09 mayo, 2011

Otra razón para acabar con la Fed

Otra razón para acabar con la Fed

Por Mark Brandly.

En su primera conferencia como presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke explicaba los crecientes precios de la gasolina, echando la culpa a una mayor demanda de las economías emergentes como causa del disparo en los precios. Bernanke no mencionó el papel del gobierno de EEUU en los precios energéticos más altos[1] y absolvía explícitamente a la Reserva Federal de cualquier culpa.

De acuerdo con Bernanke, “no hay mucho que pueda hacer la Reserva Federal respecto de los precios de la gasolina por sí misma, al menos sin hacer descarrilar completamente el crecimiento. No controlamos los índices de crecimiento de las economías del mercado emergentes”. (Aquí hay una transcripción y aquí un vídeo de la conferencia de prensa de Bernanke y aquí un vídeo con sus comentarios acerca de la gasolina).

La capacidad de mentir de Bernanke es vergonzosa, aunque no inesperada. Sabe que la política monetaria de la Reserva Federal desempeña un rol importante en los precios de la gasolina. La política monetaria expansionista lleva a que haya disponibles más dólares en los mercados de divisas mundiales y debilita el dólar. Un dólar más débil hace que los precios de las importaciones sean más altos. Más de la mitad del petróleo que se consume en Estados Unidos procede de productores extranjeros y como el petróleo es el principal producto para fabricar gasolina, precios del crudo más altos significan precios de la gasolina más altos.

En la última década, la Reserva Federal se ha embarcado en políticas de flexibilidad monetaria casi sin precedentes. La medición más amplia de la oferta monetaria se llama la M3. De acuerdo con estimaciones en Shadowstats.com, hasta el colapso financiero de 2008, la M3 estaba aumentando constantemente a un ritmo entre el 5% y el 15% anual. Esta creación de dinero por parte de la Reserva Federal llevó al insostenible auge de los años de Bush y al desplome financiero que hemos experimentado en los últimos tres años.

Además, la rápida expansión monetaria llevó a una bajada del dólar en los mercados de divisas.[2] El valor del dólar llegó a su máximo en el verano de 2001. De junio de 2001 y marzo de 2011, el dólar se depreció un 40% en relación con el euro, de 1$/1,18€ a 1$/0,704€. Durante este periodo, le precio spot EEUU de petróleo aumentó un 348% en términos de dólares (de 23,28$ a 104,64$ por barril). Pero en términos de euros, esos mismos precios del petróleo solo aumentaron un 167% (de 27,59€ a 73,67€ por barril). Si el dólar se hubiera mantenido constante en el tipo de cambio de 1,18 euros por dólar, entonces el precio spot EEUU para el petróleo a finales de marzo habría sido de 62,42$ por barril.

Consideren el impacto que ha tenido esto en los precios de la gasolina. Para facilitar los cálculos, digamos que el precio actual de la gasolina es de 4$ por galón. Los costes del petróleo son solo el 68% del precio de la gasolina. Esto significa que los costes del petróleo son 2,72$ del precio de 4$ de la gasolina. La depreciación relativa respecto del euro en la última década fue del 40% y un 40% de 2,72$ es 1,09$.

Por tanto, si el dólar se hubiera mantenido constante en relación con el euro, estaríamos pagando alrededor de 2,91$ por un galón de gasolina que ahora nos cuesta 4$. Los precios de la gasolina estarían un 27% más bajos hoy si el dólar hubieran mantenido su valor relativo con el euro a lo largo de la última década. Es verdad que poco puede hacer la Reserva Federal para rebajar los precios del petróleo y la gasolina. Las políticas de la Reserva Federal ya han debilitado el dólar llevando a precios más altos del petróleo y este daño no puede repararse. Sin embargo, durante un periodo largo de tiempo, la Reserva Federal ha tenido un gran impacto en los precios de la energía. Y las cosas van a empeorar. Debido a los rescates bancarios y las políticas de flexibilidad cuantitativa de la Reserva Federal, deberíamos prever precios de la gasolina mucho más altos.

Barak Obama y su fiscal general echan la culpa de los altos precios de la gasolina a los especuladores petrolíferos. El presidente de la Reserva Federal echa la culpa a las interrupciones del servicio y las economías en desarrollo del mundo. Siempre vemos esto. Los cargos electos y otros funcionarios del estado nunca aceptan ninguna culpa por la destrucción que crean sus políticas. Siempre es culpa de otros. Sin embargo, en este caso, podemos ver con claridad que la Reserva Federal tiene mucha de la responsabilidad del daño económico de los altos precios de la gasolina. Podemos añadir los altos precios del petróleo y la gasolina a nuestra larga lista de razones por las que deberíamos acabar con la Fed.

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