05 mayo, 2011

Efectos tras muerte de Osama Bin Laden

  • Raimundo Gregoire

Efectos tras muerte de Osama Bin Laden

El líder del grupo terrorista Al Qaeda murió luego de que fuerzas especiales de Estados Unidos lograran encontrarlo en una pequeña localidad de Paquistán. ¿Qué significa esto?

La muerte de Osama Bin Laden tiene un sin fin de lecturas y se pueden realizar diversas conclusiones a partir de un hecho tan relevante como este. Sin embargo, ya se pueden establecer algunas reflexiones y/o claves que se han generado tras el adiós forzado de este influyente líder fundamentalista.

Obama y Hillary, dos que se consolidaron en la política estadounidense

Obama
Foto: AFP

La muerte de Osama podría darle mayor fuerza a la repostulación de Obama a la presidencia de EE.UU.

Hace poco tiempo, el actual presidente Obama había dicho que iría por un segundo mandato en 2012, lo cual habría provocado un debate en su país. Esto último, pues muchos pensaban que el mandatario no había mostrado los argumentos necesarios para convencer al electorado y a los políticos de Estados Unidos. Sin embargo, con la muerte de Bin Laden, no sólo se confirma el acierto en política de seguridad, sino que también se transforma, posiblemente, en el gran fundamento y sustento de su probable reelección. Junto a eso, Hillary Clinton volvió a demostrar una gran agudeza en los asuntos internacionales.

Alerta máxima en el mundo

Apenas conocida la noticia de la muerte de Osama Bin Laden, el gobierno de Estados Unidos inmediatamente pidió a sus ciudadanos que eviten viajar y, en paralelo, aseguró que habrá gran despliegue de seguridad en embajadas y lugares públicos como puentes, aeropuertos y edificios gubernamentales. Esta postura seguramente será compartida por la mayoría de los estados europeos, especialmente Alemania, Francia, Inglaterra e Italia. Durante la última semana se dio a conocer un cable de Wikileaks en el cual se aseguraba que Al Qaeda tiene una bomba nuclear en alguna parte de Europa y que ésta sería detonada en caso que Osama Bin Laden fuese detenido o muerto. Es por eso que el estado de alerta debe ser muy grande. Las probabilidades de un gran atentado en Occidente son reales.

Las represalias de Al Qaeda

En su discurso de anoche, el Presidente Barack Obama fue muy claro y contundente. Dio a entender que Osama Bin Laden ha muerto, pero que Al Qaeda sigue con vida y que, por lo mismo, se esperan los ataques de venganza por parte de esta organización terrorista. Los blancos de posibles atentados pueden ser muy amplios, pero se supone que Estados Unidos y la Unión Europea deberían ser los objetivos principales.

Alboroto en países con influencia de Al Qaeda

Justo antes de la muerte de Osama Bin Laden, los talibanes habían anunciado que darían inicio a una serie de ataques muy poderosos en Afganistán. Tras lo acontecido con el principal líder de Al Qaeda, queda claro que las agresiones serán aún más potentes. Quienes apoyen a los fundamentalistas islámicos, ya sea activamente o en forma pasiva, no dejarán pasar la oportunidad de alzarse y realizar ataques o atentados en los países donde cuentan con gran poder. Es el caso de Afganistán, Paquistán, India, Indonesia, Yemen, Somalía, Malí y Argelia. A eso se suman el África saheliana y zonas de Sudán.

El mapa político mundial cambiará

No queda duda que un posible ataque terrorista de grandes proporciones, como respuesta a la muerte de Osama Bin Laden, podría provocar un quiebre en el actual juego político. En caso que aquello ocurriese, sería bastante factible ver a algunos países árabes, como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y Jordania, por dar algunos ejemplos, uniéndose a Occidente en la cruzada anti-terrorista. Sin embargo, otros, como Libia y Siria, además de la acéfala Somalía y, quizás, Sudán, bien podrían irse al lado de los fundamentalistas.

Fuera de la órbita árabe, a Irán no le desagradaría la posibilidad de hacer sentir su poder, no sólo ante Europa y Estados Unidos, sino que también frente al mundo árabe, a quien le ha dicho, hace muy poco, que el “Golfo Pérsico es de Irán y no de los árabes”. En cuanto a Estados Unidos y, principalmente, Europa, deberán acercarse al mundo árabe-musulmán y esto les significaría, posiblemente, realizar concesiones que en otros momentos jamás habrían realizado. En cuanto a la situación específica de la Unión Europea, sus gobiernos deberán ser muy cautos, pues la existente Islamofobia puede pasar a ser un problema demasiado importante. Un mal manejo de esta realidad podría traer nefastas consecuencias para el Viejo Continente.

El nuevo líder de Al Qaeda

Osama
Foto: AFP

Ayman Al Zawahiri podría reemplazar a Osama Bin Laden en Al Qaeda.

Según se especula, el principal candidato a reemplazar a Osama Bin Laden en su puesto sería el egipcio Ayman Al Zawahiri, un médico que ha trabajado en forma muy cercana con el recientemente muerto Bin Laden. Hace unos meses, Zawahiri había hecho un llamado a los egipcios para formar una teocracía en su país.

Estados Unidos se consolida como potencia

Más allá de la colaboración de los servicios secretos paquistaníes, con la muerte de Osama Bin Laden queda demostrado, nuevamente, que Estados Unidos sigue siendo una gran fuerza en asuntos de seguridad, espionaje y de fuerzas especiales. En la medida que el gobierno estadounidense sigue actuando con aliados estratégicos, pueden haber buenos resultados en materia de seguridad y de lucha contra el terrorismo.

¿Y qué pasará con los cambios del mundo árabe?

No parece lógico pensar que la muerte de Osama Bin Laden vaya a modificar la actual situación de revoluciones en países árabes. Incluso podría establecerse que este hecho podría ser una gran motivación para quienes buscan reformar la política y la sociedad de los estados árabes. Muchos musulmanes han sido enfáticos al decir que los terroristas islámicos son, para ellos, una lacra y que sólo se dedican a manchar al Islam. Es ahora, entonces, el momento que los musulmanes logren llegar al poder, tal cual planea la Hermandad Musulmana en Egipto, y demuestren que ellos no sólo son pacíficos, sino que además rechazan todo tipo de violencia y fundamentalismo. Entonces, lejos de debilitarse, la ola de cambios del mundo árabe debería fortalecerse.

¿Sabía Pakistán que Bin Laden estaba en Abbottabad?

Los mitos sobre la muerte de Osama bin Laden

Los mitos sobre la muerte de Osama bin Laden

Ver para creer, dicen quienes reconocerían la muerte de Bin Laden sólo si les muestran una "prueba".

Hace una semana Barack Obama tuvo que presentar su certificado de nacimiento para que le creyeran que era ciudadano estadounidense, ahora algunos le exigen que deje ver el certificado de una muerte, la de Osama bin Laden, para poder creele que el líder de al-Qaeda fue abatido.

Este miércoles la Casa Blanca anunció que las "pruebas" de la muerte de Bin Laden no serían presentadas, lo que alimenta las dudas de quienes sospechan, bien de las razones de la operación contra el hombre más buscado por EE.UU., o de que la acción se haya llevado a cabo, o al menos como dicen en Washington que pasó.

Las teorías conspirativas crecen a medida que se conocen cambios en el relato oficial y surgen datos inconsistentes que van dejando ver puntos flacos en la historia sobre cómo murió Osama bin Laden,

99,9% seguros, que es lo que dicen estar en la Casa Blanca, no es 100% seguros. Así que ese 0.1% de duda estadística es suficiente para que los insatisfechos y los dubitativos expresen su desconfianzas.

"Montaje estilo Hollywood"

Para Alex Jones, un presentador de radio de tendencia derechista, quien se define a sí mismo como "paleo-conservador", se trata de un montaje "al mejor estilo de Hollywood".

Para Jones la coyuntura era buena para distraer a la población, porque el dólar pierde valor, las guerras en Irak y Afganistán resultan cada vez más antipáticas y hasta crece el rechazo hacia la misión militar en Libia definida como "humanitaria" por Naciones Unidas.

Conspiraciones para escoger

  1. Osama fue usado para aumentar la popularidad de Obama
  2. Osama fue usado para tapar polémica sobre nacimiento de Obama
  3. Osama no murió como dice la Casa Blanca.
  4. Osama murió en otra parte y llevado a Pakistán.
  5. Osama murió en 2002 y estaba congelado "listo" para ser usado.
  6. Osama no fue el que abatieron.
  7. Osama no fue el responsables del 11-S.
  8. Osama murió hace mucho tiempo.
  9. Osama nunca existió.

"Esto sale justo en el momento en el que los números de popularidad de Obama están cayendo como una piedra a sus niveles más bajos de la presidencia", afirma Jones en un video colocado en Infowars, un sitio web que advierte a la población sobre la "guerra por el control de las mentes" lanzada por el gobierno.

Jones no duda que la muerte de Bin Laden "va a ser usada para iniciar nuevas guerras y profundizar los controles domésticos para "protegernos" de los terroristas que se esconden debajo de cada mesa.

"No se equivoquen, más de 90% de la actividad de seguridad nacional es contra conservadores, portadores de armas, los libertarios, gente que entiende que la real amenaza a este país son los bancos extranjeros que están invadiendo el país", advierte Jones.

De una conspiración a otra

Entre los escépticos se encuentran también los birthers (de birth, nacimiento), los que desde hace años vienen expresando sus dudas de que Obama sea ciudadano estadounidense y que por tanto tenga derecho a ser presidente del país.

"Los birthers han pasado a ser los deathers (de death, muerte)", dijo a BBC Mundo, Andrea Nill, quien como bloguera del liberal Centro para el Progreso Estadounidense, sigue las tendencias de la opinión pública estadounidense.

"Esto sale justo en el momento en el que los números de popularidad de Obama están cayendo como una piedra a sus niveles más bajos de la presidencia"

Alex Jones, radiodifusor

"Creo que deberíamos ser muy cuidadosos en no permitir que la misma gente (los birthers) sean los que vayan a enmarcar ahora la discusión sobre Bin Laden. Mucha de esta gente es gente que nunca confía en el gobierno".

Nill considera que la mejor manera de buscar la "verdad" de la historia es viendo el comportamiento de los principales miembros de los dos partidos, si los líderes republicanos y demócratas lucen de acuerdo a la hora de las explicaciones.

Aunque en el mundillo de los que huelen conspiraciones muchos podrán señalar allí un supuesto conciliábulo entre las élites del poder para manipular a la población en beneficio del sistema político establecido.

Dudas irrefutables

Los que expresan sus dudas sobre la muerte de Bin Laden piden las "pruebas documentales" de su fallecimiento.

Cuerpo no hay, porque los estadounidenses consideraron pertinente lanzarlo al mar para evitar que su sepultura pudiera convertirse en sitio de peregrinación.

Aparentemente hay fotos del cadáver, pero la Casa Blanca dice que no las mostrará, en parte para no ofender sensibilidades y en parte porque piensan que podría soliviantar los ánimos en el mundo musulmán poniendo en peligro a las tropas estadounidenses.

torres gemelas nueva york

Una teoría conspirativa afirma que al-Qaeda no es responsable del derribo de las torres gemelas de Nueva York.

Pero incluso si se mostraran es seguro que el debate se centre en la "manipulación" que muchos encontrarían en esos materiales, tal como está sucediendo con el certificado de nacimiento que apenas la semana pasada presentó Obama.

El gobierno asegura que tiene las pruebas del ADN, pero pese a la precisión científica que puedan tener, no pareciera ser el elemento que vaya a convencer a las masas que nunca han visto la estructura molecular que define la naturaleza humana.

Las dudas son difíciles de disipar, sobre todo en tiempos de redes sociales, que desafían a los medios tradicionales, así que Osama bin Laden bien puede haber entrado a un panteón de esos personajes míticos que nunca habrían muerto, como Elvis Presley o Marylin Monroe.

Paradójicamente las teorías sobre su muerte serán compartidas por quienes creen que el 11 de septiembre de 2001 no fue culpa de al-Qaeda, sino un trabajo del propio gobierno estadounidense.

Bin Laden, Hitler, Lenin y Guevara

Bin Laden, Hitler, Lenin y Guevara: el poder de los santuarios

Mar Arábigo

Según el gobierno de EE.UU., Bin Laden fue sepultado en el Mar Arábigo.

El cuerpo de Osama bin Laden fue sepultado en el mar para negarles a sus seguidores un santuario, según se ha informado. Pero ¿por qué las tumbas de los líderes importan tanto?

Para un hombre que había sido el más buscado del mundo, fue un lugar de descanso final profundamente mediocre.

Su cadáver fue lanzado al océano desde un portaaviones de Estados Unidos y los funcionarios de ese país se han esforzado en insistir en que el proceso se llevó a cabo en "estricta conformidad con los preceptos y las prácticas islámicas".

Pero el propósito de su sepultura marina era clara: asegurarse de que no habría ninguna tumba que se convirtiera en santuario para sus seguidores y en herramienta de reclutamiento para el islamismo extremista.

Es un motivo con claros antecedentes históricos. Los regímenes victoriosos, sobre todo cuando se enfrentan a movimientos ideológicos con líderes carismáticos, a menudo se han mostrado ansiosos de negarles a sus enemigos derrotados un punto de encuentro, un lugar donde los simpatizantes puedan reunirse para venerar a sus muertos.

Hitler y Ernesto "Che" Guevara

El cadáver parcialmente cremado de Adolfo Hitler fue desenterrado por las fuerzas soviéticas invasoras de su sepultura inicial en Berlín, la capital alemana, antes de ser trasladado en varias ocasiones.

Casa de Hitler en los Alpes

La casa de Hitler en los Alpes fue demolida.

Su destino final es un misterio y algunos alegan que su cráneo y su mandíbula fueron llevados a Moscú, la capital de la ex Unión Soviética.

La casa del dictador en los Alpes bávaros, conocida como Berghof, fue demolida en la década de 1950 por el gobierno de Alemania Occidental, que temía que se convirtiera en un punto focal para los neo-nazis.

Otros líderes nazis ejecutados por los aliados después de los juicios de Nuremberg fueron cremados y sus cenizas fueron esparcidas en el río Conwentzbach para frustrar cualquier intento por parte de posibles simpatizantes de conmemorarlos.

En el otro extremo del espectro político, el cuerpo del revolucionario argentino Ernesto "Che" Guevara fue fotografiado someramente por los enemigos que lo mataron en Bolivia antes de enterrarlo en una tumba sin nombre. Sus adversarios quizás anticipaban el culto que inspiraría.

El Madhi, Lenin y Stalin

El destino de Bin Laden hace eco de cómo el imperio británico trató a otro musulmán insurgente, Ahmad Muhammad, conocido como El Mahdi, cuya tumba fue destruida en Sudán para evitar convertirla en un punto de encuentro para sus seguidores.

Ahmad Muhammad, conocido como el Mahdi

La tumba de El Mahdi fue destruida por los británicos pero sus seguidores la reconstruyeron, sin él dentro.

El Mahdi obtuvo victorias militares contra los británicos, incluida la masacre de la guarnición de Jartum, antes de morir de tifus. Sus seguidores fueron aplastados por los británicos, su tumba fue destruida y sus huesos fueron arrojados al río.

El esfuerzo consciente de algunos para evitar levantarles santuarios a sus enemigos se contrapone a la voluntad de los regímenes ideológicos de crearles santuarios a sus héroes.

La muestra pública del cadáver embalsamado de Vladimir Ilich Lenin, mucho después de su muerte, en un mausoleo de la Plaza Roja de Moscú, puede haber tenido la intención de representar la persistencia de la mitología de la fundación de la Unión Soviética.

Pero esto significaba que, por extensión, el destino de los restos de José Stalin -que al principio aparecían junto a los de Lenin, su predecesor, y luego fueron retirados durante el deshielo iniciado por Nikita Jruschov- simboliza el proceso por el cual disminuyó su reputación.

Mussolini y Franco

Para el catedrático Michael Cox, del departamento de Relaciones Internacionales de la London School of Economics, en el Reino Unido, el fin marino de Bin Laden va más allá de las circunstancias específicas del mundo después del 11 de septiembre de 2001.

Mussolini y Hitler

Mussolini terminó en una cripta pero de Hitler se desconoce el paradero.

En su opinión, la mitología de muchas ideologías revolucionarias depende tanto de la veneración de los héroes caídos que sus oponentes siempre intentan frenar cualquier atractivo emocional.

"No es algo específicamente islámico. Hay una cuestión más amplia sobre el papel de los mártires en cualquier tipo de lucha, no sólo en términos de la iconografía, sino también en cómo el martirio se utiliza como un medio para continuar la lucha. Los mártires ayudan a crear nuevos adeptos", señala.

En efecto, un fuerte indicativo del poder de los santuarios son las batallas que se libran por ellos mucho después de la muerte de sus ocupantes.

El cadáver del líder italiano Benito Mussolini fue, sucesivamente, colgado de ganchos de carne por partisanos victoriosos, enterrado en una tumba anónima, desenterrado por fascistas leales a él, re-capturado por las autoridades y finalmente enterrado de nuevo en una cripta, años después de su muerte.

Del mismo modo, el Valle de los Caídos, cerca de Madrid, que alberga la tumba de Francisco Franco y fue construida en parte por presos republicanos, divide a muchos españoles hasta nuestros días según las líneas de la guerra civil.

Inmortalidad

¿Podría el lugar de la muerte de Bin Laden convertirse en "su" santuario?

Dando sepultura a Bin Laden en el mar, las autoridades estadounidenses pretendían evitar que su lugar de reposo se convirtiera en un lugar de peregrinación.

Sin embargo, algunos creen que ese papel podría ser representado por el sitio donde el fundador de al-Qaeda fue abatido.

"Probablemente Pakistán destruirá la casa en la que vivió Bin Laden. ¿Pero qué harán con el suelo sobre el que estuvo?", escribió el periodista Jon Lee Anderson en su blog en la revista New Yorker.

Por esta razón, considera el historiador Laurence Rees, autor de "A puerta cerrada. Historia oculta de la Segunda Guerra Mundial", el santuario de cualquier líder político tiene la intención de proporcionarle cierto tipo de inmortalidad.

Los dictadores mismos, observa, tienden a darle una gran importancia a dejar atrás un recuerdo permanente de sí mismos.

"Hitler no creía en la vida después de la muerte, pero sí creía que seguiría viviendo a través de lo que había logrado", dice.

"Él se imaginaba que estaría en una especie de sarcófago gigante y que, incluso después de la muerte, seguiría físicamente ahí, pero la derrota le negó eso", añade.

Teorías de conspiración

Por supuesto, la misma falta de un monumento permanente o, de hecho, de un cadáver, hizo que las teorías de conspiración sobre el destino de Bin Laden florecieran casi tan pronto como se anunció su muerte.

"No es algo específicamente islámico. Hay una cuestión más amplia sobre el papel de los mártires en cualquier tipo de lucha, no sólo en términos de la iconografía, sino también en cómo el martirio se utiliza como un medio para continuar la lucha. Los mártires ayudan a crear nuevos adeptos"

Michael Cox, London School of Economics

Tampoco ha sido el líder de al-Qaeda el único difunto cuya falta de un santuario ha dado lugar a tales sospechas. Las especulaciones sobre el destino de Hitler, en particular, se convirtieron en un subgénero de la conspiración especialmente resistente.

David Aaronovitch, un columnista del periódico británico The Times que se dedicó a desacreditar ese tipo de especulaciones en su libro "Historias del vudú: El papel de las teorías de la conspiración en la formación de la historia moderna", cree que este fenómeno se deriva de una proclividad humana profundamente arraigada.

"Tan pronto como escuché la noticia, yo sabía que -como dos y dos son cuatro- habría teorías de conspiración diciendo que no era Bin Laden", dice.

"Es un error suponer que las teorías de conspiración surgen debido a algo tan concreto como las evidencias. Se trata de un deseo de que haya una historia diferente".

"Impulso emocional"

Pero igualmente, indica Aaronovitch, está profundamente arraigada la necesidad de marcar el fallecimiento de un miembro de la tribu a que uno pertenece.

Seguidores de Bin Laden

El lugar donde murió Bin Laden podría adquirir un valor simbólico para muchos de sus seguidores.

Según él, a su vez, esto significa que el propio hecho de negarle esos rituales a un opositor refleja un impulso emocional no reconocido.

"Los ritos de sepultura tienen mucho de psicología profunda", dice.

"Hay una especie de satisfacción que creo que los estadounidenses no reconocen, ahora que pueden decir 'lanzamos a Osama bin Laden al mar'", explica.

Las coordenadas exactas del lugar donde Bin Laden fue sepultado tal vez nunca se lleguen a saber y este hecho da una idea de su trascendencia tanto en la vida como en la muerte.

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