Sabina Covo
Seamos sinceros, tanto los que quieren como los que no quieren al presidente Barack Obama deberían entender y acordarse que ningún presidente de Estados Unidos ha sido todopoderoso. Por algo hay en este país de la libertad tres poderes fundamentales: ejecutivo, legislativo y judicial, y un sistema de balance que ha funcionado muy bien. Sin embargo, muchos de los que votaron por Obama y muchos de los que no votaron por él están criticando al Presidente hasta más no poder. Y todo por una razón sumamente importante para las familias norteamericanas, tanto conservadoras como liberales: la crisis económica que no mejora. El dinero en el bolsillo que cada vez está más escaso.
Pero además de la crisis, que es el detonante de las críticas, hay otros temas. La crítica de la ley de la salud, que para liberales ha debido ser mucho más radical e implementar un seguro de salud universal al país y para los conservadores no debería existir (parecen pasar por alto que hay más de 50 millones sin seguro médico en este país y que además los centros de atención médica tienen precios gigantes), el presupuesto (que para los liberales debería estar basado en subirles o más bien ponerles –¡porque es que no pagan!– impuestos a los ricos y a las grandes corporaciones), y para los conservadores debería basarse en dejar las exenciones de impuestos implantadas porque la empresa privada según ellos generará más empleos así. ¿No se han dado cuenta en tres años de recesión económica que la empresa privada no está generando empleos suficientes y que cortar en servicios públicos está ahogando a la gente?
Algunos conservadores usan el ejemplo de Texas para definir el éxito. El ahora candidato a la primaria republicana Rick Perry repite una y otra vez que ha generado empleos, y ¿saben en qué sector se generó en ese estado el mayor crecimiento? En el sector público. Según los últimos datos del Departamento de Trabajo de EEUU, desde el 2008 hasta el 2010 Texas generó unos 115,000 empleos en el sector público y redujo 40,000 en el sector privado. Texas es además el estado en el que menos personas tienen seguro médico, ¿y saben por qué? Porque los empleadores privados están contratando en su gran mayoría a jornada parcial y no ofrecen beneficios.
Entre tanto, el presidente Obama no ha generado suficientes empleos, pero ¿desde cuándo el presidente los genera solo? Necesita de un Congreso que pase iniciativas. Al presunto presidente “todopoderoso”, que además dicen que tiene falta de liderazgo, le ha tocado un país parcializado sin precedentes. Dicen: es que Bill Clinton lograba poner de acuerdo al Congreso y Obama no. Me pregunto si en la época de Clinton existía un Tea Party, o una crisis económica como la de hoy, o un Partido Republicano con ideas radicales y hasta en algunos momentos racistas. Con todo y esto en políticas balanceadas (muy parecidas al centro) Obama ha logrado poner de acuerdo tanto a conservadores como a liberales. (Si no, el país no hubiera incrementado el techo de la deuda y no tuviera una reforma de salud que al menos les da a los niños la oportunidad de tener un seguro médico sin discriminación y no hubiera reformado los bancos, ni menos hubiera puesto andar a General Motors.)
Para cerrar, un tema que pone al Presidente en la cuerda floja del corazón de los hispanos: la reforma migratoria. Ni el presidente anterior, ni el anterior, ni el anterior, la lograron. Tampoco lograron una reforma financiera, ni poner una oficina de denuncias del consumidor (ahora que la carne aparece infectada con e-coli o el pavo con salmonella hasta en los mejores supermercados, o que las medicinas de marca son retiradas del mercado). Pero volviendo a inmigración, recordemos que Comunidades Seguras, por lo que tanto critican a Obama hoy, fue implementado en el 2008 como una iniciativa para evitar criminales indocumentados. Esto además ligado de las iniciativas de la mayoría de los gobernadores republicanos que propusieron leyes de inmigración absurdas en sus estados. Ahora, a la crítica de que la presidencia de Obama ha deportado más que ninguna otra les comento algo: aumentó más de un 70 por ciento la deportación de personas con historiales criminales desde el año fiscal 2008 al año fiscal 2010, y una reducción a la mitad de deportaciones de aquellos sin antecedentes penales (esto es mejor que las leyes de inmigración republicanas, ¿no?).
La administración Obama acaba de anunciar, según me explica José Parra, vocero del senador demócrata Harry Reid, que asegurarán la eficiencia en la aplicación de nuestras leyes migratorias mediante la (léase bien) “revisión de cada proceso de deportación”. Esto significa que quienes caigan en un proceso de deportación tendrán revisión antes de ser deportados para enfocarse en criminales peligrosos y no en jóvenes o en personas que tienen raíces en este país. ¿Será este el comienzo a que se apruebe el Dream Act?
De nuevo, ni la economía, ni la salud, ni la generación de empleos, ni la reforma migratoria están 100% en manos del Presidente. Entiendo que muchos liberales lo esperaban más radical, y los conservadores no lo quieren ahí y punto. ¿Pero es el momento de parcializar más al país? ¿O es el momento de seguir con las políticas de antes? Ni lo uno ni lo otro.
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