Los inversores vuelven a acudir a los activos refugios, como el oro, después de que las bolsas hayan vuelto a vivir otra semana de infarto con pérdidas que en el Ibex 35 se aproximaron al 6%, hasta los 8.141 puntos, y con los bajistas principalmente centrados en la renta variable alemana e italiana, cuyos índices cerraron en mínimos anuales.
Quien tenga oro, sí que tiene un tesoro. El metal precioso sigue siendo uno de los activos más demandados en estos momentos de vulnerabilidad de los mercados. Los desplomes en renta variable han continuado por cuarta semana consecutiva a ambos lados del Atlántico y los inversores parecen haberse puesto, como los piratas, el parche en el ojo en busca de algo de estabilidad.
El precio de la onza de oro se disparó un 6,3% en los últimos cinco días hasta los 1.850 dólares, aunque llegó en la última sesión a los 1.874, el mayor avance semanal desde febrero de 2009. Un comportamiento que reafirma su seña de activo refugio, ya que sube cuando las bolsas se desploman. Y eso fue, precisamente, lo que volvieron a hacer esta semana.
La falta de medidas a corto plazo para calmar la crisis periférica y las continuas rebajas de las previsiones del crecimiento de la economía europea y estadounidense se volvieron a traducir en una semana de infarto en los mercados donde el miedo a una nueva recesión llevó a algunos índices a mínimos (Dax y el Ftse Mib italiano) y a perder soportes.
El final del rebote
El Ibex 35 fue uno de ellos al no aguantar los 8.500 puntos, lo que para los analistas de Ágora A.F. para Ecotrader supone "el final del rebote que se vio en la semana anterior y la posibilidad de que los índices vuelvan a mínimos del año". Unos niveles que para el Ibex están establecidos en los 7.966 y para el EuroStoox 50 en los 2.153 puntos. El viernes, el selectivo español volvió a cerrar en negativo -cayó un 2,11%, aunque llegó a ceder un 3,6%- con descensos semanales del 5,8% y de más del 15% en agosto. De seguir así podría ser el peor mes de agosto en 13 años.
No obstante, las ventas se agudizaron esta semana, sobre todo, en el Dax alemán y el Ftse Mib italiano al dejarse un 8,6 y un 8 por ciento, respectivamente. Y es que continúan las tensiones sobre las repercusiones que tendrán en los países, especialmente en sus entidades financieras, la larga crisis de deuda soberana y en concreto el coste del rescate heleno.
"Los mercados no cesarán hasta conseguir que Alemania apruebe la emisión de eurobonos, que parece la única salida factible y contundente a los problemas", asegura Soledad Pellón, analista de IG Markets. Y es que de poco sirvió la prohibición de las posiciones cortas en valores financieros que emprendieron algunos países (entre ellos, España) para aliviar las tensiones porque continuaron las ventas en la banca.
Los temores de la Fed ante las dificultades de financiación de filiales de bancos europeos en EEUU y la posibilidad de que la crisis de deuda del Viejo Continente llegue al sistema financiero estadounidense hizo que la banca europea cediera más de un 9% en la semana y fuera uno de los sectores más penalizados.
La situación de los mercados se notó también en la renta fija. La prima de riesgo, medida por la diferencia entre la rentabilidad de los bonos españoles con los alemanes, ascendió desde los 266 puntos básicos del viernes pasado a los actuales 286 puntos. Y eso a pesar de que el BCE comunicó que había comprado deuda periférica por valor de 22.000 millones de euros.
La percepción de riesgo fue tal que durante la semana los bonos de Alemania, Reino Unido y EEUU marcaron mínimos históricos. Rick Rieder, responsable de renta fija de BlackRock, opina que "los mercados tendrán que continuar lidiando con riesgos considerables por algún tiempo, como la crisis de deuda europea, los pobres datos económicos en EEUU y la falta de políticas de estímulo alternativas".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario