04 junio, 2011

En huelga de hambre

En huelga de hambre el conocido disidente cubano Guillermo Fariñas

   El opositor cubano Guillermo Fariñas durante una conferencia de prensa en La Habana a principios de mayo.
El opositor cubano Guillermo Fariñas durante una conferencia de prensa en La Habana a principios de mayo.
Adalberto Roque / AFP/Getty Images

En medio de un recrudecimiento de los actos de hostigamiento y las detenciones contra miembros de la disidencia interna cubana, el reconocido opositor Guillermo Fariñas se declaró el viernes en huelga de hambre.

Fariñas exigió que el gobierno de Raúl Castro esclarezca las verdaderas causas de la muerte del activista Juan Wilfredo Soto García.

“Tenemos derecho a recibir respuesta de las autoridades”, manifestó Fariñas a El Nuevo Herald.

Soto murió el 8 de mayo en circunstancias misteriosas en el Hospital Arnaldo Milián Castro, en Santa Clara. Sus compañeros en la disidencia afirman que el deceso ocurrió por una golpiza que le propinó la policía cuando lo arrestó en el Parque Vidal de esa localidad por alteración del orden público. Las autoridades cubanas no sólo insisten que el hombre, de 46 años, murió de una enfermedad de páncreas, sino también argumentan que la disidencia ha manejado el caso a su antojo.

En un comunicado oficial, Cuba afirmó que “elementos contrarrevolucionarios, de manera inescrupulosa, fabricaron la mentira de que este deceso fue consecuencia de una supuesta golpiza que le habían propinado agentes del orden interior”.

La autopsia oficial supuestamente concluyó que no se observaron signos de violencia internos o externos. Sin embargo la imparcialidad del documento siempre quedó en el aire ya que todos los médicos cubanos trabajan para el sistema de salud pública.

Fariñas hizo a un lado los criterios del gobierno y exigió transparencia en un caso que genera nuevas interrogantes sobre la manera en que las autoridades cubanas intentan controlar los pasos del movimiento opositor. Al mismo tiempo, Fariñas demandó que se respeten los derechos de los disidentes y se termine con la violencia desmedida que sufren constantemente por sus convicciones políticas y sociales.

“Exigimos que encausen a los autores del asesinato de Soto”, declaró Fariñas desde su casa en Santa Clara. “Y, en segundo lugar, pedimos un pronunciamiento público que señale que los opositores pacíficos no van a ser golpeados en las calles”.

Fariñas precisó que asumió el ayuno forzado con todas las complicaciones que éste pudiera arrastrar.

“Mi estado de salud está muy deteriorado. Por lo tanto considero que en esta ocasión los tiempos van a ser más cortos”, apuntó. “Lo haré, como siempre, hasta las últimas consecuencias porque estamos hablando de nuestros hermanos de lucha”.

El año pasado, Fariñas, de 49 años, dejó de ingerir alimentos en un directo desafío por la muerte del prisionero político Orlando Zapata Tamayo, ocurrida el 23 de febrero del 2010. Su medida de fuerza, que duró 135 días, acaparó la atención mundial y obligó a iniciar un proceso de excarcelación de largo aliento con la mediación de la Iglesia Católica cubana, liderada por el arzobispo de La Habana, Jaime Ortega Alamino, y el gobierno español. Fueron puestos en libertad unos 130 prisioneros, entre ellos 52 opositores y periodistas independientes de la llamada Causa de los 75. La mayoría salió directamente de la cárcel hacia el aeropuerto, rumbo a España.

En esta oportunidad Fariñas declaró que la huelga de hambre es una decisión personal que tomó en solidaridad con Jorge Luis Artiles Montiel, un activista de derechos humanos. Montiel se declaró en ayuno un día después de la muerte de Soto reclamando una investigación creíble y el cese de la violencia. Pero el viernes abandonó la medida de fuerza, que ya llevaba 25 días en curso, por “razones personales”, explicó Fariñas.

Soto era miembro de la Coalición Central Opositora, con sede en Santa Clara. Cumplió dos sentencias de cárcel por actividades disidentes que comenzaron cuando era un joven de apenas 17 años. Era conocido como un firme defensor de Fariñas, quien ganó el premio Andrei Sajarov de derechos humanos del 2010, otorgado por el Parlamento Europeo.

Fariñas dijo que era momento de conocer la verdad y de acabar con las presiones que el gobierno cubano ejerce sobre la familia de Soto.

“Vamos a llevar un escrito solicitando todo esto”, manifestó Fariñas. “No se nos puede tratar como si fuéramos bandidos”.

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