Lozano y el disco rayado
La historia en breve
Ciro Gómez Leyva
Perdón por sonar a disco rayado, pero si se quiere ganar en 2012, el primer compromiso tiene que ser con la realidad. Porque el 2012 no da va a dar para fantasías ni supersticiones.
Javier Lozano trajo de regreso el sentido común al PAN. Era un absurdo que a estas alturas de la competencia tuvieran los reflectores en siete caras. Su declinación tendría que venir acompañada, ya, por la del secretario Heriberto Félix. Y, a la brevedad, por uno de dos: el secretario Alonso Lujambio o el secretario Ernesto Cordero. Del gabinete no debe quedar más que uno. No estamos en los años de Echeverría o Salinas.
Seguirían cuatro. Demasiados. Sería el momento de hablar con el gobernador Emilio González para mostrarle encuestas y proyecciones. La superstición de que como alguna vez le ganó en las urnas al PRI los vencerá de nuevo, no le servirá contra los contrincantes del 2012.
Los reflectores apuntarían entonces a tres. Demasiados: los punteros en las encuestas, Santiago Creel y Josefina Vázquez Mota, y el precandidato del gabinete.
El PRI tiene dos que, en realidad, es uno.El PRD a uno.
Y Andrés Manuel López Obrador, a él mismo.
Al PAN le urge que los panistas y la sociedad comiencen a hablar de “nuestro candidato” y se convenzan que pueden pelear. Es el primer paso. Lo reflectores que siguen a Peña Nieto y Ebrard seguirían a uno, dos azules. Y aquí no importan las nuevas reglas.
Vicente Fox lo dijo con maestría en el verano de 1997. Lo primero era romperle la inercia a quienes se sentían en caballo de hacienda rumbo a Los Pinos.
Así es que perdón por sonar a disco rayado: el 2012 no será de sorpresas, sino de sorprendidos.
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