18 julio, 2011

Los doctores venezolanos se van

Los doctores venezolanos se van, al igual que Hugo Chávez

MARY ANASTASIA O'GRADY

Si le vamos a creer a Hugo Chávez, los doctores le quitaron un tumor cancerígeno del tamaño de una pelota de béisbol de algún lugar de su cuerpo. El tipo de cáncer que tiene y la fase de su avance siguen siendo un secreto de Estado venezolano, pero es probable que sea un hombre muy enfermo.

Estas noticias, sobre un líder que tiene solamente 56 años, podrían haber generado una amplia ola de simpatía pública bajo un conjunto diferente de circunstancias. En cambio, el tratamiento de primera clase que recibió Chávez en instalaciones médicas en Cuba, atendido por un doctor español, ha servido para incrementar el resentimiento que tienen muchos venezolanos respecto a la calidad declinante de la atención médica en su país.

Associated Press

Doctores, enfermeros y estudiantes de medicina protestan para demandar sueldos más altos en Caracas el 16 de junio.

La escasez de bienes básicos en Venezuela está bien documentada. La semana pasada el diario venezolano El Universal informó que una encuesta propia en seis supermercados y mercados estatales de comida encontró que de 16 productos básicos con precios regulados, al menos 10 escaseaban.

Es cierto que esta encuesta no es amplia, pero llamó la atención porque confirmó lo que a diario experimentan millones de venezolanos. No se pudo conseguir aceite vegetal de ninguna variedad en ninguna de las seis tiendas, y eso incluyó al aceite de soya, que no está sujeto a controles de precios. Los cortes de carne regulados no se conseguían en los supermercados; no se encontraron en ninguna parte quesos cuyos precios están controlados; la harina de maíz procesada se conseguía solamente en un local.

Los productores saben por qué está pasando esto. En junio, la procesadora de alimentos Polar le pidió al gobierno que suba el tope del precio del aceite de maíz por el alto costo de "la materia prima importada". Otras compañías han hecho pedidos similares. Pero el gobierno tiene buenas razones para resistirse: la política monetaria relajada del Banco Central de Venezuela (BCV) ha provocada la inflación más alta de la región, incluso cuando hay controles de precios sobre muchos productos. De acuerdo con Noticias Financieras, el BCV informó que el costo de los productos de cuidado personal subió 30,5% en los 12 meses terminados el 30 de junio. Los alimentos y las bebidas no alcohólicas treparon 22,3% en el mismo lapso.

Sin embargo, es en el sector del cuidado de la salud donde los venezolanos están sintiendo más los estragos que causa la inflación. Los servicios en los hospitales subieron 39,7% interanual, los servicios de doctores y paramédicos aumentaron 21,5% y el costo de los medicamentos y de los equipos médicos aumentó 17,4%.

Estos incrementos de costos se refieren, por supuesto, a las clínicas privadas y a los bienes que no están sujetos a controles de precios. En los rubros en los que los precios no se pueden subir, tanto la calidad como la oferta se están deteriorando rápidamente.

Uno no necesita estar lo suficientemente enfermo como para necesitar ir a un hospital para apreciar el problema. Los venezolanos denuncian escasez en todo, desde aspirinas hasta medicamentos contra el colesterol, y es probable que esto haya alentado el acaparamiento, lo cual ha exacerbado la situación.

La mayoría de los medicamentos vendidos en Venezuela, con o sin receta, son importados o contienen componentes importados. Esto implica que el distribuidor tiene que pagarles el precio en dólares a sus proveedores extranjeros. Obviamente, si el gobierno establece el precio minorista por debajo de los costos del importador, la transacción le supondrá a este una pérdida.

La "Chávez-economía" ha sido todavía más devastadora para los doctores de los hospitales públicos. El doctor Douglas León Natera, de la Federación Médica Venezolana (FMV) le dijo a El Universal el 16 de junio que los doctores ganan solamente 2.600 bolívares (alrededor de US$325 al tipo de cambio del mercado) mensuales, y que aunque los hospitales se han convertido en un blanco de la creciente ola de criminalidad del país, el gobierno ha fracasado en darles protección a los trabajadores médicos. Los doctores también dicen que tienen recursos escasos o de baja calidad y que trabajan durante muchas horas. El 30 de junio la FMV llamó a una huelga para protestar contra los bajos salaries y las duras condiciones de trabajo. La semana pasada, Chávez les ofreció un aumento salarial de 30%. Se negaron a ceder. Sin embargo, continúan tratando casos urgentes.

Los importadores de productos farmacéuticos han sido renuentes a quejarse públicamente respecto a sus dificultades; las empresas grandes que atacan a Chávez se pueden transformar en blancos de nacionalizaciones. Es un poco más difícil nacionalizar a un doctor. Una huelga es solamente una opción. Muchos de los mejores doctores venezolanos han abandonado el país, lo que explica, según la FMV, cómo es posible que en los hospitales públicos haya 130.000 pacientes esperando por una cirugía.

En su informe anual de 2010, el Ministerio de Salud reconoció la escasez de doctores, particularmente para especialidades como anestesiología, cuidado neonatal, cirugía cardiovascular, neurocirugía y cardiología infantil. Los hospitales privados también se están deteriorando ahora, a medida que los pobres se presentan para ser atendidos con seguros médicos provistos por el gobierno, pero luego el asegurador no cumple su obligación de pagar.

El gobierno ha admitido que una gran cantidad de doctores se ha ido pero dice que no está preocupado. Más de 25.000 venezolanos están ahora anotados en las nuevas escuelas de medicina bolivarianas o están en escuelas médicas en Cuba. Desafortunadamente, su programa de estudios no es público y los venezolanos están preocupados de que los estudiantes pasen más tiempo estudiando la política revolucionaria en lugar de anatomía. Chávez parece entender esto, aunque no entienda nada más. Su cirujano es español.

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