05 julio, 2011

ESTADO DE BIENESTAR VS ECONOMÍA DE MERCADO.


Uno de los diez principios básicos de la economía nos dice que “los mercados normalmente constituyen un buen mecanismo para organizar la actividad económica”. Gregory Mankiw (2004, p. 7) lo explica sobre la base de la “mano invisible” de Adam Smith, señalando que “los precios son el instrumento con el que la mano invisible dirige la actividad económica”, aspecto ya señalado por Friedrich Hayek en un famoso artículo de 1945. Mankiw también parece coincidir con Ludwig von Mises (1920) en su teoría de la imposibilidad del cálculo económico en el socialismo, cuando afirma que “cuando un gobierno impide que los precios se ajusten a las condiciones naturales de la oferta y la demanda, impide que la mano invisible coordine a los millones de hogares y empresas que constituyen la economía.” Agrega Mankiw: “En los países comunistas, los precios no se determinaban en el mercado, sino que eran dictados por los planificadores centrales. Éstos carecían de la información que se refleja en los precios cuando éstos responden libremente a las fuerzas del mercado. Los planificadores centrales fracasaban porque trataban de dirigir la economía con una mano atada a la espalda: la mano invisible del mercado.”

Otro de los principios básicos de la economía nos dice que “el Estado puede mejorar a veces los resultados del mercado”. Mankiw argumenta sobre lo que podríamos denominar como el Estado de Derecho que “los mercados sólo funcionan si se respetan los derechos de propiedad. Un agricultor no cultivará nada si espera que le roben la cosecha y un restaurante no servirá almuerzos si no está seguro de que los clientes pagarán antes de irse. Todos recurrimos a la policía y a los tribunales que nos suministra el Estado para imponer nuestros derechos sobre las que cosas que producimos.” Pero Mankiw (2004, pp. 7-8) continúa: “Hay, sin embargo, otra respuesta a la pregunta de por qué necesitamos un Estado. […] “La mano invisible no garantiza que todo el mundo tendrá suficiente comida, una ropa digna y una asistencia sanitaria adecuada. Muchas de las medidas que toman los poderes públicos, como el impuesto a la renta y el sistema de asistencia social, pretende conseguir una distribución más equitativa del bienestar económico.” Aquí es donde vemos el argumento central del Estado de Bienestar.

En la literatura se considera a los países nórdicos como aquellos que han logrado disfrutar de los beneficios de esta tercera vía, caracterizada como un sistema intermedio entre la economía de mercado y la economía socialista, que toma lo mejor de cada uno y deja de lado sus fallas.

Entre estos países nórdicos, se dice, Suecia ha encontrado el modo de alcanzar los más elevados niveles mundiales de igualdad social, sin coartar el espíritu empresarial. Suecia se presentaría como el modelo a seguir, por países avanzados y en desarrollo, por haber alcanzado un equilibrio entre la equidad y la eficiencia.

El objetivo de este artículo es analizar el debate entre economía de mercado y Estado de Bienestar, sobre la base del caso sueco. En la literatura, y también en la opinión pública, predomina un mito sobre la economía sueca y su Estado de Bienestar que es necesario reconsiderar.

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