Roubini: El profeta económico que predijo 48 de las 4 últimas recesiones
Angel Martín Oro -La gran mayoría conocerá al gurú Nouriel Roubini, quien se ha ganado la fama de haber predicho con exactitud la actual Gran Recesión. Es considerado como uno de los economistas que mejor adelantó y explicó los acontecimientos. Sus apariciones en los medios internacionales de análisis financiero (e incluso generalistas) son numerosas.
En una ocasión anterior escribí sobre él en tono crítico, sacando punta a unas declaraciones suyas de una entrevista.
Bien, pues el pasado año Roubini publicó junto a otro economista un libro donde trataba de explicar lo acontecido, titulado Crisis Economics: A Crash Course in the Future of Finance. Sin haberlo leído, me encuentro con un breve ensayo crítico sobre el libro del economista monetario George Selgin, uno de los principales defensores de la corriente denominada “free banking”, que defiende un sistema bancario libre (sí, libre de verdad, a pesar de que mucha gente crea que el sistema actual está desregulado y es libre) sin banca central ni otro tipo de regulaciones estatales como el seguro de depósitos bancarios, etc. (Nota: para leer críticas de la banca central y adentrarse ligeramente en las ideas de la banca libre, recomiendo este post con numerosos enlaces a artículos).
Selgin no parece coincidir con la idea generalizada sobre la extraordinaria capacidad profética de Roubini. Y es que, pensemos que es fácil predecir un crash todos los años. Si ocurre y das en el clavo, te puedes convertir en un gurú, ganarte el prestigio que siempre habías buscado, y tener resuelta tu vida académica y profesional. Si no ocurre, sin embargo, siempre puedes decir que no ocurrió por un shock externo o una política concreta, o que estabas en lo cierto pero fallaste ligeramente en el periodo temporal exacto. Luego, las declaraciones quedan como mucho en la hemeroteca para aquellos curiosos que se dediquen a rastrear declaraciones de economistas.
Pues esto parece que es lo que ha ocurrido con el gurú Roubini, el “Dr. Doom” como se le llama. Si no, lean lo que dice Selgin:
[si uno se dedicara a investigar con detalle las declaraciones de Roubini], “Dr. Doom” actually predicted no fewer than “48 of the last 4 recessions” (comment on Elfenbein 2009).
Some quick fact-checking lends credence to our informant’s otherwise incredible claim by showing that Roubini predicted a serious crash for 2004, then a severe slowdown for 2005, then a global reckoning for 2006, and finally a sharp recession for 2007. After the much-trumpeted crisis at last materialized (though not quite for the reasons Roubini had harped on), he declared that the S&P 500 would sink to 600, that oil would get stuck below $40 a barrel, and that a gold “bubble” was about to do what the housing one had done. To be sure, these things have not yet come to pass, but tomorrow is another day, and to succeed prophets need only mark when they hit and never mark when they miss.
Impresionante el historial predictivo del gurú, ¿verdad? Quizás ahora lean y escuchen a Roubini con una pizca más de escepticismo sus predicciones. Una de sus últimas predicciones fue que había un “33% de posibilidades de que España fuera a ser rescatada”. Yo más bien pienso que el porcentaje es ligeramente más alto: del 34,375%, pero quizás sea una diferencia nimia resultado de mi ultrapesimismo. Fuera de bromas, ¿¿cómo ha llegado a estimar el porcentaje de posibilidades de rescate de España en el 33%??
No obstante lo anterior, todo esto no quiere decir que sus análisis y diagnósticos sean errados en su mayor parte. En este post no he entrado al fondo de sus análisis e ideas. Aun así, el mismo Selgin dice en su reseña que”la evaluación del libro [de Roubini y Mihm] de las causas del reciente ciclo de burbuja y pinchazo inmobiliario es en gran parte sólido e instructivo”.
En territorio patrio, para no ser menos, también tenemos a nuestro gran profeta, cuya calidad y solidez, me atrevería a decir, es significativamente menor que la de Roubini.
(Nota: la frase del título de mi post la cita Selgin en su reseña, y proviene de un comentario en el artículo de Elfenbein citado arriba, por lo que hay que cogerlo con pinzas. Tomadlo como un título concecibo para atraer al personal).
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