01 junio, 2011

Añorando Radio Caracas Televisión

Añorando Radio Caracas Televisión

Hace cuatro años que Hugo Chávez ordenó el cierre de RCTV, pero como millones de venezolanos, no he olvidado mi antigua casa


Por Angélica Mora

Acaban de cumplirse cuatro años de la salida del aire de RCTV.

Trabajé casi diez años como reportera y luego presentadora de noticias en Radio Caracas Televisión antes que venir a Estados Unidos.
Tambien trabajé como periodista para El Nacional de Caracas.

Fueron los mejores años de mi vida como profesional y en mi vida personal. En Venezuela nació mi segundo hijo, y allí en esa Tierra que nunca fue para mi extranjera, terminé de formarme como comunicadora.
En RCTV el único requisito que me pedían para desarrollar mi labor era llegar a tiempo, de vuelta a la planta ubicada de Bárcenas a Río con las noticias y las consiguientes tomas.

El director que me contrató fue Rafael Poleo.
Jamás me pasó por la imaginación en aquellos días, que lo iba a ver en el exilio. Y que esa Casa donde trabajé con tanto apoyo y tan libremente, iba a ser cerrada por un Presidente elegido democráticamente.

Este 29 de mayo 2011, hace cuatro años que Hugo Chávez ordenó el cierre de RCTV, pero como millones de venezolanos, no he olvidado mi antigua casa.

Por eso, he querido explicar ahora a muchos que me lo preguntan, el por qué de mi lucha por Venezuela: Lo hago por mis lazos afectivos pero especialmente por mi deuda, con esa bella nación, que me recibió con los brazos abiertos.

A continuación les brindo un capítulo de mi libro de Memorias -aún inéditas- donde relato ese encuentro con RCTV

RADIO CARACAS TELEVISION Y EL COMIENZO DE UNA GRAN AMISTAD
Al día siguiente de mi conversación, me dirigí muy temprano a Radio Caracas Televisión, ubicada de Bárcenas a Río en Quinta Crespo, en un edificio de un piso, pero con un enorme sótano donde funcionaba toda la planta.
Me recibió el Jefe de Prensa, Rafael Delgado, quien me pasó a la oficina del director, Rafael Poleo.

Este levantó la vista de la máquina Underwood donde estaba escribiendo y me hizo una sola pregunta:
-¿Cuándo puedes comenzar?
Recuerdo que -debido a los nervios- le contesté con un chilenismo: -"al tiro", que significa, "ahora mismo".
-Toma el equipo -me dijo- y sale a la calle, donde está una unidad esperando... aquí está la pauta del día.
Y se volvió a seguir aporreando la máquina de escribir.
Yo me encontré de pronto en la calle, llevando una cámara pesadísima que se la entregué a un camarógrafo gordo, que se presentó como Manuel Flores.
Junto a él había un tipo flaquísimo que era "el luminito", o sea la persona que sostenía las luces mientras se grababa. Nunca supe el nombre verdadero porque todos le llamaban "Pelo Pintado".
Los miré y por poco me echo a llorar.
Estaba en un lío.
-Nunca he hecho televisión, salvo en Chile, les confesé.
-No importa, te enseñaremos me dijo el gordo y el otro asentió.
Fue como el final en la película de Casablanca: el comienzo de una gran amistad.

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