Ecuador y el origen de la riqueza
Por Guillermo Arosemena Arosemena
En relación al rol de los empresarios en la vida de Ecuador, pretendo ofrecer una versión diferente a la dada en la historia de "juicios críticos" enseñada en el propio país. Una versión ajustada a la verdad debe comenzar explicando cómo crecen los capitales.
En 1776 Adam Smith ya explicó la forma de crear riqueza, pero los socialistas ecuatorianos, no entienden cuál es el camino a la prosperidad. La riqueza rara vez se hereda, generalmente se crea. Las evidencias son abrumadoras aquí y en el resto del mundo. Los empresarios adinerados usualmente comienzan con modestos recursos o son empleados que luego se independizan y crean pequeñas empresas que al pasar los años se hacen poderosas, realizando sus aspiraciones y sueños. Son ellos los que crean trabajo, no los gobiernos.
Desde la colonia han surgido nuevos ricos en cada auge económico. En los primeros siglos, la minería y luego los obrajes en las provincias serranas originaron las primeras fortunas ecuatorianas.
Hasta las últimas décadas del siglo XVIII, la actividad empresarial en Guayaquil era mínima por no haber población ni cultivos. El poder económico se encontraba en la Sierra. Con la crisis minera y posteriormente la obrajera, se evaporaron las fortunas serranas. La quiebra de las fábricas artesanales sumergió a las ciudades interandinas en una depresión económica que duró hasta comienzos del siglo XX.
La masiva migración de los antes obrajeros a la región costeña alentó a los pequeños empresarios guayaquileños a sembrar el cacao producido en pequeña escala desde fines del siglo XVI. Para fines del XVIII, Guayaquil ya contaba con las primeras fortunas costeñas. Desde esa fecha hasta 1927, el desarrollo empresarial costeño y particularmente guayaquileño, fue impresionante.
Del auge del cacao y posteriormente de la tagua en Manabí surgieron nuevos ricos; las fortunas de fines de la colonia e inicio de la república fueron desapareciendo. Quienes desprecian al sector empresarial ignoran que las empresas son cíclicas, tienen un promedio de vida de treinta años, son pocas las que sobreviven o se mantienen como líderes. Continuaré con el aporte empresarial al desarrollo económico.
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