06 agosto, 2011

La rebaja de la nota crediticia de EEUU, puntilla a una semana 'horribilis'

Eva Santís (EFE)

La histórica rebaja de la calificación crediticia de Estados Unidos ha cerrado una semana negra en los mercados financieros del mundo, entre el resurgimiento de la crisis de la deuda en la zona del euro y el temor a un parón global de la economía. Buffett: "Si hubiera cuádruple A, a Estados Unidos se la daría"

En España, la bolsa vivió su peor semana en 15 meses, la prima de riesgo tocó máximos en la era del euro antes de moderarse y se conoció que el PIB ralentizó su crecimiento en el segundo trimestre una décima al 0,2 % (0,7 % interanual) y la producción industrial cayó un 2,7 % interanual en junio, pero el paro bajó un 1 % en julio, cuarto mes consecutivo de descenso del desempleo registrado.

Ante el vendaval en los mercados, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, retrasó y luego interrumpió sus vacaciones para reunirse con sus asesores y contactar con otros líderes europeos, entre ellos los de Francia e Italia, con los que coincidió en que deben aplicarse cuanto antes los acuerdos del 21 de julio que dan nuevos poderes de intervención al fondo de rescate.

Ayer, cinco días después del acuerdo de última hora entre la Casa Blanca, republicanos y demócratas para elevar el techo de deuda de EEUU y evitar un impago, la agencia de calificación S&P cumplió su advertencia y, por primera vez en la historia, despojó a la primera economía mundial de su máxima nota (AAA) y la dejó en AA+.

Los rumores de esta decisión habían circulado el viernes en los mercados, pero ya estaban cerrados cuando cayó el anuncio.

Habrá que esperar al lunes para ver cómo reaccionan a una medida que, entre otros efectos, puede presionar al alza los tipos de interés en EEUU, en un momento de desaceleración económica.

Mientras, medios oficiales de China, el principal acreedor de EEUU, exigían hoy a Washington que actúe para corregir los problemas estructurales de su deuda e incluso proponían una nueva moneda de reserva "estable" como alternativa al dólar, aliados occidentales como Francia expresaban su "plena confianza en la solidez" de la economía de EEUU.

Se prevé que, a la espera de adelantar quizás su reunión prevista inicialmente para septiembre, los ministros de Finanzas y banqueros centrales del G-7 mantengan este fin de semana una teleconferencia sobre la degradación de la nota de EEUU y la situación tras la peor semana de las bolsas en Europa y EEUU desde 2008 ó 2009.

El principal índice de la bolsa española acabó el viernes en 8.671 puntos, un descenso semanal del 9,96 %, el peor desde mayo de 2010 cuando se acordó el primer rescate de Grecia, pero hubo mayores caídas en Europa: Milán (13,1 %), Fráncfort (12,8 %) o París (10,7 %). El Dow Jones bajó un 5,75 %.

La prima de riesgo española, que a primera hora del viernes llegó a superar los 417 puntos básicos, un máximo en la era del euro, cerró en 370,8, entre rumores de una posible intervención del Banco Central Europeo (BCE) para comprar deuda pública de Italia y España.

Por primera vez desde mayo de 2010, la prima de riesgo de Italia superó a la española, en una nueva señal, según los expertos, de que se estrecha el cerco al corazón de la zona euro.

Al cierre de los mercados, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, anunció nuevas reformas y adelantó un año, a 2013, la meta del equilibrio presupuestario para aplacar a los mercados.

Según el ministro Umberto Bossi, el BCE ha prometido comprar deuda pública italiana si Roma acelera su plan de ajuste.

Bruselas denunció el acoso "injustificado" de los mercados a España (y a Italia) pero le pidió que aplique de forma "contundente" sus planes de ajuste y reformas. Un miembro del BCE instó a Madrid y Roma a que aceleren "al máximo" sus reformas.

El jueves, cuando, tras mantener el BCE los tipos de interés en el 1,5 % y anunciar más medidas de liquidez para la banca, su presidente, Jean-Claude Trichet, dijo que la entidad reanudaba sus compras de deuda pública (interrumpidas desde marzo), se creyó que adquiriría bonos españoles e italianos, en el ojo del huracán.

Pero el BCE compró bonos de Irlanda y Portugal, que integran con Grecia el trío de países del euro ya rescatados. Y se desplomaron los mercados en ese jueves negro.

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