Sergio Sarmiento
"La deuda es la enfermedad mortal de las repúblicas".
Wendell Phillips
La gente sensata limita gastos y ahorra para dejar un patrimonio a sus hijos. Los políticos son distintos porque prefieren gastar ahora para dejar las facturas a las siguientes generaciones. Esto es precisamente lo que ha hecho Humberto Moreira en Coahuila.
En las distintas ocasiones en que fui a Coahuila en los últimos años la gente me señalaba que Humberto Moreira había hecho obra pública como ningún otro gobernador. La obra pública tiene la ventaja política de que se ve fácilmente. El gobernador fue también extraordinariamente generoso con los medios de comunicación que lo apoyaban y muy duro con aquellos que osaban cuestionarlo. Todo esto aumentó su popularidad y le permitió pedir licencia por adelantado, para buscar la presidencia nacional del PRI, que ya tiene, y para promover la candidatura de su hermano Rubén a sucederlo en el Palacio de Gobierno de Saltillo.
Lo que no se veía hasta ahora fue la deuda que Moreira acumuló para realizar esa obra pública y quién sabe para cuántas cosas más. Moreira, que recibió el gobierno de Coahuila con un pasivo de poco más de 300 millones de pesos, lo aumentó hasta rebasar los 33 mil millones de pesos.
Las calificadoras Standard & Poor's y Fitch han bajado la calificación de la deuda de Coahuila no sólo por la cantidad sino porque el gobierno estatal mintió acerca del monto. El Congreso de Coahuila, dominado por los hermanos Moreira, decidió la semana pasada contratar préstamos para cubrir una deuda pública de 33,867 millones de pesos. La idea es que sean las futuras generaciones las que cubran el pasivo.
Quizá lo peor de todo es que la familia sólo ha gobernado Coahuila un sexenio. Nadie sabe cuál podría ser el monto de la deuda después de los seis años que faltan de gobierno de los Moreira.
Contratar deuda puede ser una forma adecuada para generar crecimiento y prosperidad. Una empresa que no obtenga créditos para invertir más allá de lo que le permitan
sus ingresos corrientes difícilmente podrá expandirse. Es perfectamente normal, por otra parte, que una familia obtenga una hipoteca para comprar una casa, la cual es un ahorro y protección para el futuro, o que un joven contrate un préstamo para pagar sus estudios.
Lo que tienen en común estos tipos de deuda, sin embargo, es que se contratan para adquirir bienes o servicios que pueden generar mayores ingresos en el futuro o construir un patrimonio. Lo que no tiene sentido es endeudarse para financiar el gasto corriente o, peor aún, los lujos que uno pudiera desear.
El aumento de deuda que sufrió el estado de Coahuila en el sexenio de Humberto Moreira rebasa con creces lo que podría considerarse razonable en la mejor de las circunstancias. Es posible que una parte de estos créditos se haya utilizado para pagar obra pública que genere ingresos futuros y que por lo tanto resulte en un beneficio neto a la sociedad. La información disponible, sin embargo, sugiere que ése no es el caso. Una parte muy importante de los recursos parece haberse empleado en obra que no puede generar ingresos o en gasto corriente.
El resultado es que Humberto Moreira ha dejado al estado de Coahuila con una deuda impresionante. A él en lo personal eso no le importa ya que obtuvo lo que quería: que su hermano lo sucediera y que él pudiera lanzar una carrera en el PRI nacional. El costo lo pagarán los coahuilenses durante generaciones.
La gran pregunta que cabe hacerse es si así piensa gobernar el PRI al país si los votantes le devuelven el poder en el 2012.
GREG OTRA VEZ
Greg Sánchez, el ex candidato del PRD al gobierno de Quintana Roo, le ha ganado otra batalla a la PGR panista. Ahora ha sido el juez quinto de distrito penal en Quintana Roo el que ha negado una orden de aprehensión. Es el enésimo caso que el político perredista le gana a la PGR. ¿Será que todos los jueces están en contra del gobierno panista o que éste no tiene realmente pruebas contra Greg?
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