Por Alexander T. Tabarrok
El Instituto Independiente
Una cosa es cierta respecto del acuerdo alcanzado esta semana para elevar el límite de la deuda: Los déficits no van a desaparecer. Aun si el acuerdo es plenamente aplicado, no equilibrará el presupuesto de los EE.UU.. Los déficits seguirán aumentando junto con el gasto. Antes del acuerdo, la Oficina de Presupuesto del Congreso se encontraba proyectando un gasto del gobierno federal de 46,06 billones de dólares (trillones en inglés) durante los próximos 10 años. Con el acuerdo, el gasto sólo cae a 43,66 billones de dólares y eso asumiendo que los futuros políticos prosigan con los recortes prometidos.
El público está harto de los repetidos fracasos para poner a la casa financiera de los EE.UU. en orden. Una reciente encuesta de CNN mostró que casi tres de cada cuatro estadounidenses apoyaban una enmienda constitucional para equilibrar el presupuesto. Si los políticos no son virtuosos entonces, dice la teoría, debemos sustituir a la virtud con la ley. (Los 10 principales momentos decisivos para el gobierno).
El problema es que durante una recesión no es el mejor momento para elevar los impuestos o recortar el gasto, que es lo que usted se vería obligado a hacer cada vez que enfrente una mala racha económica si tuviésemos una enmienda de equilibrio presupuestario. Los economistas keynesianos consideran que el gasto durante una recesión puede estimular la economía. Pero incluso si uno se muestra escéptico ante este argumento, está claro que los impuestos caen durante una recesión y el gasto precisa incrementarse, a medida que más personas necesitan seguro de desempleo y beneficios del Medicaid. ¿De qué sirve tener un seguro de desempleo si se lo debe recortar durante una recesión?
Así que en lugar de una enmienda de presupuesto equilibrado propongo una idea que podría ser mejor, una enmienda de presupuesto desequilibrado. Como ahora, una enmienda de presupuesto desequilibrado (unBBA por su sigla en inglés) le permitiría al gobierno incurrir en déficits durante una recesión. Pero a diferencia de ahora, la enmienda de presupuesto desequilibrado requeriría que el gobierno tenga un superávit presupuestario en los buenos tiempos. Así que, aunque la unBBA permite el gasto deficitario en cosas como el desempleo y los cupones de alimentos durante una recesión, tendría efectos similares a los de una enmienda de presupuesto equilibrado a lo largo del tiempo debido a que los excedentes en los buenos tiempos serían gastados en los malos. Los excedentes, sin embargo, llegarían cuando podemos darnos el lujo de tenerlos, es decir durante un auge y los déficits llegarán cuando más los necesitemos, o sea durante una recesión.
La idea de una enmienda de presupuesto desequilibrado no es nueva. Al gobierno de Suecia se le ha exigido desde el año 2000 presupuestar un superávit del 1% durante el ciclo económico. Desde la implementación de su unBBA, Suecia ha logrado equilibrar su presupuesto y creado un excedente.
Incluso fuentes más antiguas apoyan una unBBA. En la Biblia, José no aconseja al faraón equilibrar el presupuesto, en su lugar le dice que ahorre durante los siete años de vacas gordas de modo tal de estar preparado para los siete años de vacas flacas. Una enmienda de presupuesto desequilibrado refleja esta simple y antigua sabiduría.
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