Día con día
Héctor Aguilar Camín
The New Yorker ha publicado la primera versión precisa de cómo fue muerto Bin Laden en su complejo de Abbotamad, la madrugada del 1 de mayo de este año (newyorker.com/reporting/2011/08/08/110808fa_fact_schmidle).
Es un relato completo de cómo se planeó por años el operativo, cómo se llevó a cabo, y qué sucedió en la Casa Blanca cuando, luego de jugar dos horas de golf, el presidente Obama se reunió con sus colaboradores para ver la transmisión en tiempo real de los hechos.
El comando que tuvo a Bin Laden por primera vez bajo el rayo infrarrojo de su rifle vio a un hombre paralizado, con una camisola larga conocida como salwar kameez y un gorro de oración.
Otro comando había sometido antes a las dos esposas del sorprendido sheikh, disparándole a una en la pantorrilla y envolviéndolas a las dos en un abrazo del oso para llevarlas a la habitación contigua.
El comando que apuntaba a Bin Laden le hizo un primer disparo en el pecho con una bala de 5.5 milímetros salida de un rifle M4. Luego, ya caído, le hizo un segundo disparo a la cabeza, ligeramente arriba del ojo izquierdo.
Dijo entonces por su aparato de radio: “Por Dios y por la Patria: Gerónimo, Gerónimo. Gerónimo”. Gerónimo era el nombre asignado a Bin Laden en la operación. Agregó: “Geronimo E.K.I.A” (Enemy Kill in Action: Enemigo Muerto en Acción).
En la oficina de la Casa Blanca donde veían lo sucedido, Obama dijo: “We got him” (“Lo atrapamos”). El vicepresidente Joseph Biden, que en toda la transmisión pasaba un rosario entre los dedos, dijo a su vecino, el general Mullen: “Tenemos que ir a misa por la noche”.
El cuerpo de Bin Laden fue metido en una bolsa de plástico y cargado a uno de los dos helicópteros de la misión. El otro se había estrellado en el corral de los animales del complejo (Ninguno de los dos helicópteros hizo lo previsto: el que debía deslizar comandos en el patio mediante cuerdas, se estrelló dentro del complejo; el que debía soltarlos en la azotea, aterrizó en la calle).
Antes de subir el cadáver de Bin Laden al helicóptero le tomaron muestras de sangre. De vuelta a casa abrieron la bolsa y tomaron fotografías. En medio de tantos gadgets bélicos del mayor refinamiento, nadie tuvo una cinta para medir el cadáver y ver si tenía los 2.2 metros de estatura de Bin Laden. Un comando de 1.82 se acostó junto al cadáver: le sacaba 20 centímetros.
Al amanecer, el cadáver fue trasladado al portaaviones nuclear USS Carl Winston, frente a las costas de Pakistán, y echado al mar bajo el estricto cumplimiento de los ritos funerarios musulmanes.
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