaven, jefe del comando de operaciones especiales de las fuerzas armadas, y pidió que un equipo reducido analizara opciones.

Se pensó en un bombardeo que minimizara el riesgo para los soldados estadounidenses y maximizara la probabilidad de matar a los residentes del complejo. Pero eso también hubiera destruido pruebas de que bin Laden se encontraba allí.

El 19 de abril, Panetta le dijo al presidente Barack Obama que la CIA creía que bin Laden estaba allí. Ese mismo día, Obama dio autorización provisional para un asalto de estilo comando con helicópteros.

En la mañana del domingo primero de mayo, Obama dio el visto bueno final para la misión tras un retraso de 24 horas debido al mal tiempo. Panetta fue a misa, mientras Obama fue a jugar golf.

Los helicópteros de EE.UU. trasladaron al equipo de las Fuerzas de Operaciones Especiales desde una base aérea en Jalalabad, Afganistán. Un helicóptero cayó a tierra debido a un "vórtice" creado por los altos muros del complejo residencial, un momento aterrador que resumía los mayores temores de EE.UU. sobre la misión.

Panetta vigiló la operación desde su sala de conferencias convertida en comando de guerra. En la Casa Blanca, Obama y sus principales asesores seguían la tensa acción en tiempo real desde la Sala de Operaciones. "Los minutos pasaban como días", dijo John Brennan, asesor de contraterrorismo de la Casa Blanca.

El equipo, que sabía que tenía que irse en un solo helicóptero, pasó 40 minutos disparando sin tregua, asaltando cada una de las estructuras del complejo residencial. Bin Laden y su familia estaban en el segundo y tercer piso del principal edificio del recinto, el último en ser penetrado.

Un funcionario de defensa de alto rango dijo que bin Laden fue abatido por "balas de EE.UU." y descartó que haya muerto a manos de sus propios guardias para impedir que fuera capturado vivo. Bin Laden recibió en la cabeza al menos una bala disparada por el grupo de asalto de EE.UU.

Además de bin Laden, tres adultos murieron en la redada: dos mensajeros y uno de los hijos mayores de bin Laden. Una mujer cayó abatida al ser usada como "escudo" por uno de los hombres adultos. Otras dos mujeres fueron heridas.

El helicóptero averiado de EE.UU. fue destruido por sus tripulantes antes de que el equipo de asalto se marchara. Las autoridades habían preparado planes de contingencia para bin Laden o en caso de que el hombre misterioso resultara ser otro.

Los paquistaníes, quienes no habían sido informados, enviaron cazas para investigar la presencia de aeronaves no identificadas, pero no dieron alcance a las fuerzas de EE.UU.

A las 15:50 del domingo, el presidente Obama se enteró que el cadáver de bin Laden fue provisoriamente identificado. A las 19:01, Obama fue informado que había una "alta probabilidad" de que fuera el cadáver de bin Laden.

Bin Laden no solo fue identificado por el grupo de asalto, sino también por una de sus esposas, según un funcionario de inteligencia de alto rango. Los especialistas de la CIA compararon fotos del cadáver con las fotos conocidas de bin Laden y pudieron determinar con 95% de certeza que era él. El lunes por la mañana, un análisis inicial de ADN mostró una correspondencia de "virtualmente 100%" del cadáver con el ADN de miembros de la familia de bin Laden.

EE.UU. sumergió a bin Laden en el mar, arguyendo que ningún país lo aceptaría y por temor a que su tumba se convirtiera en un santuario.

El cadáver fue colocado en una bolsa con lastre. Un militar leyó un texto religioso preparado, que fue traducido al árabe por un hablante nativo.

"Tras concluirse la lectura", dijo un alto funcionario de defensa, "el cadáver fue colocado en una plancha preparada y ésta fue inclinada, tras lo cual se sumergió en el mar".

Abundan las teorías de la conspiración

Abundan las teorías de la conspiración sobre la muerte de Osama bin Laden

Por Yaroslav Trofimov, Tom Wright y Matt Bradley

En todo el mundo musulmán, la muerte de Osama bin Laden ha desencadenado una oleada de teorías de la conspiración, con muchos pakistaníes, afganos y árabes rehusándose a creer las aseveraciones de Estados Unidos de que el fundador de Al Qaeda está muerto.

EE.UU., que envió un equipo comando de Seals de la Armada para matar a Bin Laden en la ciudad paquistaní de Abbottabad el domingo, aún no ha difundido fotografías del cadáver del fugitivo saudí. El cadáver en sí, dicen funcionarios de EE.UU., ha sido sumergido en el mar después de que se confirmó la identidad de Bin Laden con una prueba de ADN.

El movimiento talibán de Afganistán, que alojaba a Bin Laden y Al Qaeda hasta la invasión de EE.UU. en 2001, el martes por la noche cuestionó el relato del presidente Barack Obama. "Los estadounidenses no han mostrado pruebas creíbles de la muerte del jeque Osama, y su muerte no ha sido confirmada o desmentida por fuentes cercanas a Osama bin Laden", dijeron los talibanes en su primera reacción oficial a la muerte.

En Abbottabad, muchos residentes locales arguyen que la redada del lunes por la mañana hora local fue un operativo falso para humillar a Pakistán y aumentar las probabilidades de reelección de Barack Obama.

"Lo están inventando. Nadie ha visto el cuerpo", se mofó Owais Khan, un abogado local. Khan sostuvo que Bin Laden nunca hubiera escogido como refugio Abbottabad, una localidad rica y con gran presencia del ejército, a apenas 65 kilómetros de la capital de Pakistán.

[Osama] STR/Reuters

Un hombre lee noticias sobre la muerte de Osama bin Laden el 3 de mayo en Riad.

Haji Liaquat, quien opera una imprenta a unos tres kilómetros del complejo residencial de Bin Laden, coincidió. "No es verdad que siquiera Osama estuviera presente allí", insistió. "Esto es sólo teatro para mostrar cómo Pakistán está protegiendo a Osama".

El representante especial de EE.UU. para Afganistán y Pakistán, Marc Grossman, tuvo que encarar preguntas escépticas sobre la veracidad de la muerte de Bin Laden durante su conferencia de prensa el martes en Islamabad. "No puedo responder a cada teoría de la conspiración. Pueden tener todas las teorías de la conspiración que deseen", dijo en respuesta, observando que el gobierno de Pakistán también confirmó la muerte de Bin Laden. "Está muerto. Está bien".

Pakistán, Afganistán y Medio Oriente, por supuesto, son terrenos fértiles para teorías de la conspiración, especialmente las que tienen a EE.UU. o Israel como villanos. Es aún común oír en El Cairo, Kandahar o Karachi que los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 fueron llevados a cabo por el gobierno del presidente George W. Bush para conseguir el dominio mundial; una versión alternativa acusa al Mossad israelí.

La renuencia de muchos en la región a creer en el relato de Obama de la muerte de Bin Laden tiene que verse en este contexto de sentimiento antiestadounidense generalizado, explicó Shadi Hamid, director de investigación del Centro Brookings en Doha, Qatar. "No se trata tanto de Bin Laden sino de EE.UU.", dijo. "EE.UU. ha brindado esta narrativa al mundo, y la reacción natural de mucha gente es dudar de cualquier cosa que diga EE.UU.".

En Afganistán, muchos compararon la muerte de Bin Laden con la muerte del máximo comandante militar del Talibán en 2007, el mulá Dadullah Akhund, por una coalición del equipo de las Fuerzas de Operaciones Especiales. Para disipar las dudas, el cadáver acribillado del miliciano fue exhibido a periodistas.

"Cuando los estadounidenses mataron al mulá Dadullah públicamente mostraron las imágenes en los medios y a todos", dijo un comandante talibán en la provincia afgana de Khost, en una conversación telefónica el martes. "Si realmente han matado a Osama, ¿por qué no nos muestran la prueba?"

EE.UU. también ha difundido la foto del cadáver de Abu Musab al Zarqawi, jefe de Al Qaeda en Irak, tras matarlo en un ataque aéreo en el país en 2006.

La Casa Blanca dijo el martes que las fotos del cuerpo sin vida de Osama bin Laden son desagradables. Lo que está en juego es el valor de ofrecer testimonios visuales de su muerte al mundo frente a las inquietudes de que las fotos pueden ser ofensivas para algunos. Posteriormente ese día, el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Leon Panetta, dijo a NBC News en una entrevista que EE.UU. posteriormente difundiría una foto.

El miércoles, sin embargo, la Casa Blanca indicó que Obama decidió que las fotos no fueran difundidas luego de consultar con su equipo de Defensa y seguridad nacional. El presidente determinó que su difusión crearía un riesgo para la seguridad de EE.UU., dijo el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney. A los funcionarios les preocupa que las fotos puedan provocar violencia y reacciones negativas que contrarrestarían cualquier beneficio que se pudiera obtener de su difusión.

Quizás las teorías de conspiración más fantásticas sobre la muerte de Bin Laden en el mundo musulmán se encuentran en Egipto, un país donde los rumores crédulos se propagan como incendios forestales. Mohammed Ali, gerente bancario de 38 años y con un dominio fluido del inglés, dijo que creía que Bin Laden en realidad murió hace cinco años, y que EE.UU. había estado ocultando la noticia "para seguir tomando dinero de los países del Golfo y mantener asustados a todos".

"Hay muchas dudas", dijo el martes Magdy Suleiman mientras preparaba emparedados de falafel para una multitud a la hora de almuerzo en Agouza, un vecindario de clase media en El Cairo. "¿Por qué lo capturaron ahora?"

En cafés en el centro de Riyad, la ciudad donde nació Bin Laden, los hombres repetían el martes otra convicción de larga data entre algunos árabes: que el jefe terrorista nunca existió. "Honestamente, nunca he estado convencido de que existiera una persona como Osama bin Laden", dijo Osama al-Obeid, banquero saudí.

Incluso si EE.UU. difundiera fotos y otras pruebas de la muerte de Bin Laden, esta más reciente serie de teorías de la conspiración no necesariamente desaparecería. "Muchas personas viven en su mundo basado en la imaginación en vez de los hechos", dijo Hasan-Askari Rizvi, analista político paquistaní. "No quieren aceptar la realidad".

EE.UU. analiza los datos de inteligencia obtenidos

EE.UU. analiza los datos de inteligencia obtenidos en el operativo contra Osama bin Laden

Por Siobhan Gorman y Adam Entous

Apenas las tropas estadounidenses llegaron al complejo de Osama bin Laden en Pakistán, pusieron en marcha no solamente el abatimiento del terrorista más buscado del mundo, sino también el potencialmente más grande golpe de inteligencia en la era posterior a los atentados del 11 de septiembre.

Poniendo en marcha un plan especialmente diseñado llamado "Sensitive-Site Exploitation" (algo así como Explotación de un Sitio Sensible), los comandos Seals de la Armada de Estados Unidos que llevaron a cabo la incursión se llevaron cinco computadoras, 10 discos duros y más de 100 dispositivos de almacenamiento como DVD y memorias flash, dijeron funcionarios estadounidenses.

A 12-year-old boy who lives near the building where Osama bin Laden was killed tells of his experiences meeting the family. Video courtesy of Reuters.

Los hallazgos son una sacudida para la red de Bin Laden que podría forzar a sus integrantes a trasladarse a lugares o a comenzar comunicaciones que los hagan más fácilmente detectables.

Un equipo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), que ya ha realizado un análisis preliminar del material, está buscando pistas sobre la localización del segundo de Bin Laden, Ayman al-Zawahiri, que se espera que ascienda al mando de Al Qaeda, así como información sobre nuevos planes, nombres de otros terroristas y cualquier dato respecto a si miembros del gobierno pakistaní ayudaron a esconder al líder terrorista.

"El real beneficio para nuestra seguridad de la incursión de los Seals de la Armada es que obtuvimos un tesoro de datos de inteligencia que pueden ser usados para ir tras los malos en todo el mundo", dijo el senador Tom Carper, un demócrata de Delaware y miembro del comité de seguridad nacional del Senado de EE.UU. "Nuestro desafío ahora es sacarle el máximo partido y utilizarlo de la mejor manera", consideró.

[Osama] Aamir Qureshi/Agence France-Presse/Getty Images

Miembros de la prensa y residentes locales fuera del complejo donde vivía Osama bin Laden en Abbottabad, Pakistán.

Si los integrantes de Al Qaeda comienzan a planear ataques de represalia, sus comunicaciones podrían hacerlos aparecer en el radar de EE.UU., incluso si utilizan mensajeros para evitar las comunicaciones electrónicas, que son más fácilmente detectables, dijeron los funcionarios.

Las agencias de inteligencia de EE.UU. creen que Zawahiri y otros líderes de Al Qaeda podrían acelerar planes terroristas que tienen en elaboración para probar la vitalidad del grupo, señalaron funcionarios informados sobre el asunto.

Mientras tanto, las autoridades pakistaníes tienen en custodia a alrededor de 10 de los residentes del complejo donde estaba Bin Laden y han comenzado a interrogarlos.

Las pistas más importantes serían las que lleven a Zawahiri, quien, creen los funcionarios estadounidenses, podría estar trasladándose a otro lugar como consecuencia del ataque.

Funcionarios de EE.UU. dicen que creen que se encuentra en algún lugar de Afganistán o Pakistán. Algunos datos de inteligencia sugieren que se está escondiendo en la región pakistaní de Waziristán del Norte o Waziristán del Sur, cerca de la frontera con Afganistán, una zona tribal en la que se creía que estaba Bin Laden hasta que las investigaciones llevaron a las tropas estadounidenses a Abbottabad.

Es muy pronto para determinar el valor de la información encontrada en la casa de Bin Laden y a veces ocurre que datos de inteligencia que parecen prometedores al final no lo son. Los funcionarios se mostraron renuentes a describir los datos en detalle, en parte porque tienen la esperanza de que la ambigüedad saque de quicio a los miembros de la red terrorista.

La evaluación inicial, sin embargo, sugiere que a largo plazo los hallazgos pueden ser un activo más significativo para la seguridad nacional de EE.UU. que matar a Bin Laden.

El equipo comando fue al complejo de Bin Laden con el detallado plan Sensitive-Site Exploitation, que indica a los miembros qué elementos deben ser extraídos, y cómo, de un sitio hostil cuando se encuentran bajo fuego y disponen de poco tiempo.

El plan fue ensayado por los integrantes del equipo con anticipación. Se suponía que el equipo de Seals tenía que permanecer en el complejo no más de 30 minutos pero encontró una fuerte resistencia y tuvo que destruir el helicóptero Black Hawk inutilizado, por lo que la operación se demoró alrededor de ocho minutos más de lo planeado.

A Bin Laden no se lo encontró destruyendo equipos o documentos. No está claro si otros hicieron un esfuerzo por destruir datos "Parece que estaban más interesados en pelear para escapar que en destruir nada", dijo una fuente.

Lazos entre Pakistán y Osama bin Laden

Sospechas apuntan a lazos entre Pakistán y Osama bin Laden

Por Adam Entous, Julian E. Barnes y Matthew Rosenberg

Funcionarios de inteligencia estadounidenses y europeos creen cada vez más que militares activos o retirados u oficiales de inteligencia pakistaníes dieron ayuda al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, permitiéndole permanecer escondido en un amplio complejo a menos de dos kilómetros de una academia militar de élite.

Las sospechas echan luz respecto a dónde se espera que Estados Unidos centre su investigación sobre quiénes podrían haber ayudado a Bin Laden a esconderse en Abbottabad, una localidad a unos 64 kilómetros de la capital pakistaní, Islamabad.

Dos altos funcionarios estadounidenses y un alto funcionario europeo de inteligencia militar que tienen un conocimiento directo de la agencia pakistaní de inteligencia militar, el Directorio de Inter-Servicios de Inteligencia (ISI, por sus siglas en inglés), dicen que elementos similares ligados a este servicio hay ayudado a otros grupos terroristas con base en Pakistán, como la red militante Haqqani y el grupo Lashkar-e-Taiba.

[Pakistán] AFP/Getty Images

Residentes locales frente al complejo donde vivía Osama bin Laden en Abbottabad.

"No hay dudas de que él estaba protegido por algunos en el ISI", dijo el funcionario europeo sobre Bin Laden. Los funcionarios dicen que creen que entre esos integrantes del ISI están algunos actuales y ex militares e integrantes de la inteligencia pakistaní con vinculaciones de larga data con Al Qaeda y otros grupos militantes.

Los funcionarios no aportaron evidencia específica, pero hicieron notar la proximidad de la localidad con la capital y la alta concentración allí de oficiales militares y de inteligencia activos y en retiro. Agregaron que la ayuda probablemente incluyó información para ayudar a Bin Laden a escapar de sus perseguidores estadounidenses.

Pero hay quienes tanto en Estados Unidos como en Pakistán ponen en duda que Abbottabad hubiese sido un refugio más seguro que otras ciudades y si los funcionarios pakistaníes habrían tenido motivos para creer que Bin Laden estaba escondido allí.

El miércoles siguieron conociéndose detalles que suman preguntas a lo que podrían haber sabido las autoridades pakistaníes. Abbottabad llamó la atención de la inteligencia pakistaní a partir de 2003 como un posible escondite de los líderes de Al Qaeda y fue el centro de varias búsquedas desde entonces.

En 2005, el hombre que luego fue identificado como el mensajero de Bin Laden compró la propiedad en Abbottabad en la que se construyó el complejo, dijeron funcionarios estadounidenses. Utilizó el alias Arshad Khan y fue quien, seis años después, llevó sin quererlo a los comandos estadounidenses al complejo.

Pakistán niega que supiera el paradero de Bin Laden o que lo haya refugiado. Los funcionarios pakistaníes aseguran que pasaron en 2003 información a sus contrapartes estadounidenses sobre las búsquedas que habían realizado en Abbottabad.

Los estadounidenses admiten que la cooperación con Pakistán ha ayudado a realizar muchos operativos críticos, pero aseguraron que la información utilizada para el ataque en el cual murió Bin Laden el pasado lunes provino de fuentes de EE.UU. y de inteligencia propia.

En informes clasificados dados al Congreso de EE.UU. esta semana sobre la operación, altos funcionarios de seguridad nacional dijeron a los legisladores que sospechaban que Pakistán no había sido tan franco como hubiese podido respecto a la información que manejaba sobre Bin Laden.

También dijeron a los legisladores que estaban buscando evidencia de que elementos del ISI y del ejército tuvieron un rol directo o indirecto en la protección del líder Al Qaeda. De ayuda en esta búsqueda serán las computadoras, las memorias flash y otros materiales obtenidos en la residencia de Bin Laden.

Lo ocurrido puede tener grandes implicancias para una relación entre EE.UU. y Pakistán que se está deteriorando rápidamente. Pakistán desde hace mucho tiempo es un baluarte para los esfuerzos estadounidenses para combatir a grupos terroristas y para la guerra en curso en Afganistán.

Militantes islámicos tienen refugios en Pakistán que utilizan para realizar ataques contra fuerzas estadounidenses en Afganistán. Funcionarios estadounidenses creen que el esfuerzo bélico en ese país depende de que Pakistán haga más por terminar con esos refugios. El gobierno estadounidense también está preocupado por lo que podría ocurrir a Pakistán, un país con armas nucleares que está tambaleante, si la economía colapsa en un momento en que legisladores estadounidenses cuestionan la ayuda que se le está entregando.

La cooperación entre el ISI y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ha tenido idas y venidas, pero había empeorado incluso antes del hallazgo de Bin Laden, fundamentalmente por la detención este año de un contratista de la agencia estadounidense por haber disparado contra dos pakistaníes. "Pakistán se volvió paranoico respecto a la presencia de la agencia", dijo un funcionario estadounidense.

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