Foto: David Deolarte
Muy preocupado ante la posibilidad de ver desfondada la plataforma sobre la que insiste en posicionarse como candidato del PRI a la Presidencia en 2012, el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, se niega a ver que, al amparo de “altos funcionarios” y policías de su administración, en territorio mexiquense opera a sus anchas el cártel de La Familia Michoacana. Más aún, para Peña Nieto esa entidad es una suerte de paraíso de tranquilidad gracias a los buenos oficios de su gobierno.
TOLUCA (Proceso).- En los últimos cinco años, Enrique Peña Nieto logró consolidar su proyecto político con miras a ser candidato de su partido, el PRI, a la Presidencia de la República para el 2012. Y a la par que posicionaba su imagen en los medios, en el estado que gobierna se afianzó el cártel de La Familia Michoacana, cuyos operadores controlan hoy el narcomenudeo y los secuestros en la entidad.
Una averiguación previa emprendida hace tres años por la Subsecretaría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (PGR/SIEDO/UEIDCS/2008) señala que la procuraduría estatal, así como las policías federal, estatal y ministerial, y aun las municipales, protegen los actos criminales de esa organización contra empresarios, e indica que algunos agentes administran incluso tienditas locales donde se vende todo tipo de drogas.
Los testimonios contenidos en ese documento son de antiguos integrantes del citado cártel procesados actualmente por tráfico de drogas, secuestro y homicidio, entre otros delitos; también se incluye el de Ahiezer Noé Sánchez Avendaño, identificado como Sergio Pérez, quien durante años fue vendedor de droga y administrador de las narcotienditas en municipios mexiquenses.
La voz de Sergio Pérez no tardó en ser acallada. El 21 de agosto de 2008, semanas después de su primera declaración, su cuerpo apareció tirado en La Marquesa. Un grupo armado arribó a un restaurante donde se encontraba comiendo. Lo llamaron y cuando salió lo ejecutaron. También murieron sus escoltas César Noé Nava Gómez y Luis Enrique Cruz Ruiz, agentes federales.
En su primera comparecencia, el testigo afirmó que durante el tiempo que se dedicó al narcomenudeo, en territorio mexiquense la organización criminal a la que perteneció nunca tuvo problemas con las autoridades locales; comentó que él y sus compañeros se arreglaban con José Manzur Ocaña, quien hasta el 6 de julio de 2008 fungió como delegado de la PGR en el Estado de México
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