En brazos de Calderón
¿Por qué los “sacerdotes” del IFE intentan tomarle el pelo a los ciudadanos? La respuesta puede sorprender a muchos...
Ricardo AlemánDel pequeño número de ciudadanos atentos a la locuaz reforma que se inventaron los “sacerdotes” del IFE, buena parte sabe que se trata de crear reglamentos para regular el derecho de réplica, las quejas y denuncias de los partidos, además de obligar a los medios electrónicos —televisión y radio— a realizar milagros para difundir gratuitamente 40 millones de spots. Eso sin contar, claro, el cambio de sus casi 40 mil variantes.
Está claro que ese puñado de mexicanos ya entendió esa parte del complejo universo electoral. Pero lo que no queda claro siquiera para esos pocos entendidos, es la razón de la esquizofrenia que parece atacar a los “sacerdotes” del IFE. Es decir, que aún hoy nadie tiene respuesta a las preguntas fundamentales. ¿Por qué y para qué sirven los cambios que promovieron?
Lo primero que deben entender los ciudadanos atentos a la locuaz reforma es que —desde hace por lo menos una década— la disputa por el derecho de réplica se resolvió sin mayores complicaciones, por medio de la autorregulación de los medios, a través de los códigos de ética. El tema es de tal complejidad que, incluso, no le entraron los diputados y sus partidos.
Pero eso sí, pretende ser resuelto —y legislado— por un puñado de aprendices de brujo que se creen “sacerdotes” de la “moderna” democracia electoral mexicana. Bueno, para empezar, debía ser actualizada la Ley de Imprenta, que es anterior a la misma Constitución. De ese tamaño es el asunto en el que se metieron los locuaces “sacerdotes” del Instituto Electoral.
Todo eso, claro, sin contar con el descontón que le dio al IFE el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, cuya presidenta aclaró que nunca le ordenó al IFE reglamentar el derecho de réplica. En pocas palabras, queda claro que los “sacerdotes” del templo electoral se inventaron el cuento de que el llamado “Trife” avaló al IFE para legislar sobre réplica. Cuento que, incluso, se tragaron reputados especialistas del tema.
Ahora bien, si ya sabemos que en materia de réplica todo fue una farsa monumental, lo que sigue es la pregunta elemental. ¿Por qué los “sacerdotes” del IFE intentan tomarle el pelo a los ciudadanos?
La respuesta puede sorprender a muchos, pero los hechos la ratifican. Los barones de la cosa electoral se aventaron esa gran farsa porque, en el fondo, decidieron echarse a los brazos del interés electoral del gobierno de Felipe Calderón. Es decir, que en la contienda presidencial de 2012, el árbitro de la contienda en realidad jugará a favor de uno de los equipos: del PAN. ¿Y cómo lo van a conseguir?
Elemental, a través de la grosera reglamentitis que inventaron “sacerdotes” del templo electoral, como Leonardo Valdés, Alfredo Figueroa y Benito Nacif. Y si existen dudas, todos en el IFE conocen la estrecha relación del PAN y de Felipe Calderón, con los señores Valdés, Figueroa y Nacif. ¿Por qué no explican esos “sacerdotes” todo lo que pactan en sus encuentros con Felipe Calderón?
La siguiente pregunta también es obligada. ¿Por qué cambiar las reglas y los plazos para pautar los spots electorales en radio y televisión, si el método empleado hasta la anterior elección resultó eficiente 97 por ciento. ¿A poco no resulta esquizofrénico que, si una regla tiene una efectividad de 97%, se eche abajo y se invente una nueva, con altas posibilidades de que no se cumpla?
¿Qué hay detrás de esa maniobra? Está claro que los “sacerdotes” del IFE intentan crear un terreno fértil para la llamada guerra sucia: buscan condiciones para el lodazal en la contienda, y el escenario para que la guadaña de la sanción esté siempre sobre la cabeza de las industrias de la radio y la televisión.
Y si no fuera suficiente, también cambiaron las reglas en materia de quejas y denuncias. ¿Y eso qué quiere decir? Que con las nuevas reglas que se inventaron, tanto partidos como candidatos tendrán lista la guadaña para callar, sancionar y penalizar a medios y periodistas que, en opinión de los partidos, se pasen de la raya.
Pero no todo parece perdido. En realidad, al final del cochinero se puede ver una luz de esperanza. Está claro que el PAN y el PRD tienen bajo control al IFE, y sometidos a Valdés, Figueroa y Nacif. ¿Pero qué creen?
Resulta que el PRI tiene el control del Tribunal Electoral. ¿Y eso qué quiere decir? En efecto, que luego de que la industria de la radio y la televisión impugnó los reglamentos aprobados por el IFE, viene la intervención del TEPJF. ¿Y qué creen? Sí, el “Trife” echará abajo el cochinero del IFE. Al tiempo.
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