10 agosto, 2011

El mayor 'crash' desde la Gran Recesión

Desde que estalló la crisis, las bolsas no acumulaban tantas jornadas de pérdidas seguidas

Á. ROMERO / M. GARIJO | Madrid 10/08/2011

El miedo a que la crisis de la deuda del euro llegue a Francia desató ayer el pánico en las Bolsas europeas, que cerraron con caídas superiores al 5%. El correctivo, que castigó con fuerza a la banca y también se dejó notar en Wall Street, llevó a la mayoría de índices a los mismos niveles de la primavera de 2009, cuando la economía sufría las consecuencias de la caída de Lehman Brothers, que quebró en septiembre de 2008. Triste moraleja: ni las ayudas millonarias a la banca, ni los duros planes de ajuste, ni la liquidez sin límite han impedido el regreso de las Bolsas al agujero en que cayeron en lo peor de la Gran Recesión. Desde el último movimiento europeo para afrontar la crisis, la cumbre del pasado 21 de junio en que se acordó flexibilizar y ampliar el fondo de rescate del euro, las bolsas han perdido más del 20%.

La jornada amaneció en calma e incluso algunos parqués del Viejo Continente apostaron por prorrogar el rebote de la víspera en Wall Street. Después de que empezara a correr el rumor de que Francia podría perder la matrícula de honor (Triple A), cundió el pánico y el dinero huyó al refugio del oro, que marcó su enésimo récord consecutivo, y a lo más clásico, la deuda alemana. Ni siquiera el desmentido de París y de las propias agencias cambió el ánimo los inversores, a los que les hace falta poco para vender pero mucho para comprar.

El Ibex 35 sufrió su peor jornada desde los días previos al rescate de Grecia en mayo de 2010 y cerró con un batacazo del 5,49%. La banca se llevó la peor parte: el Santander y el BBVA registraron caídas del 8% y sus valores llegaron a venderse a menos de 6 euros por primera vez en más de dos años. El recorte, además, devolvió a la Bolsa española a niveles de entonces, ya que mañana el selectivo abrirá por debajo de los 8.000 puntos, algo que no ocurría desde el 1 de abril de 2009.

Peor parados, sin embargo, quedaron los bancos franceses o italianos. Entre ellos, el más castigado fue Société Générale, que llegó a ceder más de un 20%, aunque al final de la sesión moderó las pérdidas al 14,75%. La razón es que, a diferencia de sus colegas, en la cartera de inversiones de la entidad no falta deuda de ninguno de los periféricos y de su propio país, lo que le deja muy expuesto a un eventual contagio de los problemas en los mercados de deuda hasta Francia. Por culpa del correctivo, el CAC parisino acabó el día con otra caída del 5,5%, lo que representa su peor jornada desde el 1 de diciembre de 2008. Milán, más acostumbrado en los últimos meses a los vaivenes, volvió a ser el farolillo rojo de Europa con un desplome del 6,7%. En ambos casos, la nueva jornada de pánico les devolvió a los niveles de julio y marzo de 2009. Para completar el cuadro, el Dax alemán perdió un 5,1% y mañana empezará la sesión en su cota más baja desde febrero de 2010. Londres cedió un 3,1%.

El Nobel de Economía Joseph Stiglitz resumía en un artículo publicado ayer en el Financial Times lo que iba a acontecer a lo largo del día: "La única certeza que existe ahora en los mercados es que los problemas pueden ir a peor".

Desde España, Daniel Suárez, de Analistas Financieros, argumentó la avalancha de ventas en los nervios y en las dudas generadas por la decisión del presidente francés, Nicolas Sarkzoy, de acelerar las medidas para reducir el déficit. "El mercado ha interpretado el anuncio como un toque de atención de las agencias", añadió. "Con tanta incertidumbre, si el mercado busca un motivo para bajar lo encuentra", opinó Soledad Pellón, de IG Markets. "Los gestos ya se han visto. La compra de bonos por parte del BCE y ayer el anuncio de la FED de no subir los tipos. Lo único que cabe es esperar a que toquemos suelos y que a partir de eso se produzca un rebote", añadió.

En cuanto al futuro, las previsiones apuntan a más incertidumbre. "Hasta que no haya un mensaje más claro y decisivo de que se va a comprar toda la deuda que haga falta por el BCE, la tensión no va a parar y va a seguir pasando de país a país", matizó Nicolás López, director de análisis de MG Valores.

"La enseñanza que se puede sacar es que no se puede llevar todo a situaciones tan al límite. Cuando se deja que la volatilidad suba tanto, puede acabar sucediendo esto", resumió desde Intermoney José Carlos Díez.

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