14 agosto, 2011

¿El retorno de las guerras de divisas?

RICHARD BARLEY

Podría ser prematuro hablar de guerra de divisas, pero las batallas de divisas podrían estar muy cerca. Las autoridades de Suiza y Japón están luchando con los mercados cambiarios para intentar detener la imparable apreciación del franco suizo y el yen, que se han fortalecido debido a una ola de compras de activos de refugio. Pero la historia sugiere que la intervención unilateral está destinada al fracaso mientras los esfuerzos de las autoridades de Estados Unidos y Europa por enfrentar los desafíos económicos podrían empeorar las cosas.

El franco suizo podría ser el mejor ejemplo de cómo una intervención unilateral simplemente da a los mercados un objetivo al cual atacar. Los intentos por intervenir en 2009 y 2010 han producido al Banco Nacional de Suiza enormes pérdidas y no lograron detener una apreciación del 35% en el franco frente al euro desde comienzos de 2009 hasta cerca del nivel de paridad. La especulación sobre un fijación al euro ha dado a los operadores razones para reflexionar, pero esto podría simplemente significar un blanco incluso más grande. De forma similar, la reciente intervención sobre el yen no ha logrado frenar la apreciación de la moneda japonesa.

Reuters

Lo que se necesita es un nuevo acuerdo multilateral sobre las monedas, que siga el espíritu de los acuerdos del Plaza o el Louvre. Pero esto aún parece estar lejos. El Grupo de los 20, conformado por países industrializados y en desarrollo, aún está tratando de establecer su enfoque hacia los desequilibrios globales en anticipo a la cumbre que se realizará en noviembre en Cannes. En una declaración de siete líneas emitido el lunes, ofreció muy pocas respuestas concretas a la crisis. Lo más crucial, es que aún no está claro si existe la voluntad política en muchas economías avanzadas para explicar a los votantes el relativo descenso en los estándares de vida que acompañarán a un proceso de reajuste.

Pero pronto podría producirse un cambio. China está permitiendo que el yuan se fortalezca frente al dólar, en contraste con su respuesta a la crisis de 2008. Esto podría reflejar un reconocimiento de que su exposición a Estados Unidos es parte del problema; las rebajas de calificación crediticia podrían acelerar la revisión del estatus del dólar como moneda global de reserva. Esto podría aumentar la probabilidad de un acuerdo cambiario.

La alternativa es una reducción desordenada de los desequilibrios globales, lo que aumenta la amenaza de una profunda recesión e incluso de un brote de proteccionismo. Esto es algo que el mundo debería intentar evitar.


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