27 julio, 2011

Fiscalía Nueva York acusa a cuatro individuos de financiar a Hizbulá y talibanes

Crece la presencia Talibán en Afganistán

Talibanes

- AFP
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NUEVA YORK - La Fiscalía de Nueva York informó el miércoles que acusó a cuatro individuos por compraventa de armas y narcotráfico para intentar financiar a grupos terroristas como los talibanes en Afganistán y Hizbulá en Líbano.

El fiscal federal del distrito sur de Nueva York, Preet Bharara, anunció de las cuatro detenciones y señaló que son prueba del "creciente vínculo entre el narcotráfico y el terrorismo, una clara amenaza" para la "seguridad nacional".

Los acusados de proporcionar esa financiación al movimiento radical islamista Hizbulá son Siavosh Henareh y Cetin Aksu, que fueron detenidos el lunes en Bucarest y están aún pendientes de extradición, así como Bachar Wehbe y Taza Gul, apresados en las islas Maldivas ese mismo día y que el miércoles llegaron a Nueva York.

De los detenidos, Taza Gul, de nacionalidad afgana, es sospechoso de haber vendido seis rifles de asalto y 15 kilos de heroína a un agente infiltrado del Departamento Estadounidense Antidroga (DEA) que se hizo pasar por narcotraficante vinculado a los talibanes.

Gul, según la acusación de la fiscalía neoyorquina, vendió en mayo de 2008 cinco kilos de la droga a uno de los compradores falsos, quien dos años después le volvió a adquirir otros diez kilos y los fusiles.

El agente encubierto le indicó a Gul que su intención era destinar el dinero recaudado de la venta de las armas y estupefacientes al movimiento talibán, según el escrito de la acusación.

Henareh y Aksu fueron acusados de haber aceptado suministrar estupefacientes a otro agente de la DEA que dijo estar relacionado con Hizbulá.

Según los cargos presentados, Henareh y Aksu también gestionaron la venta de un arsenal de armas para la milicia radical libanesa, incluyendo misiles tierra-aire, cuya valoración la fiscalía estimó en 9,5 millones de dólares.

De ser hallados culpables, los sospechosos se enfrentan a penas máximas de entre 25 años de prisión y cadena perpetua por delitos de tráfico de drogas y conspirar para adquirir ilegalmente armamento y financiar a una organización terrorista.

Nueva York, 26 jul (EFE).- La Fiscalía de Nueva York informó hoy que acusó a cuatro individuos por compraventa de armas y narcotráfico para intentar financiar a grupos terroristas como los talibanes en Afganistán y Hizbulá en Líbano.

El fiscal federal del distrito sur de Nueva York, Preet Bharara, anunció de las cuatro detenciones y señaló que son prueba del "creciente vínculo entre el narcotráfico y el terrorismo, una clara amenaza" para la "seguridad nacional".

Los acusados de proporcionar esa financiación al movimiento radical islamista Hizbulá son Siavosh Henareh y Cetin Aksu, que fueron detenidos el lunes en Bucarest y están aún pendientes de extradición, así como Bachar Wehbe y Taza Gul, apresados en las islas Maldivas ese mismo día y que hoy llegaron a Nueva York.

De los detenidos, Taza Gul, de nacionalidad afgana, es sospechoso de haber vendido seis rifles de asalto y 15 kilos de heroína a un agente infiltrado del Departamento Estadounidense Antidroga (DEA) que se hizo pasar por narcotraficante vinculado a los talibanes.

Gul, según la acusación de la fiscalía neoyorquina, vendió en mayo de 2008 cinco kilos de la droga a uno de los compradores falsos, quien dos años después le volvió a adquirir otros diez kilos y los fusiles.

El agente encubierto le indicó a Gul que su intención era destinar el dinero recaudado de la venta de las armas y estupefacientes al movimiento talibán, según el escrito de la acusación.

Henareh y Aksu fueron acusados de haber aceptado suministrar estupefacientes a otro agente de la DEA que dijo estar relacionado con Hizbulá.

Según los cargos presentados, Henareh y Aksu también gestionaron la venta de un arsenal de armas para la milicia radical libanesa, incluyendo misiles tierra-aire, cuya valoración la fiscalía estimó en 9,5 millones de dólares.

De ser hallados culpables, los sospechosos se enfrentan a penas máximas de entre 25 años de prisión y cadena perpetua por delitos de tráfico de drogas y conspirar para adquirir ilegalmente armamento y financiar a una organización terrorista.

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